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Los diez años del monstruo

Jesús Cacho - 25/07/2010

El 7 de marzo de 2003, cuando aún faltaba un año para las elecciones generales de 2004, buena parte de la redacción de este diario digital fue recibida por José Luis Rodriguez Zapatero en su despacho de la calle Ferraz. El candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE, verbalmente triturado un día sí y otro también por la soberbia insolente de José María Aznar, era un hombre cuyas posibilidades de llegar a la Moncloa no hubieran logrado un euro en una casa de apuestas. Aquel día, sin embargo, y ante la cara de asombro de mis colegas del Confi, se mostró convencido de ganar las próximas generales. Nos cayó simpático. Nos envolvió con su verborrea fácil, posibilista, sin estridencias, apta para el consumo de lactantes. Durante dos horas largas nos vendió talante para parar un tren. Frente al entonces endiosado Aznar, nos pareció el chico next door dispuesto a mover montañas a base de sonrisas. Saben muy bien lo que ocurrió el 11-M de 2004, y la importancia que los atentados tuvieron para hacer de él un “presidente por accidente”, como malévolamente lo calificó el WSJ. A primeros de marzo de 2005, coincidiendo con el segundo aniversario de aquella visita, le escribí una carta recordándole su firme promesa de volver a recibirnos si un día llegara al Olimpo. “Estimado Jesús: Muchas gracias por enviarme noticias sobre el avance de elconfidencial.com. Como tú, recuerdo bien aquel encuentro de hace dos años […] Os deseo lo mejor para esta nueva etapa de la publicación y confío en que podamos encontrarnos en cuanto despeje algo la apretada agenda que ahora tengo por delante”. Firmado, J. Zapatero.

Como dicen en mi pueblo, si te he visto no me acuerdo. Nunca más se supo. Tampoco se ha sabido de sus vicepresidentes/as y ministros/as de Economía. Para un medio como este, básicamente orientado desde su nacimiento hacia la información económico-financiera, mantener relaciones fluidas con el ministerio del ramo era y es una cuestión que rebasa lo anecdótico. De todo punto imposible. Estamos inscritos en la lista negra de los espíritus libres y, por tanto, escasamente fiables. Tratados como enemigos. Y lo ocurrido con Zapatero, en la economía y en la política, ha sucedido también con el resto de ministros de sus Gobiernos, excepción hecha de Don José Blanco, que hace escasas fecha visitó nuestra redacción. Todo lo anterior viene a cuento para enmarcar mi idea, ahora que el monstruo (En sentido hiperbólico, aplicado a la persona que tiene dotes excepcionales para algo, incluso para el mal) acaba de cumplir una década de liderazgo, de que 70 años después de terminada la Guerra Civil y 35 años después de muerto Franco, Zapatero ha venido a consolidar y otorgar savia nueva al pérfido y evanescente, o eso parecía, fantasma de las dos Españas, la izquierda y la derecha, los buenos y los malos, los amigos y los enemigos, nosotros y ellos…

Zapatero está muy lejos de ser el “bobo solemne” que algunos creyeron ver en él al inicio de su mandato..

Todo lo tenía el personaje para haber sanado heridas, aplicado ungüento a las viejas luchas fratricidas, liberado tensión a los desplantes acumulados por Aznar en los dos últimos años de su Gobierno. Para desgracia nuestra, el sujeto prefirió la vía de la confrontación, con el objetivo puesto en aislar a la derecha política y colocarla extramuros del Sistema, pretensión suicida más que vana, en tanto en cuanto suponía dejar a media España en las alcantarillas del juego democrático. En contra del tipo banal que parece sugerir la simpleza de su discurso, plagado de obviedades y cursilerías, Zapatero está muy lejos de ser el “bobo solemne” que algunos creyeron ver en él al inicio de su mandato. Obligado a gestionar las contradicciones del capitalismo tardío muchos años después de la caída del Muro de Berlín y de la muerte de “la revolución” en el altar del consumo, el de León se planteó un rearme ideológico capaz de asentar al PSOE en el poder por tiempo indefinido sobre la base de la emancipación de los grupos sociales más o menos marginados por el Sistema: mujeres, inmigrantes del tercer mundo, minorías sexuales, etnias y culturas oprimidas, movimientos con vocación transversal (ecologismo y pacifismo) y así sucesivamente.

