Todos los sistemas sociales se encuentran en un estado de evolución
Jacque Fresco
[Reflexión]
De la misma forma que existen 'países emergentes', también hay profesiones que están recibiendo este mismo calificativo. Ingenieros agroalimentarios, diseñadores de órganos, analistas de comportamientos, directores de Sostenibilidad, desarrolladores de interfaces robóticos serán, según un estudio elaborado para el Gobierno británico y del que se hacía eco El País Negocios, algunos de los profesionales requeridos para la década que estamos comenzando. En este sentido, Rafael Rodrigo, presidente del CSIC, apuesta por la multidisciplinariedad: «Las grandes oportunidades estarán allí donde existan fronteras entre varias disciplinas. Las veremos en la investigación de nuevos materiales o en la aplicación de la computación a la biología y la biomedicina». Rodrigo continúa diciendo que «además de las ramas científicas, las compañías en banca, industria o servicios profesionales también necesitarán nuevos perfiles». Sobre esto precisamente nos habló Luis Suárez del Colegio de Geólogos durante su intervención en CONAMA10 aludiendo a la unión entre geología y sostenibilidad o Juan Marín del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas con su denominado ingeniero verde. Ahora la cuestión está en que desde la educación se consiga generar esos estudios transversales que permitan hacer frente a la oferta de puestos comentada. Pero eso ya, lo dejamos para más adelante. ¡FELIZ AÑO 2011!! |
¿España en la UCI o camino del tanatorio?
Entrar en la lectura de los comentarios o informes económicos que se dan de la situación económica (que es igual que la social) de España; es echarse a llorar, o clamar a todos “los dioses” sobre el cómo y el por qué, se ha dejado llevar al país, nación, enjambre de “autonosuyas”, o “dictadurillas”... o lo que esto sea ya... hacia esa especie de varadero donde parece ser que ya ni hay grúa que pueda sacar la nave, para un carenado y reparaciones necesarias, para que pueda seguir navegando, al menos en un tiempo denominémosle prudencial y viable. ¿Qué es lo que pasa en España? Lo que dicen los políticos (todos los políticos ya) o son mentiras, o son vaciedades de “pobres desorientados”, que como “el pollo al que han cortado la cabeza, va dando zancadas y bamboleos hasta que termina por caer muerto”.
No, no es necesario ser un experto en finanzas para ponerse a temblar, si uno lee cosas como estas y cuya dirección les dejo; que por otra parte son abundantísimas, en esos lugares donde la prensa se muestra libre de verdad; y el que escribe dice lo que se supone quiere decir y sin pelos en “el teclado del ordenador”. Vean, lean y juzguen...
http://www.elconfidencial.com/mientras-tanto/crisis-economica-problema-politico-20110101-6808.html Y si después encuentran que yo me excedo, ruego me lo hagan saber de inmediato, quiero, deseo, estar equivocado totalmente.
En la calle, la gente sigue “en las nubes”; nubes de sus sueños e ilusiones, que en mayoría no son emprender nada productivo, simplemente en esperar “ese golpe de suerte”, que mediante las “cien loterías que hay en España”, o el “enchufe que el allegado político” les proporcione en el dinero público: ni se les ocurre pensar de que todo ello son ya sueños irrealizables por lo imposible de los mismos.
Y son irrealizables, por cuanto “el aparato público hay que reducirlo en dos tercios”, si es que se les quiere pagar a todos. Y “las loterías”; se inventaron y se explotan para que en ellas gane el inventor o el que las explota nacionalmente, el resto son en mínima parte, para los vendedores a comisión y las migajas que quedan, para unos ilusos jugadores que esperan “el gran premio”; que sí, que cae, que llega a algún “suertudo” que recibe esa suerte cuasi imposible, por cuanto es algo así, como si en uno de esos gigantescos estadios futbolísticos, donde se apiñan cien mil personas, se tirara, “la bolita de la suerte al aire y dirigida al público”; seguro que a alguno le caería... pero también podría ocurrir (y de hecho ocurre) que la bola cayese “al césped” y en tal caso es al propietario de “las loterías”, al que le caería el premio.
