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El maltrato generalizado a Guardias Civiles y Policías no va quedar impune. Es hora de decirle a todos los políticos que las FSE defiende el estado y los derechos constitucionales y  no sus privilegios.

Policías y Guardias Civiles en Cataluña


Autores. José Manuel Sánchez Fornet  y  José Piñeiro

Debemos ver para atrás para aprender. Todos los colectivos de las FSE, deben comenzar un cambio generacional en la forma de entender la defensa de los intereses de sus representados. No es el momento de verse el ombligo, hay que aceptar los fracasos y ser responsables, si hay que dimitir y ponerse a la cola, es un ejemplo para todos. No podemos seguir manteniendo un paradigma que ya no sirve. Por suerte comienzan a darse cuenta y a todo el colectivo de policías y guardias civiles les esperan momento de grades logros, el primero comunicar a todos los políticos que las FSE que están de pie por sus derechos y por los de sus familias, y que ya no se creen sus mentiras endémicas. Policías y Guardia Civiles les darán muchas sorpresas a los que siguen creyendo que España es su parcela particular y que siembran en ella lo que les viene en gana.

Varios miles de efectivos de Policía y Guardia Civil fueron trasladados a Cataluña para impedir el referéndum ilegal del 1-O de 2017. Muchos de ellos fueron alojados en el barco “Piolín” en condiciones calamitosas, hacinados, mal alimentados y peor tratados, responsabilidad de políticos y mandos policiales. Quienes consiguieron alojamientos más decentes en hoteles fueron hostigados y tuvieron que abandonarlos. Miles de guardias civiles fueron alojados en cuarteles y residencias militares, durmiendo en naves con decenas de camas, pocos cuartos de baño, sucios y sin agua caliente.

Cabría esperar, tras la experiencia de hace dos años, que algo se habría aprendido. Pero no, este Gobierno del PSOE trata a los miembros de las fuerzas de seguridad con el mismo desprecio que el del PP. Los miles de policías y guardias desplazados a Cataluña soportan malas condiciones de alojamiento, difícil descanso, estrés derivado de la situación que enfrentan, alejamiento de su familia, una sociedad hostil, mal pagados y peor reconocidos en lo material, más allá del uso cínico que hacen todos los políticos alabando su tarea, buscando beneficios en forma de votos. Se ha producido la misma improvisación que hace dos años; siguen maltratados y despreciados, con exceso de horas de servicio y sin compensación justa.

¿En qué ley, norma, práctica de operativa policial, está escrito que los policías tienen que soportar durante horas lanzamiento de objetos contundentes, botellas, piedras, bolas de acero con potentes artefactos… sin que se organice un dispositivo para dispersar y detener a los violentos? ¿Qué Estado y qué clase política de un Gobierno responsable permite “lapidar” a los policías –casi trescientos heridos-, siendo su respuesta meramente defensiva, acomplejada, arriesgando la integridad física de los agentes? ¿Qué sentido común, político, de interés del Estado, permite que mientras los policías están con decenas de heridos, casi desbordados, más de 1.000 miembros antidisturbios de la Guardia Civil no sean utilizados? Mientras escribo esto, por fin, tras más de 36 horas de bloqueo de la A7 en la Junquera, de miles de conductores secuestrados, parece que los anti-disturbios de Guardia Civil van a actuar secundando a la policía francesa. ¿No sabían ambas policías que se iba a cortar esa carretera desde hace dos semanas? ¿Por qué no han prevenido evitando el perjuicio ocasionado? ¿Hay algún responsable de ese recorte de derechos a la ciudadanía que pretendía circular por esa carretera? No, en España nunca nadie es responsable.

El Gobierno actual del PSOE como el anterior del PP, con sus ministros ausentes y utilizando a la Policía como escudos; el ministro Marlaska mintiendo, como Zoido, y de “picos pardos” mientras decenas de policías eran heridos; el director general de la Policía, un tal Pardo, desaparecido antes del combate; el DAO, con amplia experiencia en UIPs, superando en torpeza al anterior. Ponen en riesgo a los policías. Ni mandos ni políticos merecen los profesionales que dirigen. Y los sindicatos policiales han reproducido lo que ocurrió durante las olimpiadas de 1992. Hoy también las asociaciones de guardias civiles que entonces no estaban legalizadas. En vez de unirse y garantizar mejores condiciones de alojamiento, laborales, comida, descanso y un justo plus económico, están en competencia, en guerra fratricida entre ellos por sus cargos y mamandurrias. Exactamente como la clase política a la que tanto critican pero a la que tanto se parecen en la práctica. Una Plataforma por Cataluña de sindicatos y asociaciones de policías y guardias civiles debería existir hace tiempo para estos asuntos comunes de condiciones de trabajo y derechos laborales. Los políticos y mandos desprecian a los policías y guardias civiles ¿Qué hacen sus organizaciones representativas?

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