Hacia una hegemonía socialista duradera

La “revolución” de Zapatero se ha llevado a cabo mediante una intensa actividad legislativa que a duras penas ha conseguido disfrazar los perfiles de lo que a todas luces parecía una gran operación de ingeniería social destinada a dislocar el tradicional sistema de valores del español medio, sobre la base de una sociedad sin jerarquía y una ciudadanía con más derechos que obligaciones. Y con el punto de mira puesto en la promoción de un nuevo tipo de individuo despersonalizado, desideologizado, igualitario, acrítico, incluso idiotizado. Primando la igualdad sobre la libertad. La masa sobre la persona. El pueblo sobre el ciudadano. El todo sobre cada una de sus partes. “De lo que se trata es de la producción de otro individuo, un individuo que ya no sea más construido a partir de la matriz del individuo posesivo” (Hegemonía y estrategia socialista: hacia una radicalización de la democracia. Ernesto Laclau y Chantal Mouffe). Todas y cada una de esas decisiones legislativas conseguían poner contra las cuerdas a una derecha atemorizada y bobalicona, mal preparada para aceptar el envite (el último, la posibilidad de abortar a chicas menores de 16 años sin el consentimiento de los padres), aunque ningún rebote en el PP ha sido comparable al producido por el intento, realizado en paralelo, de reescribir la reciente Historia de España procediendo a desenterrar, nunca mejor dicho, los viejos demonios familiares históricos hispanos.

Todas y cada una de esas decisiones legislativas conseguían poner contra las cuerdas a una derecha atemorizada y bobalicona.

El terremoto no ha sido menor en lo que al horizonte político e institucional se refiere, como corresponde a un personaje para quien la nación es “un concepto discutido y discutible”. En la antípodas de lo que gente como Gustavo Bueno entiende por el término (“Y digo la Nación española; no el pueblo. El pueblo no puede disponer de la Nación, el pueblo está sometido a la Nación. El pueblo es el viviente, pero la Nación contiene a nuestros muertos y a nuestros hijos”), Zapatero ha abierto en canal, sin la menor idea sobre cómo cerrarlos, melones de importancia capital en la estructura territorial del Estado, graves puñaladas a la Constitución del 78 por la puerta de atrás de los Estatutos de autonomía. Su “omnipresente esperanza fue pasar a la historia como el gran Pacificador” (Churchill sobre el incauto de Chamberlain), le llevó a intentar pactar con ETA, y con idéntica desenvoltura regaló al nacionalismo catalán un Estatut que una mayoría de catalanes sensatos ni reclamaban ni necesitaban. El resultado de tanta frivolidad a la vista está.

Estado cuarteado y españoles empobrecidos

Las consecuencias de los dislates de Zapatero serán perdurables y, al contrario de lo que ocurre con la crisis económica, puede que no tengan vuelta atrás. El Estado, tal como lo consagra la vigente Constitución, cuarteado y abocado a acontecimientos tal vez traumáticos, y los españoles empobrecidos para muchos años. No hay hoy un solo empresario o financiero importante en el país que no abomine del personaje y de su pobre gestión de la Economía. Vale la frase formulada hace unas semanas por un norteamericano de visita en España: “¿Pero no disponen ustedes de filtros capaces de impedir que un tipo como este pueda llegar a la presidencia del Gobierno?”. Impasible el alemán, el personaje ha seguido, no obstante, dedicándonos la mejor de sus sonrisas -a menudo trufadas de embustes- incluso en plena tormenta. De su boca es capaz de salir cualquier extravagancia, cualquier provocación propia de líder universitario de los sesenta, cualquier boutade sin sentido, sin que se le quiebre la sonrisa, convencido de que todo se lo perdonará la hedonista, anestesiada sociedad española actual. Sonriendo a media caña dijo el jueves, con motivo de la celebración de sus 10 años como Gran Jefe Sioux, que “estamos mucho mejor de lo que parece y lo vais a vivir”. Es posible que su entorno más cercano esté mejor de lo que parece; la realidad es que para una gran mayoría de españoles las cosas están bastante peor de lo que parecen.

“¿Es que tiene algo mejor que hacer…? A menos que se vaya de penene a León, no sabe hacer otra cosa”.

