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A las puertas de un nuevo modelo político

El desgaste de PP y PSOE puede dar paso a un sistema con cuatro partidos
Populares y socialistas necesitarían pactar con IU o UPyD para poder gobernar
Si mañana hubiese elecciones' 
PSOE y PP minimizan el desgaste del bipartidismo y Rajoy reclama “tiempo”
El bipartidismo entra en crisis.“El bipartidismo no deja espacio para la sociedad”

Fernando Garea   Fuente: Metroscopia. / EL PAÍS

El modelo institucional y político que se sustenta sobre dos partidos hegemónicos que se alternan en el poder con distintas mayorías está en cuestión y amenazado. El desgaste de PP y PSOE, acelerado por la crisis económica, esboza un panorama político fragmentado que obligaría a pactos entre partidos nacionales, según un estudio de Metroscopia para EL PAÍS. Si se consolidara ese clima social estaríamos a las puertas de un nuevo modelo político.

El estudio se basa en una simulación sobre los sondeos publicados desde enero, con un total de 14.000 entrevistas, que refleja el clima social del momento y la proyección en escaños en unas futuras elecciones generales. El PP bajaría a solo 139 escaños y el PSOE a un mínimo histórico de 90 diputados, frente a las espectaculares subidas de IU y UPyD que se convertirían en llave para cualquier combinación parlamentaria.

El modelo que dibuja el estudio sería muy similar al del inicio de la democracia constitucional, cuando cuatro partidos se repartieron la mayoría del Congreso. Eran UCD, Alianza Popular, PSOE y PCE y, posteriormente, esa distribución pasó al bipartidismo casi perfecto de PP y PSOE. Entre los cuatro partidos —PP, PSOE, IU y UPyD— sumarían ahora los 310 escaños a los que antes llegaban entre populares y socialistas únicamente. En anteriores legislaturas, cuando alguno de los dos partidos no llegaba a la mayoría absoluta, la aritmética se completaba con los votos de los partidos nacionalistas pero, si se confirmara el nuevo modelo, ahora ese apoyo ya no sería suficiente. De hecho, el estudio contiene malas noticias para los nacionalistas, especialmente para CiU, porque dejarían de ser determinantes y porque una vez que han tomado el camino de la radicalidad soberanista los electores parecen preferir al original a la copia. Es decir, que puestos a ser independentistas, prefieren a ERC que a CiU, como ocurrió en noviembre en las elecciones catalanas.
La formación de Cayo Lara con 48 escaños y la de Rosa Díez con 30 serían determinantes en ese nuevo tiempo político, aprovechando la falta de liderazgo de populares y socialistas, a quienes los españoles siguen viendo como responsables de la crisis. Obviamente, hay factores futuros que pueden superar las conclusiones del estudio, como la movilización ante las urnas de los votantes del PP que ahora parecen desilusionados e irritados; la aparición de un nuevo líder que tire del PSOE, una vez que Alfredo Pérez Rubalcaba se muestra como amortizado o el atisbo de una recuperación económica.
También puede cambiar esa expectativa si fructifican, a la izquierda del PSOE, los intentos por articular una gran fuerza política que aglutine a IU, a movimientos sociales e incluso a una parte del 15-M que estaría dispuesta a participar en unas elecciones. Las europeas de junio de 2014 pueden ser una especie de ensayo general de esa posible alternativa, con aspiraciones de superar al PSOE, en unas elecciones que suelen ser propicias para castigar a los partidos mayoritarios.
En el caso de UPyD, los datos del estudio muestran opciones de notables cambios de modelo, al ser determinante para impulsar reformas constitucionales, que están en su ideario fundacional y para los que carece ahora de diputados suficientes. Su irrupción cubre el espectro que deja libre el PSOE de posición firme contra los nacionalistas y también supone que, por primera vez, el PP compita contra otra fuerza en las urnas.