Pese a cuento digo, era “conmovedor” ver cómo la gente y en una crisis donde casi todo el mundo se queja de la falta de dinero; veías colas en los puestos de venta de loterías (conozco el caso de una pareja que hizo casi 350 km. de ida y otros tantos de vuelta, para ir a comprar lotería en una afamada lotera de la Puerta del Sol de Madrid); colas que se han repetido tras el gran sorteo, para liquidar “las pedreas” o incluso, comprar más para la otra gran “rifa” de primeros de año; amén del diario “chorreo” de compras de boletos del resto de loterías múltiples, que ya digo... “es la ilusión de masas de españoles para solucionar sus muchos problemas, o simplemente para hacerse ricos, muy ricos”. En el trabajo, en emprender algo, en el ahorro, eso es que ni se piensa.
Aquel viejo dicho y de una veracidad aplastante, ya nadie lo menciona: “la mejor lotería es una buena economía”; cosa que los que nos gobiernan, también ignoran desde hace ya demasiadas décadas y es por lo que hemos llegado a la situación actual y de la que ni tenemos puñetera idea de cual es la realidad cruda y dura; y menos hasta cuando durará, cosa mucho más peliaguda para poder dilucidarla.
Por ello y en la impotencia del individuo, ya se pueden leer cosas así...
“Leyendo tantas cosas, viendo como la gente se "congela" y no reacciona, lo admite todo... viendo como los políticos cierran los ojos y la boca y siguen cobrando y derrochando un dinero que ya no tenemos; viendo tanta miseria, uno [que ya es viejo] no tiene más remedio que pensar (con tristeza por cuanto representó para muchos) en la dictadura de Franco, que tras el terrible "paso del desierto de las posguerra", supo encauzar una economía que nos dejó "ricos"; riqueza que a estos inútiles no les ha servido para otra cosa que para tirarla... o sea que estamos, sin políticos, sin dinero y lo peor de todo sin ilusiones... ¿que hacer? Nada... ESTAMOS TOTALMENTE INDEFENSOS Y A MERCED DE UN EJÉRCITO DE INÚTILES QUE SEGUIRÁN COBRANDO LOS PRIMEROS, como hace poco ha ocurrido en Jaén... donde la alcaldesa y los concejales (PSOE – IU) han cobrado nómina y paga extra, dejando sin cobrar al resto de la plantilla... "hasta que solucionen nuevos créditos", puesto que ya deben... hasta la palabra deben". Menos mal que al menos, los de la oposición (PP), rechazaron el cobro diciendo que esperarían a que “hubiese para todos”; cosa a destacar en este ya tan miserable mundo político que nos asola.
Y si para “los allegados van así”; los proveedores van a cobrar, cuando “las ranas echen cabellera”... ¿cómo vamos a creernos que estos tienen caletre para poner de nuevo al país en marcha? Imposible, no lo creeremos si nos lo juran de rodillas.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
Encuestas de La Razón y El Mundo: los socialistas perderán medio centenar de diputados
El nuevo año se presenta oscuro para los españoles y negro para Zapatero. Dos encuestas, las primeras del año, hechas por el diario La Razón y El Mundo coinciden en vaticinar un batacazo antológico para Zapatero y los socialistas.
Mientras el PP se afianza aún más en la mayoría absoluta, el PSOE continúa su caída en picado. El 'efecto Rubalcaba' no aparece. Los dos sondeos atribuir a los popular una ventaja de más de 18 puntos.
Tras un 2010 en el que el presidente socialistas ha perdido la confianza de gran parte de su electorado, 2011 empieza para el inquilino de La Moncloa con malas noticias.
Dos encuestas, las primeras del año, hechas por el diario La Razón y El Mundo coinciden en vaticinar un batacazo antológico para Zapatero y los socialistas.
Desde las elecciones de 2008, los de Ferraz han pasado de los 169 escaños conseguidos a entre 121 y 123, mientras que la formación de Mariano Rajoy pasa de 154 a entre 186 y 189, tal y como se desprende de la última encuesta de NC Report para La Razón.
La encuesta de Sigma Dos para El Mundo, realizada entre el 22 y el 28 de diciembre, de manera que no recoge el impacto que ha tenido en la opinión pública el anuncio de subida de los precios de la electricidad, el gas, el AVE o los trenes de cercanías, da al PP una ventaja de 18,4 puntos.