Cuando aún quedan casi 20 meses para el final de la Legislatura, el interés dentro y fuera del Partido Socialista está ahora centrado en saber, adivinar más bien, si Rodríguez Zapatero encabezará la lista socialista a las generales de marzo de 2012, en el supuesto, que es mucho suponer, de que la fiesta aguante hasta entonces. Las opiniones entre la propia nomenklatura socialista están divididas. Hay quien opina con rotundidad que por supuesto que sí. “¿Es que tiene algo mejor que hacer…? A menos que se vaya de penene a León, no sabe hacer otra cosa”, asegura un alto cargo de Moncloa, que lo define como “un duro disfrazado de blando, un tipo que jamás pega un puñetazo en la mesa, que te mata a besos, pero que tiene el virus de la política en sangre”. Cada día son más, sin embargo, los que piensan que ZP no será candidato por tercera vez, lo que aboca a los socialistas a la celebración de un Congreso para nombrar nuevo secretario general y candidato a la presidencia del Gobierno. “Es la reflexión que se están haciendo en el seno del PSOE”, asegura un destacado militante. “El problema es saber quién; es encontrar una alternativa con posibilidades de volver a ganar, porque éste optimista irredento va a dejar el partido como un sembrado”. Plagado de minas, además.

Merlos desembarca en Veo en plena polémica con Moa y contertulios

El periodista de la COPE se ha convertido en el sustituto de verano. Además de dirigir "La Mañana" en la radio de los obispos, también tiene previsto hacerse cargo de otras riendas.

Alfonso Merlos sustituirá a Carlos Cuesta al frente de "La vuelta al Mundo" de Veo 7.

Alfonso Merlos se pluriemplea este verano. El subdirector de La Mañana de COPE, que está realizando el espacio matinal de la emisora de la Conferencia Episcopal este verano en sustitución de Ignacio Villa, también va a hacerse cargo de otro programa, éste televisivo, como sustituto de su director habitual.

En breve, según ha podido conocer El Semanal Digital, Merlos -premiado hace unos meses por la Asociación de la Prensa de Madrid- se hará cargo de La vuelta al Mundo en Veo 7, la TDT de Unidad Editorial, en sustitución de Carlos Cuesta, que se marcha de vacaciones.

Curiosamente, y pese a no tener relación entre una y otra, la noticia de la llegada de Merlos coincide con la polémica que se vivió en dicho programa en la noche del jueves con la presencia de Pío Moa en calidad de historiador. Se trataba de que el escritor comentase los díez años de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del PSOE. Moa se centró en atacar a Zapatero y establecer comparaciones entre los nacionalismos, el Frente Popular y la negociación con ETA. Tras ello, el periodista Carmelo Encinas le recordó que él no era el más indicado para dar lecciones de democracia cuando había pertenecido a un grupo terrorista de extrema izquierda, el GRAPO, habiendo participado en el asesinato de un policía durante un atraco a una sede bancaria.

A partir de ese momento Moa comenzó a insultar a Encinas llamándole "gilipollas" y la tangana fue de tal magnitud que el conductor del programa, Cuesta, no pudo pararla. Motivo por el que se optó por ir a la publicidad.

Al regreso los ánimos estuvieron algo más calmados, pero Herman Tertsch no se privó de recordarle a Moa que, efectivamente, él había sido terrorista y no era la persona más adecuada para impartir clases de democracia.

Los guardias de Tráfico serán evaluados por el número de multas

EL PAÍS - Madrid - 25/07/2010

Los guardias civiles de Tráfico serán evaluados a partir del presente mes de julio con un nuevo baremo por puntos: dos por cada denuncia por seguridad vial (velocidad excesiva, no llevar el cinturón, hablar por el móvil...) y cuatro por la denuncia por transporte de viajeros o mercancías (camiones, autobuses, taxis...), según una nota interna de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Las alcoholemias valen nueve puntos cuando son por infracción y cinco si son por muestreo. El auxilio en carretera solo vale uno; la intervención en accidentes, dos.

La AUGC cree que es una amenaza velada por la huelga de 'bolis caídos'

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en el instituto armado, considera una amenaza velada esta medida. Sostienen que se intenta evitar la huelga de bolis caídos emprendida por los agentes para pedir una equiparación en condiciones laborales y salariales con el resto de los cuerpos policiales. El pasado junio se impusieron 58.000 multas en carretera frente a los 188.000 del mismo mes de 2009.

