El Banco de España advierte a las cajas gallegas que sólo podrán contar con el dinero del FROB.
El Banco de España no quiere dar pie a nuevos focos de enfrentamiento entre las cajas gallegas ahora que por fin parece que va en serio su fusión. Y uno de estos focos es el del dinero que hace falta para la operación, ya que desde algunos medios se asegura que Caixanova considera insuficentes los 1.200 millones que pueden recibir como máximo del FROB. Por eso, el supervisor ha zanjado de raíz la polémica advirtiendo a Caixa Galicia y Caixanova que se olviden del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y que tendrán que conformarse con el FROB, según fuentes del proceso.
Los 1.200 millones equivalen al 2% de los activos ponderados por riesgo (APR) de las dos entidades, el tope impuesto por Bruselas para las ayudas a la banca, como adelantó en enero El Confidencial. Un importe que también es el que considera necesario el famoso informe de KPMG por el que la Xunta pagó un millón de euros. Por tanto, si se quiere superar esta cantidad, hay que recurrir al FGD de las cajas, que no constituye ayuda de Estado puesto que está dotado con dinero de las propias entidades.
Pero eso presenta dos obstáculos enormes. El primero es que, para acudir al FGD, hay que encontrarse en situación de insolvencia, es decir, con un ratio de solvencia (BIS) inferior al 8%. Y las cajas gallegas no se encuentran en esta situación, al menos de momento. Ahora bien, se puede soslayar esta condición con la excusa de tomar medidas preventivas de saneamiento, como en el caso de Cajasur.
El segundo es que el FGD de las cajas está seco después de que la intervención de Caja Castilla-La Mancha y su posterior adjudicación a Cajastur se llevara prácticamente todo el dinero que había, lo que ha obligado a todas las cajas a reponerlo este año. Y ahora se plantea una nueva derrama para atender las peticiones de más fondos por parte de Unicaja para absorber precisamente a Cajasur.
El FROB, escaso y caro
Las cajas gallegas, en especial Caixanova, son de la teoría de que hay que pedir cuanto más dinero mejor para poder sanearse al máximo y poder volver al negocio habitual cuanto antes. Una teoría que también compartía Caixa Catalunya, que llegó a pedir 2.000 millones para su fusión con Manresa y Tarragona. Pero precisamente la negativa del Banco de España ha sentado un precedente que ahora se va a aplicar a todas las fusiones de cajas; finalmente, Caixa Catalunya ha pedido 1.250 millones, y aun así supera el 2% de sus APR, por lo que requiere el visto bueno de Bruselas.
Por otro lado, las cajas prefieren pedir dinero al FGD antes que al FROB, porque las ayudas del fondo público son mucho más caras (el interés es del 7,75% el primer año y creciente a partir del segundo) y además el plazo de devolución es de sólo cinco años. El FGD, por el contrario, es mucho más flexible e incluso puede dar ayudas a fondo perdido.
En todo caso, el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha zanjado de raíz esta polémica, por lo que desaparece de la agenda de las negociaciones. Lo cual no significa que no haya grandes obstáculos para cerrar la fusión, sobre todo referidos al reparto de poder, aunque hay acuerdo sobre que el mando de la entidad fusionada corresponderá a Caixanova, la entidad más pequeña pero también más saneada (de lo contrario, no habría firmado el protocolo anunciado ayer por la Xunta