UNA VENTAJA INSUPERABLE
Falta algo más de un año (14 meses) para la llamada a las urnas -de cumplirse estrictamente el calendario oficial con agotamiento de la legislatura, se produciría el 18 de marzo de 2012-, pero aun siendo un plazo políticamente largo, resulta casi imposible imaginar una remontada socialista que tendría que ser espectacular, digna de ocupar páginas en los libros de demoscopia.
Los expertos consideran que la línea de no retorno se sitúa alrededor de los 10 puntos de diferencia y, en este caso, el margen es casi el doble.
UPYD NO LEVANTA EL VUELO
En ambos sondeos llama la atención que UPyD no sea capaz de remontar el vuelo, a pesar del trabajo y la personalidad de Rosa Díez.
Y que, sin embargo, sea IU -una formación anclada en posiciones totalmente trasnochadas- quien se beneficia de la debacle socialista.
El giro copernicano de Zapatero -obligado por los mercados, el FMI y la UE- ha defraudado a ese electorado de izquierdas a quien el presidente cultivó mucho más de lo que aconsejaba su propia supervivencia política.
Belloch ocultó una carta que le envió Amedo, en la que acusaba al Ejecutivo de estar tras los GAL. La famosa carta está ahora en la Audiencia Nacional. El ex policía denunció al vicepresidente por injurias. A Rubalcaba le interesa que Amedo tenga la boca cerrada. Los altos jefes de los GAL jamás se sentaron en el banquillo.
EL pasado 29 de septiembre, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, envió una carta a un diario para desmentir unas declaraciones de José Amedo. El vicepresidente negaba haber participado hace años en una reunión con el abogado del ex subcomisario de los GAL. Para dar contundencia a su desmentido, Rubalcaba acudía a su habitual dureza lingüística: “No conozco al abogado del señor Amedo. Tampoco al propio Amedo. En este último caso es relativamente fácil de entender: no me relaciono con delincuentes”.
Las duras palabras del ministro, quien a menudo se deja traicionar por la soberbia y la prepotencia, fueron inmediatamente contestadas por el ex funcionario de Policía. Amedo se presentó, al día siguiente, en la comisaría de Pozuelo de Alarcón y les dijo a los policías que estaban de guardia que quería denunciar al ministro del Interior por las injurias vertidas contra su persona. Imagínense la cara que pondrían aquellos guardias: ¡una denuncia contra el jefe supremo! Pero no tuvieron más remedio que redactar el atestado número 13.604. Amedo se quejaba en su escrito por el calificativo “delincuente” utilizado contra él por el ministro del Interior. Señalaba que, en todo caso, sería “ex delincuente”, porque su pena se había extinguido en 2008.
Pero el policía se explayó en el antepenúltimo párrafo de la denuncia: “Quiere dejar claro que cuando el denunciante ha cometido determinados delitos en la lucha contra el terrorismo de ETA fue como consecuencia de las órdenes que el dicente ha recibido del Gobierno de Felipe González Márquez del que el señor Rubalcaba formaba parte, como así determinó el Tribunal Supremo de nuestro país”.
Y no le falta razón a Amedo. En el asunto de los GAL, el ex presidente y algunos de sus colaboradores interpretaron el papel del Capitán Araña, aquel personaje (Aranha) del siglo XVIII que embaucaba en los puertos de España a los jóvenes para que combatieran en América, pero él nunca se embarcaba. El Gobierno de González implicó a decenas de funcionarios en la guerra sucia contra ETA pero, cuando vinieron mal dadas, eludieron su responsabilidad y abandonaron a su suerte a los encausados. Muchos de ellos, como el propio Amedo, acabaron con sus huesos en la cárcel.
Es cierto que Rubalcaba, cuando los GAL secuestraron a Marey a finales de 1983 y posteriormente asesinaron a 27 personas e hirieron a muchas más, no formaba parte del Gobierno, pero sí ocupaba un cargo de responsabilidad en el área de Universidad y Educación. Pero, en 1988, cuando se abrió el caso Batxoki/Consolation (sumario 1/88) ya era secretario de Estado de Educación y, entre 1992 y 1993, alcanzó la cartera de Educación y Ciencia. De allí Felipe González se lo llevó a La Moncloa nombrándolo ministro de la Presidencia y portavoz del Gobierno. Estamos hablando del periodo 1993/96, los años más duros del felipismo, en los que se desató una sucia y dura campaña contra jueces, fiscales y periodistas para ocultar la corrupción y el crimen de Estado.