"El complemento de seguridad vial que reciben los agentes que se dedican a esto es de 150 euros al mes, y tenemos miedo de que con esta medida se pretenda coaccionarlos para que pongan más multas bajo pena de dejarles sin el dinero", afirma un portavoz de la AUGC. "Durante mayo y junio el número de accidentes mortales fue de 269 frente a los 309 del año anterior. Ha habido una bajada del 12,9%, la cuarta de la década. Esto demuestra es que la multa por la multa sirve para recaudar dinero pero no para bajar los accidentes". El escrito de la Agrupación de Tráfico dice que los nuevos criterios se dirigen a "evaluar adecuadamente a través de una información fidedigna la actividad individual y colectiva" de los agentes.

DATOS FRENTE A MENTIRAS

Después de veintitrés días de reflexión, descanso y tranquilidad, quiero explicar algunas cosas en relación con mi salida de VEO7 y el Grupo Unidad Editorial, que fundé junto a un grupo de amigos en marzo de 1989, tras abandonar el Grupo 16 en solidaridad con el despido de Pedro J. Ramírez de la dirección del periódico.

He guardado silencio desde que fui destituido de mis responsabilidades, de modo deliberado y en uso de mi derecho. Y durante este tiempo ha habido quienes, desde diferentes medios de comunicación, han mentido respecto a mi persona y los motivos de mi salida de Unidad Editorial, me han calumniado, me han injuriado y han puesto en duda mi profesionalidad.Cada uno es dueño de sus palabras y sobre todo de sus silencios. He reiterado en estas semanas que el que calla no otorga.

Y ahora, voy a explicar algunas cosas. Pero que nadie espere deslealtades, mentiras, falsedades, injurias, calumnias, rencor o falta de rigor. Simplemente, voy a defender mi honor y mi profesionalidad frente a quienes, la mayoría de las veces sin ni siquiera intentar contrastar lo que publicaban, han dedicado su tiempo a vulnerar las más alementales normas deontológicas del periodista, profesión maravillosa en la que también hay, como no podía ser de otro modo en el mundo que vivimos, quienes la denostan cada día. Y lo voy a hacer sin dejar de ser leal a una persona (y a un proyecto) con la que he trabajado lealmente durante treinta años y sin dejar de ser leal a una empresa que cofundé hace veinte. Esa lealtad será inquebrantable hasta que me muera. Tengo unos principios que aprendí de mi madre y de mi padre de pequeñito, que estoy muy orgulloso de aplicar cada día de mi vida y que rigen mi comportamiento personal y profesional. Y no voy a quebrantarlos jamás. Si otros actúan de diferente modo, es su elección.

A lo largo de treinta y tres años de ejercicio del periodismo he cometido, estoy seguro, muchos más errores que aciertos. Tengo la conciencia muy tranquila porque, siempre que me he equivocado respecto de alguna persona o institución, no me ha costado nada pedir perdón. Y cuando he vivido el éxito, siempre he sido muy consciente tanto de lo efímero que es como de la imposibilidad de haberme siquiera acercado al triunfo profesional sin la ayuda de quienes han trabajado junto a mí.

Si estoy orgulloso de algo es de haber sido capaz, desde la primera ocasión en que asumí responbilidades de mando, de haber formado equipos con profesionales bien preparados, de máximo nivel, de los que siempre he aprendido y a los que he respetado personal y profesionalmente. Nunca he sido sicario de nadie, como jamás le he pedido a nadie que lo fuera mío. Siempre me ha gustado la gente con criterio y principios que pelea en defensa de los mismos, como peleo yo cada día en defensa de los mios. Siempre me han gustado los discrepantes, los que se salen del guión, los que se expresan libremente, los que no temen a nadie, en la misma medida que siempre he desconfiado de los que practican el halago fácil, de los mansos, de los que adulan siempre al superior jerárquico. Siempre he buscado para formar mis equipos a profesionales mejores que yo, con los que enriqucer mis conocimientos, en la misma medida que he huido de los mediocres.

De corazón os digo que siempre he aprendido más de los errores que de los aciertos. Soy un convencido de que las grandes personas no son las que nunca se caen, sino las que saben levantarse con la cabeza erguida tras un tropiezo. La confianza lleva a la relajación, y por ello nunca he confiado más que en el esfuerzo de cada día y en el talento. Siempre he trabajado sin miedo a nada ni nadie en la busqueda de la verdad, y el único miedo que he tenido ha sido a cometer un error, y eso me ha hecho saber estar muy atento a los riesgos de cada decisión.