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FICHA TÉCNICA. Ejercicio de simulación basado en un total de 14.000 entrevistas obtenidas en una secuencia de sondeos de opinión efectuados por Metroscopia desde enero hasta mediados de mayo de 2013. Los datos han sido tratados como si constituyeran un tracking o estudio de seguimiento. El objetivo, en todo caso, de este ejercicio no es establecer un pronóstico o estimación de resultado electoral sino tratar de determinar a qué podría, teórica e hipotéticamente, equivaler un estado de ánimo político como el que ahora predomina en la sociedad española. Aunque han sido obtenidos según los mismos procedimientos y criterios usualmente utilizados en sondeos preelectorales, los datos del presente cuadro no deben ser entendidos como un pronóstico (es decir, como una estimación más o menos razonablemente fundada de un probable, y futuro, resultado electoral) sino como un intento de buscar una traducción numérica, en términos de escaños, a los actuales sentimientos, referidos al ámbito público, que expresa la ciudadanía. El ejercicio se basa en el supuesto de una participación excepcionalmente baja (en torno al 55%), que es la que llevan meses declarando los electores, y por tanto en función de esta deben ser entendidas y evaluadas las equivalencias obtenidas. Obviamente, y al menos en principio, en un período realmente preelectoral, y con una consiguiente mayor previsible propensión ciudadana a acudir a las urnas, los datos correspondientes a cada partido podrían variar: pero entonces se trataría ya de una estimación del resultado electoral probable. Se detallan los datos referidos a los cuatro partidos de ámbito nacional, que en conjunto sumarían 307 escaños (en la actualidad suman 312: es decir, el total obtenido en esta simulación apenas varía del resultante tras las elecciones de 2011, pero sí, y significativamente, su distribución).

Ondárroa siempre ha sido un lugar complicado

Autor: Rosa Díez. Upyd

Treinta furgonetas de la ertzaintza tratan de ejecutar la orden de la Audiencia Nacional para detener a la terrorista Alkorta en Ondárroa. Al frente, dirigentes de EH Bildu, partido testaferro de ETA al que el ministro de Interior y todo el PP sigue considerando “de los nuestros”.  No es exageración, recuerden al número dos del PP vasco, Oyarzabal, explicando hace nada que con ellos hay que construir el futuro…

Ondárroa siempre ha sido un lugar complicado; vean…

Un mitín en Ondárroa un artículo de Carlos Martínez Gorriarán en el ABC edición del 20 de mayo de 2003

Esta es una historia más melancólica que épica. El 14 de mayo asistí al mitin electoral de Rosa Díez, cabeza de la lista socialista en Ondárroa. Les sonará el pueblo, antaño tema favorito de numerosos pintores costumbristas que hicieron de su puerto y su puente gótico el modelo de un pintoresco y laborioso «pueblo pesquero vasco». Hoy siguen allí los barcos, el puente y la pequeña ría, pero en sus estrechas calles en cuesta huele más a miedo que a salazones.

Debido a la intimidación general, los socialistas no presentaron ninguna lista electoral en las anteriores elecciones municipales -sí lo hizo el PP, que tiene su concejal-, pero este año Rosa Díez, presidente del grupo socialista español en el Parlamento Europeo, quiso presentarse en esa plaza hostil porque, a pesar de todo, en las últimas elecciones hubo allí cien votos socialistas.

Asistir a ese mitin servía, además de para acompañar a la amiga Rosa, para recibir una dosis de recuerdo de anticuerpos de esa peste ideológica que ha convertido tantos vecindarios vascos en rebaños asustados vigilados por fanáticos. De manera que allá fuimos. El mitin estaba convocado en una plaza de acceso intricado con pinta de encerrona, pero al menos allí los asistentes no corríamos el riesgo de ser arrojados a la ría, como algunos habían previsto. Pero la pequeña plaza era grande para las veintidós personas contadas, además de unos veinte escoltas, reunidas para escuchar a la candidata. En total había una docena de afiliados socialistas, incluyendo a Carlos Totorika, dos concejales y un parlamentario autonómico. Pero ni un sólo vecino de Ondárroa.