De ahí que el policía Amedo afirme que se convirtió en “delincuente” porque se lo pidió un Gobierno democrático presidido por González y del que formó parte, como director general, secretario de Estado, ministro o portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba. Nadie puede negar que Amedo fuera condenado a 108 años de cárcel por dos acciones terroristas de los GAL pero, por paradojas de la vida, aquel caso Batxoki/Consolation, como mantenía la semana pasada, no se ha cerrado. Sigue abierto en la Audiencia Nacional –si no lo prescribe la inanición judicial– y puede provocar muchas situaciones de infarto.
Ese Gobierno del que formó parte Rubalcaba llevó a cabo un sinfín de irregularidades, monstruosidades jurídicas, invectivas, intrigas, conjuraciones, conspiraciones, presiones y también extorsiones para que no se supiera la verdad sobre los GAL. A quienes nos oponíamos a que la guerra sucia quedara en el olvido nos sometieron a todo tipo de tropelías. Otros compañeros de la prensa iniciaron una cruzada para que no vieran la luz los papeles del Cesid –claves para la investigación judicial– argumentando que era documentos secretos y confidenciales que no podían ser desclasificados. Ahora, en cambio, se ponen las botas difundiendo los papeles de WikiLeaks, que tienen el mismo porte que los del Cesid. Sólo una diferencia: no afectan a los GAL y a Felipe González.
Rubalcaba, que en aquellos años del oprobio dirigía el Gabinete de crisis desde La Moncloa, prefiere que Amedo siga con la boca cerrada. Para lo que también lucharon algunos de sus compañeros de Gabinete, como el entonces ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch. He tenido acceso al contenido del documento que, el 1 de febrero de 1994, le remitió Amedo desde la prisión de Guadalajara. En él le narraba todos los incumplimientos del Gobierno y las maniobras de Garzón en su juzgado antes de abandonarlo para convertirse en el número dos de Felipe González. No tiene desperdicio. El entonces Notario Mayor del Reino –actual alcalde de Zaragoza– se tragó el papel, privando su contenido a los jueces que instruían causas sobre los GAL, tanto en España como en Francia.
La carta iba dirigida al mismo Belloch que unos años antes, en 1989, había firmado un duro manifiesto contra los GAL, elaborado por el Comité de Encuesta sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Europa (Cedri). El manifiesto denunciaba el terrorismo de Estado desarrollado desde el Gobierno de Felipe González y no tenía desperdicio: “Su cadena de crímenes, su impunidad y sus evidentes raíces en las más altas instancias del Estado descubren los cimientos enfermos de la democracia española y la verdadera credibilidad de sus instituciones y gobernantes”.
Pero la misiva de Amedo le llegaba a Belloch en el momento más dulce de su vida. Era ministro de Justicia y aspiraba a metas mayores. Resumo algunos de los párrafos de un documento que, en la actualidad, está en poder del presidente de la Audiencia Nacional y del fiscal general del Estado.
Espero que no suceda lo mismo que hace 16 años:
Cuando el caso que me mantiene en prisión saltó a la prensa y comenzó a judicializarse, D. José Barrionuevo, ministro del Interior, y D. Julián Sancristóbal, ex director de la Seguridad del Estado, me pidieron asumir el tema con el fin de garantizar la estabilidad del Estado... Corcuera y Vera nos rogaron después no complicar la continuidad de los aparatos del Estado, ni la del Gobierno apelando a nuestra responsabilidad. Nos garantizaron un indulto.
Una vez pactado nuestro silencio se decidió ir a juicio a no defendernos para proteger la continuidad del sistema.
Una vez confirmada la sentencia se nos ruega no recurrir al Constitucional para no retrasar el indulto. Picamos el anzuelo. Indudablemente, esa sentencia hubiese sido anulada por el TC o en Europa. Pero, inequívocamente, al quedarse sin los “cabezas de turco, Amedo y Domínguez”, la prensa hubiese continuado con el escándalo y se corría el riesgo de que se descubriese la verdad.