Quien asume la responsabulidad de dirigir un grupo de seres humanos, en cualquier actividad profesional, debe tener siempre bien presente el peor de los escenarios, porque de ese modo está en disposición de tener preparada la respuesta a los problemas que van surgiendo. Siempre he tratado, y creo que casi siempre conseguido, rodearme de buenos profesionales que,además, fueran buenas personas. He querido y he pretendido que me quisieran. Pero he querido también que me siguieran porque me querían y no que me quisieran porque me seguían. No me gustan quienes se niegan a entender que detrás de un profesional hay un ser humano que siente y padece como yo y merece el mismo respeto, si no más aún que el que pueda merecer yo. He intentado siempre incluir en el grupo y dar protagonismo a los que no protagonizaban, a los que estaban siempre detrás del escaparate, en la trastienda. Y siempre he considerado que el discrepante del grupo, el rebelde, el que se sale del guión establecido, no son nunca una amenaza para el grupo sino que son precisamente quienes te están advirtiendo de los peligros que te acechan.

He buscado el éxito. Probablemente sea vanidoso y ambicioso, pero considero que es legítimo serlo si siempre esa vanidad y esa ambición están condicionadas a no vulnerar los principios éticos y deontológicos esenciales en el ejercicio de la profesión periodística para obtener un reconocimiento. No creo que valga todo. Como no creo que no existan límites. Lo único que no he admitido jamás, contra lo que he luchado y me he revelado, con lo que he sido duro e intransigente en mis equipos, ha sido la pereza, la molicie, la falta de espíritu, de coraje, la renuncia a la pelea, a la lucha, a la búsuqeda de la noticia verdadera.

Y como el éxito y la felicidad no son sinónimos, os puedo garantizar que he sido feliz en los triunfos y también he sido muy feliz en las derrotas. De cada error, de cada fracaso de audiencia, de cada decisión equivocada he aprendido mucho, sobre todo a no reincidir en el error. Aprendí además muy pronto que las adhesiones cínicas se pierden cuando el éxito te abandona, pero esos son momentos excelentes para detectar las lealtades sinceras, porque el éxito es una excepción, no una regla, y es en el fracaso, en el error, en la derrota donde el que dirige acredita su liderazgo. Estoy muy orgulloso de no haber dejado nunca de defender a mi gente, de no haber aceptado nunca una imposición de arriba en contra de un inferior jerárquico. Siempre me he equivocado por actuar, no por quedarme quieto, y seguro que en muchas decisiones que han afectado a personas he sido injusto, y lo lamento, pero sólo el que toma decisiones comete errores.

En mayo de 2008 llegué a la dirección general de VEO7, tras comprar Unidad Editorial el cien por cien de las acciones de los minoritarios. Junto a un equipo de profesionales excelente, algunos de los cuales estaban ya en el anterior equipo, mientras que a otros les incorporamos los gestores recién llegados, he llevado las riendas de los contenidos de la cadena durante dos años, hasta junio de 2010, fecha en la que fui destituido de mis responsabilidades por el director general editorial de Unidad Editorial, Pedro J. Ramírez, y por el Presidente de VEO7 y consejero delegado de Unidad Editorial. Tras varias semanas de negociaciones, y tras escuchar varias ofertas que consideré inaceptables profesionalmente, pacté mi salida del Grupo en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC).

Algunos han dicho y escrito que el motivo de mi salida es que al accionista no le gustaban los contenidos de la cadena. Si fuera así, no tengo nada que decir, es materia subjetiva y por lo tanto respeto todas las opiniones. Pero se ha dicho y escrito también en numerosos medios que el motivo de mi salida fue la mala gestión de los contenidos traducida en una audiencia bajísima de VEO7 y en una cuenta de resultados de pérdidas millonarias de la compañía. Y esto no lo admito, porque afecta a mi prestigio profesional y es sencillamente mentira, falso de toda falsedad.

Respecto a la audiencia, en 2008, VEO7 tenía un 0,25% de share, resultado que no estaba nada mal si se tiene en cuenta la escasa penetración de la TDT en esas fechas. Con una inversión que no llegó a los 10 millones de euros anuales, al finalizar el mes de junio de este año, fecha de mi salida, VEO 7 tiene, según los datos oficiales de Kantar Media (antes Sofres), un 0,83% de share en el total sistemas y un 1,01% de share en el total TDT. Esta es la realidad. Es una audiencia superior a la de, por ejemplo, CNN+ o el Canal 24 horas de RTVE, por poner dos ejemplos de cadenas con una implantación, unos medios y un presupuesto muy superiores al de VEO7. Quien sepa algo del negocio de la televisión sabe que es un resultado que, como poco, se puede calificar de bueno.

