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Rebelión soterrada en el Gobierno contra Rajoy. Ministros y altos cargos han llamado a Pedro J.: “Suscribimos tu crítica al presidente. Tenemos un Gobierno sin país”

La actuación de Mariano Rajoy en los últimos meses tiene profundamente enfadados a algunos ministros y a altos cargos del Gobierno, que no entienden por qué no da la cara de una vez por todas, sino que, al contrario, opta por mantener un riguroso silencio ante la suma de problemas que surgen. Hay ya una rebelión interna, aunque de momento soterrada. Muchos de ellos suscriben la demoledora carta de Pedro J. Ramírez del domingo sobre Rajoy.

La actitud del presidente del Gobierno, de mantenerse lo más alejado posible de los medios de comunicación, es ampliamente criticada por varios miembros de su Gabinete. Desde que llegó a La Moncloa optó por un perfil prácticamente nulo hacia el exterior, pero ahora lo entienden mucho menos, teniendo en cuenta la suma de tropiezos y dificultades que últimamente afectan al partido y al Gobierno.
Por citar sólo algunos: el caso Bárcenas, el déficit erróneo comunicado a Bruselas, la deriva independentista de Cataluña, los ‘escraches’ en domicilios de militantes y los ataques a sedes del PP, las cifras de paro…
Debe dar explicaciones a los españoles
Rajoy no da la cara y permanece oculto durante la mayoría de la semana, sin que tampoco desde Presidencia se facilite a los medios información sobre su día a día. Esta política de “ocultación”, como la definen algunas personas de su entorno, empieza a ser criticada por destacados miembros del Gobierno.
Según ha podido saber El Confidencial Digital, varios ministros han expresado en los últimos días su desacuerdo con la actitud de Mariano Rajoy: consideran que el presidente debe explicar a los españoles qué está haciendo y cómo lo está haciendo.
También han tenido palabras de reproche hacia el presidente otros altos cargos, algunos de ellos que pudieron ser ministros o lo serán en el futuro.
De momento, han expresado sus críticas en privado, ante personas de su máxima confianza. “No puedo decirlo en público porque estaría perdido”, ha sido el argumento utilizado por uno de estos destacados miembros del Gobierno.
Catalizador, la carta de Pedro J. Ramírez
El domingo, el director de El Mundo publicó una carta con críticas muy duras al presidente del Gobierno, ampliamente comentada en el Ejecutivo, tanto en La Moncloa, como en los diferentes ministerios, y que ha servido de catalizador para esas quejas de ministros. Subrayaba que, a estas alturas, Rajoy no se lleva bien con casi nadie de este país.
Bajo el título ‘Un gobierno sin país’, Pedro J. Ramírez firmaba frases como las siguientes:
-- “Podría ser, pues, hasta saludable que al cabo de 35 años de democracia haya un jefe de Gobierno que se fuma igual de bien su puro si a toda la prensa le va de mal en peor. El único problema es que, por lo que vengo observando, eso mismo le ocurre con las empresas del Ibex y laspymes, con las organizaciones de autónomos, con los intelectuales, con los cineastas, con las academias, con las víctimas del terrorismo, con los rectores de universidad, con las asociaciones de jueces y fiscales, con los agricultores y ganaderos, con los perjudicados por las preferentes, con los sindicatos médicos, con los padres de alumnos, con los defensores del español, con los científicos e investigadores, con los músicos, con las grandes superficies, con el pequeño comercio, con las uniones de consumidores, con los cazadores y pescadores, con los actores, con las casas regionales, con las escuelas de negocios, con los artistas plásticos, con los dueños de bares y restaurantes y con las cofradías de la Semana Santa”.
-- “Nunca ha habido en La Moncloa un gobernante tan distante de todos y de todo, tan alejado de la sociedad civil, tan desentendido de los problemas sectoriales, tan incomunicado de los españoles, tan ajeno a los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa. Ni está en la calle, ni habla con la gente, ni va al teatro, ni organiza cenas interesantes -tampoco aburridas-, ni se implica en debate o controversia alguna. A eso le llama Rajoy su ‘independencia’”.