Recientemente he podido saber que usted, en conversación privada, ha dicho que “a nosotros no se nos ocurra hablar” y eso que es un recién llegado… Me imagino que no estaba al corriente de todas esas situaciones... Indudablemente, las puede comprobar y darse cuenta de nuestra dignidad en comparación con la de los demás… Nuestro silencio demuestra nítidamente la clase de personas que somos comparativamente con quien dirige el supuesto estado de Derecho.
Amedo le adelantaba al ministro que su esposa y la del otro policía, Míchel Domínguez, pensaban poner en conocimiento del Rey la situación que estaban atravesando. Finalmente, lo hizo él a través de una carta que le remitió al monarca el 18 de abril de 1994. Le decía que no estaba dispuesto a seguir manteniendo una farsa judicial y política: Tendré que legitimar mi postura personal y familiar situando política y judicialmente a quien pretende olvidar sus promesas… El señor Amedo no está dispuesto a consentir que le sigan manipulando. La abyección política no se seguirá interponiendo en mi honesto proceso y comportamiento con cuantas personas me han tratado durante estos largos años.
Como pueden leer, toda la línea argumentaria de Amedo gira en torno a su pacto con el Gobierno de Felipe González. Silencio a cambio del indulto y de otra promesa que no se desvela: una suculenta cuenta en Suiza con dinero de los fondos reservados que recompensara los daños económicos sufridos y que sirviera para mantener a su familia y rehacer su vida cuando saliera de la cárcel. ¿Y para qué un pacto? ¿Por la cara bonita del policía de Lugo? O porque se pretendía ocultar la implicación del Gobierno en los GAL.
Pero el acuerdo se hizo añicos cuando el Ejecutivo creyó que tenía controlado el caso GAL. Principalmente, cuando Garzón fue abducido por Felipe González antes de las elecciones de 1993 y por la complicidad de las más altas instancias de la Justicia. Además, La Moncloa disponía del mayor grupo mediático del país que le servía de altavoz. En aquellos años, al felipismo no sólo le importaba la defensa de la razón de Estado en la lucha antiterrorista, estaba más preocupado en perpetuarse en el poder. Para ello, no dudó en quebrar el sistema judicial e institucional del país. Me río del caballo de Pavía.
Por todo ello, me sorprenden las palabras de Rubalcaba llamando delincuente a Amedo. El subcomisario, como reconoce en su denuncia, fue condenado a 108 años de cárcel y pagó por sus delitos. El partido del Rubalcaba también pagó sus excesos cuando fue castigado en las urnas en las elecciones de 1996 y pasó a la oposición, pero los jefes supremos de los GAL jamás pisaron un juzgado ni se sentaron en el banquillo. No es mi cometido acusar ni condenar a nadie desde un periódico, sólo me resisto a que se escriba nuestra historia reciente con páginas en blanco o con borrones. Que se sepa la verdad política y judicial.
Y, sobre todo, que no saquen pecho quienes no merecen sacarlo. Amedo fue un delincuente cuando formó parte de los GAL, pero quienes impartieron las órdenes o después pretendieron encubrir con trampas y subterfugios las tramas de la guerra sucia fueron igual de delincuentes. No dispongo de una varita mágica ni de la lista de todos sus componentes, pero algún día se sabrá. Termino con una frase de Julio Anguita, el de la “pinza” con Aznar: “Algunos son personajes de Rinconete y Cortadillo, pero pretenden que los tratemos como del país de los Nibelungos”.