Cuando llegamos en mayo de 2008 a VEO7 mi equipo y yo, y asumimos la responsabilidad de la gestión de la cadena, la cuenta de resultados del multiplex de VEO Television, de la que eramos responsables, estaba en una pérdidas de 7 millones de euros en números redondos. En 2009 perdimos 6 millones de euros y cuando en junio de este año abandonamos la compañía la prevision de cierre del 2010 era de 6 millones de beneficio. Son datos públicos y no vulnero ningún secreto empresarial revelándolos. Y tras los acuerdos que firmamos con A3 Advertising para la gestión de la publicidad, la facturacion publicitaria de VEO7 prevista para este año con esos datos de audiencia será de 25 millones de euros. Estos últimos datos, logicamente, se consolidarian, si en el segundo semestre, una vez que se ha consumado mi salida y la del Consejero Delegado, Jaime Gutiérrez Colomer, los gestores consiguen mantener la tendencia de audiencia consolidada por nuestro equipo.

Por último, y dado que hay quien ha dicho y escrito barbaridades como que yo tenía un contrato blindado gracias al cual me he llevado 3 millones de euros, que tengo la depresión de los 3 millones de euros (con entrevista a una psicologa incluida), que el personal de Unidad Editorial no iba a poder cobrar la nómina por mi culpa, y barbaridades de ese jaez, quiero aclarar públicamente que no acepto el término “se ha llevado”. Por respeto a mis compañeros y subordinados, a quienes ya se lo he explicado en persona, mi salida de Unidad Editorial, pactada en el SMAC, ha sido retribuida estrictamente por lo que marca la ley, que son 45 días por año trabajado. Así de sencillo. Si la ley hubiera dicho otra cosa así habría sido. No me he llevado nada. Me han pagado lo que me correspondía por ley. Ni más ni menos. Como debe ser. Y me he despedido del Consejero Delegado del Grupo, D.Antonio Fernández Galiano y del director de Recursos Humanos, D. Iñigo Argaya, dándoles un abrazo, como caballeros, como debe ser entre uno de los fundadores que abandona la compañía y quienes tienen la responsabilidad de la gestión.

Y termino. No tengo rencor. Hacia nadie. No tengo un minuto de mi vida para mirar atrás. Me quedan muchas cosas por hacer. Jamás traicionaré la lealtad a la empresa para la que he trabajado 22 años después de fundarla, y a las personas con las que he trabajado tan bien durante tanto tiempo. Eso no quita para que sepa muy bien que hay una persona, a la que no quiero mencionar, que sabe muy bien que me ha traicionado. No por decidir prescindir de mis servicios profesionales, a lo que tenía pleno derecho, sino por la forma empleada para hacerlo. No voy a entrar en detalles. El y yo los conocemos. No guardo rencor a nadie, no me cansaré de decirlo. Pero la respuesta a la lealtad que he mantenido durante treinta años estoy convencido de que es injusta en la forma. No he encontrado nada mejor para explicar el comportamiento de esta persona, de un tipo que creía que era mi amigo, que el primer párrafo del artículo publicado por el director de El Mundo, Pedro J.Ramírez, el domingo 20 de junio pasado, cuando la traición ya estaba consumada y yo destituido de todas mis funciones. Decía literalmente: “¿Qué hacer cuando todo un mundo se desmorona de la noche a la mañana, cuando un código de certezas, tradiciones, lealtades, valores ideológicos y argumentos culturales que han sido transmitidos de generación en generación queda destruido como por ensalmo y los propios guardianes de sus esencias se despiertan desnudos entre las ruinas, mientras a su lado emerge poderoso un orden nuevo basado en el triunfo de cuanto les resultaba ajeno o más bien antagónico?”. Pues eso.

Gracias amigas y amigos por todas las muestras de apoyo y de cariño que me habéis demostrado en los dos últimos meses. Me ha ayudado mucho más de lo que imagináis. Jamás podrá agradeceroslo lo suficiente. Gracias de corazón. Os contaré por donde encamino mis pasos profesionales. Mi afecto, mi cariño, mi respeto y mi agradecimiento para todos. Blog de Melchor Miralles

SUSTITUCIÓN DE VERANO

Merlos desembarca en Veo en plena polémica con Moa y contertulios

El periodista de la COPE se ha convertido en el sustituto de verano. Además de dirigir "La Mañana" en la radio de los obispos, también tiene previsto hacerse cargo de otras riendas.