-- “Para Rajoy hay una única excepción a la regla: su partido. Él sólo depende de los suyos, igual que los suyos sólo dependen de él. Por eso no se reforman las administraciones públicas o la ley electoral, ni se condiciona la recepción de dinero público a la democracia interna, ni se devuelve a los jueces el control del Poder Judicial, ni se depuran responsabilidades por la trama Gürtel y los sobresueldos de Bárcenas, ni siquiera se obliga a dejar el cargo a una ministra a la que los corruptos le pagaban el viaje, el hotel y el coche cada vez que salía de su casita de los confeti”.
-- “Si la forma que tiene Rajoy de ejercer el -ejem- liderazgo estuviera dando resultados, no habría otro remedio que aparcar los ideales regeneracionistas, sacrificar las musas a la eficiencia y guardar un responsable silencio respecto a lo mal que quedan los adornos del salón. Pero lo que vemos por doquier, y lo que se nos augura, indica que tenemos al frente de la nave a un hombre inadecuado para abrirse camino en medio de una tempestad tan dura”.
-- ¿Para qué quería Rajoy una palanca tan difícil de obtener desde el centroderecha si luego no la utiliza ni para reformar el Estado, ni para garantizar los derechos constitucionales de los españoles, ni para meter en vereda a las autonomías, ni para forzar a la UE a cambiar las reglas de un juego que nos tumba?”
-- “La España átona de Rajoy requiere con urgencia de un impulso político que reviva su encefalograma plano”.
-- “Es cierto que, con sus 187 escaños, Rajoy ha contado esta semana, en su merecido descanso de Doñana, con la más estable de las hamacas. Pero muchos de los españoles que aún tienen viviendas ni siquiera han podido pagar este invierno el combustible para calentarlas; y él no parece enterarse de que, a este paso, se mecerá pronto no ya en un ‘Gobierno sin periódicos’, sino directamente en un gobierno sin país”.
Llamadas de ministros a Pedro J.
Según ha podido conocer ECD, algunos ministros y altos cargos se han puesto en contacto directamente con Pedro J. Ramírez para felicitarle por su artículo y transmitirle que suscribirían “de la A a la Z” sus palabras.
Todos le han transmitido el mismo mensaje: “Estamos al cien por cien con tu crítica al presidente. Tenemos un Gobierno sin país”.
Otros directivos de la redacción de El Mundo también han recibido llamadas procedentes de personas del Gobierno transmitiéndoles su total acuerdo con las reflexiones de Pedro J.
¿Qué ha hecho estas dos semanas?
La principal crítica a Rajoy que formulan en privado estos miembros del Gobierno es que los españoles no saben qué hace el presidente.
No entienden, por ejemplo, que Moncloa no explique detalladamente qué ha hecho el jefe del Ejecutivo desde que se celebró el último Consejo Europeo, los pasados 14 y 15 de marzo.
Su siguiente aparición pública fue en París, con motivo de la reunión que mantuvo con François Hollande. Aprovechó, además, su estancia en la capital francesa para acudir al partido de la selección española, y después voló directamente rumbo a Doñana, donde le esperaban su mujer y sus hijos, donde se encerró.
Los críticos de Rajoy, por tanto, no entienden que no se ofrezca ninguna explicación sobre su día a día.
La relación de Rajoy con la prensa
Una de las principales críticas que formulaba Pedro J. Ramírez al presidente del Gobierno en su carta dominical es su nula relación con periodistas.
Desde que llegó a La Moncloa, Rajoy solo ha concedido una entrevista al diario ABC, otra a laagencia Efe y se sometió a las preguntas de varios periodistas en TVE. En el resto de sus escasas apariciones ante los medios, el presidente o no ha aceptado preguntas o ha limitado su número.
Los miembros del Gobierno críticos tampoco entienden esta actitud. Creen que su silencio perjudica al Ejecutivo y que es hora de dar la cara. Tal y como reconocen en privado ministros y altos cargos, ese ocultismo solo puede ser interpretados como que Rajoy se mantiene alejado de los problemas reales de los españoles.

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