Comienza el acto. Cuando Totorika inicia la presentación de Rosa, irrumpen unos cincuenta adolescentes inequívocamente borrokas. Les vigilan los antidisturbios de la ertzaintza que protegen el acto. Un payaso con peluca roja y megáfono gesticula: cuando se recuerda a los asesinados por ETA se tira al suelo fingiendo convulsiones; los demás niñatos ríen la patochada y berrean sus consignas.

Un grupo de niños de cuatro o cinco años, que juegan al fútbol arriba de la plaza, nos insultan diciendo «¡faxistas, faxistas!», entre risas y patadas al balón. La situación recuerda lo que cuenta un erudito vascongado del siglo XVI, orgulloso de que los niños vascos, al grito de «¡judío, judío!», solían descalabrar a pedradas al infortunado acusado de serlo. Los delincuentes juveniles procuran impedir que Rosa Díez hile una frase tras otra. Desde el ayuntamiento, un guardia municipal sonríe irónicamente. Dos abuelas se ocultan torpemente tras la furgoneta de la megafonía para escuchar sin ser vistas. Los vecinos pasan al lado deprisa, fingiendo ser sordos y ciegos; alguno se rezaga para curiosear, pero sólo se detienen los evidentemente cabreados con la «invasión española».

Otros, prudentes, escudriñan tras las ventanas cerradas sin exponerse al sol de la tarde. Se adivina quienes son abertzales porque ellos sí que se asoman para ostentar su patriótica indignación. Una treintañera pálida que sube con su bici se detiene para increparnos histéricamente. Un bar cercano pone a tope su propia música estruendosa, tratando de acallar a la candidata cuando promete cumplir durante los próximos cuatro años su compromiso con los ondarreses demócratas -¿dónde están?- que puedan votarle.

Va terminando la surrealista performance política. Los escoltas se arremolinan en torno a sus protegidos, urgiendo salir cuanto antes de la encerrona. Los antidisturbios se acercan al grupo reventador y, sin dudarlo un momento, separan a seis o siete para cachearlos contra la pared; cuando los sueltan, la parroquia aplaude a sus héroes. Luego, la ertzaintza dispone un pasillo de uniformes negros y cascos rojos para que la candidata y sus acompañantes puedan abandonar indemnes este viejo puerto de Vizcaya.

Lo inexplicable -¿o es explicable?- es que el PSE haya dejado completamente sóla a Rosa Díez. Querida Rosa, con esos amigos no necesitas enemigos: nadie de la dirección se digna comparecer; ni siquiera el candidato a Juntas que había prometido ir. Ni tampoco avisan a la prensa -¿porqué podía favorecerte?-, que se ha perdido el espectáculo del día y quizás uno de los más significativos de toda la campaña, porque pone perfectamente de manifiesto las condiciones bananeras que padece la campaña electoral constitucionalista en tanto puntos del País Vasco.

Los amigos llegados de San Sebastián nos largamos tratando de pasar desapercibidos. En nuestra ciudad apoyamos a María San Gil, en Ondárroa a Rosa Díez. No nos importa ahora qué partido presenta a cada una, sino lo que ellas representan: la esperanza de una alternativa democrática al régimen nacionalista. Queda el consuelo de saber que esa noche los fanáticos de Ondárroa se sentirán un poco más derrotados por este modesto desafío. Porque a pesar de su eficaz política de terror, incluso en Ondárroa habrá candidaturas y votos constitucionalistas. Y pronto desaparecerá el olor a miedo y volverán los viejos aromas portuarios a sal, gasoil y pintura.


Cospedal, Arenas y Mayor llaman a capítulo a los barones: el apoyo a Rajoy no es negociable


El PP ha abierto su XIX Interparlamentaria con los habituales llamamientos a la unidad que esta vez no han parecido de oficio, sino de respuesta a la guerra de declaraciones en que se han metido varios de sus 'barones' autonómicos a cuenta del reparto del objetivo de déficit autonómico. "Es el momento de estar todos juntos", ha dicho la secre taria general del PP, María Dolores de Cospedal, además de insistir en que "no es negociable" el apoyo al Gobierno. Javier Arenas y Jaime Mayor Oreja también ha recordado la especial responsabilidad de las Comunidades presididas por populares en la cohesión del país.

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