Alfonso Merlos sustituirá a Carlos Cuesta al frente de "La vuelta al Mundo" de Veo 7.

Alfonso Merlos se pluriemplea este verano. El subdirector de La Mañana de COPE, que está realizando el espacio matinal de la emisora de la Conferencia Episcopal este verano en sustitución de Ignacio Villa, también va a hacerse cargo de otro programa, éste televisivo, como sustituto de su director habitual.

En breve, según ha podido conocer El Semanal Digital, Merlos -premiado hace unos meses por la Asociación de la Prensa de Madrid- se hará cargo de La vuelta al Mundo en Veo 7, la TDT de Unidad Editorial, en sustitución de Carlos Cuesta, que se marcha de vacaciones.

Curiosamente, y pese a no tener relación entre una y otra, la noticia de la llegada de Merlos coincide con la polémica que se vivió en dicho programa en la noche del jueves con la presencia de Pío Moa en calidad de historiador. Se trataba de que el escritor comentase los díez años de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del PSOE. Moa se centró en atacar a Zapatero y establecer comparaciones entre los nacionalismos, el Frente Popular y la negociación con ETA. Tras ello, el periodista Carmelo Encinas le recordó que él no era el más indicado para dar lecciones de democracia cuando había pertenecido a un grupo terrorista de extrema izquierda, el GRAPO, habiendo participado en el asesinato de un policía durante un atraco a una sede bancaria.

A partir de ese momento Moa comenzó a insultar a Encinas llamándole "gilipollas" y la tangana fue de tal magnitud que el conductor del programa, Cuesta, no pudo pararla. Motivo por el que se optó por ir a la publicidad.

Al regreso los ánimos estuvieron algo más calmados, pero Herman Tertsch no se privó de recordarle a Moa que, efectivamente, él había sido terrorista y no era la persona más adecuada para impartir clases de democracia.Semana digital

LO QUE NO CUENTA EL PRESIDENTE

"El País" insinúa la razón real del plantón de Zapatero a Rodiezmo

El diario de Prisa, nada sospechoso de practicar el "antizapaterismo", deja caer que no lo hace por respeto a los sindicalistas, como él dijo, sino en beneficio propio.

"El País" deja caer que Zapatero no irá a Rodiezmo no por respeto a los sindicalistas, sino para no ser blanco de sus iras.

José Luis Rodríguez Zapatero justificó su ausencia de Rodiezmo en que no le parecía "pertinente" acudir este año por respeto a los sindicalistas, que sólo unas semanas después llevarán a cabo su amenaza de huelga general. Pero, ¿es ése el verdadero motivo?

No lo tiene tan claro El País. El diario, nada sospechoso de practicar el antizapaterismo, insinúa en sus páginas de este viernes que la razón no es ésa, sino que Zapatero no está dispuesto a ponerse ante el paredón a sabiendas de que los sindicalistas le van a insultar, silbar e increpar de lo lindo.

En un análisis sin firma titulado Rodiezmo en crisis, el rotativo sostiene que el de la fiesta minera astur-leonesa era el único mitin en el que "los asistentes aún se atrevían a increpar al líder indiscutible del socialismo español, lo que siempre es un fastidio". Y, como puntilla, suelta lo que sigue: "Igual la culpa de este abrupto final no la tiene solo la crisis".

No es el único rejón que le clava El País, puesto que en el artículo recuerda que sin el presidente este año la fiesta tendrá menos pompa y lustre. "De los coches oficiales salían cada año Zapatero y los suyos en mangas de camisa y pañuelo al cuello para intentar confundirse con las gentes humildes y los sindicalistas de UGT y cantar La Internacional con el puño en alto (aunque el líder siempre lo hacía con mayor recato)", cuenta.

Cabe recordar que tras la espantada de Zapatero se ha producido un efecto dominó: Ferraz ha confirmado que nadie de la cúpula socialista estará este año a la campa, así que los españoles no podrán ver de nuevo a las jóvenes promesas Leire Pajín y Bibiana Aído con el puño en alto. Quien sí estará es Alfonso Guerra, otro de los habituales, que ha decidido ir por libre. Algo bastante frecuente, por otra parte. el semanal digital.

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