Un juzgado abre diligencias tras la denuncia de Amedo contra Rubalcaba por injurias. La Audiencia Nacional ha vuelto a investigar las relaciones de ETA y las FARC colombianas. El etarra Segura Burgos, del pueblo de Garzón, reside en las tierras impunes de Chávez. Burgos fue socio de Cubillas en el pub Oker’s, adonde acudía lo mejor de la sociedad caraqueña
Los jueces y fiscales de la Audiencia Nacional siguen trabajando para que los terroristas de ETA, que residen asilados en Venezuela con la anuencia y la cobertura del régimen chavista, paguen en cárceles españolas el medio centenar de muertes que causaron con sus acciones violentas en los años 80 y 90. El proceso judicial se presenta difícil y dilatado por dos razones: muchos de los delitos ya han prescrito y la mayor parte de los etarras disponen de carta de naturaleza venezolana o cédula de residencia. Son unos 50 militantes que llegaron a tierras venezolanas hace veinte años y, desde el ascenso a la presidencia de Hugo Chávez, cuentan con la protección del militar bolivariano. Fueron deportados de Argelia y Francia de manera provisional –sin haber pagado sus crímenes– tras un acuerdo firmado entre Felipe González y el entonces primer mandatario venezolano Carlos Andrés Pérez, pero han vivido en un limbo judicial sin que ningún Gobierno democrático español haya tomado cartas en el asunto.
Hasta hace unos meses, en que unos pocos jueces y fiscales pusieron los focos sobre ellos. Las investigaciones del juez Eloy Velasco sobre las relaciones de ETA y las FARC colombianas, la participación de Arturo Cubillas en cursos de manejo de explosivos en la selva amazónica y la detención en Francia de José Lorenzo Ayestarán Legorburu, uno de los históricos de la banda expulsado de Argelia en 1989 y que había permanecido durmiente en Caracas durante dos décadas, encendieron las luces de alarma. Los etarras del santuario chavista seguían activos y dispuestos a atentar en la España de 2010. Y ahí radica el problema: la falta de reparación moral y penal para los familiares de las víctimas de los 50 asesinados con el coche bomba y el tiro en la nuca y la cobertura logística que los protegidos por Chávez siguen dando a la banda terrorista.
En la Audiencia Nacional me recuerdan una vez más que están atados de pies y manos y que una cosa es el lenguaje periodístico y otra el judicial. A veces, por mucho que los periodistas nos esforcemos en nuestra tarea, ambos estilos lingüísticos no confluyen –como cuando nos explicaban en el colegio el significado de las líneas paralelas: por mucho que se alarguen, nunca se tocan–. Pero uno se resiste a asumir ese legado de impunidad. Me consta que el Juzgado Central de Instrucción número seis y el fiscal coordinador de terrorismo de la Audiencia Nacional, Vicente González Mota, trabajan denodadamente para que, al menos, Cubillas y el resto de los etarras sobre los que pesa una orden internacional de busca y captura por delitos recientes sean extraditados a España desde Venezuela y Cuba.
Como ya saben ustedes, sobresale el inefable Arturo Cubillas, que, tras casarse con una venezolana, posee la carta de nacionalidad venezolana, trabaja en el Ministerio de Agricultura y Tierras y es amigo íntimo del vicepresidente de la nación bolivariana, Elías Jaua. Lo paradójico del caso es que Cubillas, el mismo terrorista que dirigió en 1984 el comando Oker, que perpetró una veintena de atentados en España causando tres muertes y adiestró en la selva hasta hace unos meses a jóvenes etarras, es uno de los responsables de las expropiaciones de tierras a ciudadanos españoles con intereses económicos en Venezuela.
Un ex ministro de aquel país me comentaba hace unas semanas que Cubillas tiene fama de ser el funcionario que más se ensaña con los empresarios españoles. A falta de bombas y metralletas, esa actitud puede suponer para Cubillas una especie de sucedáneo a fin de ajustar cuentas con su ex madre patria.
Entre todos estos etarras que disfrutan del paraguas protector del régimen chavista destaca un andaluz oriundo de Torres, el mismo pueblo jienense donde nació el juez Baltasar Garzón. Se llama Gabriel Segura Burgos y vino al mundo en 1958, tres años después de que lo hiciera el magistrado de la Audiencia.
Posiblemente, hasta pudieron coincidir en la infancia en un partido de fútbol o en las procesiones de Semana Santa. Sí es inequívoco que Segura Burgos llegó a Caracas en 1989 desde Argelia subido en un avión de las fuerzas aéreas españolas. Antes había sido expulsado de Francia a tierras magrebíes en octubre de 1987 y se había unido al asentamiento etarra allí montado por el jefe de la banda, Domingo Iturbe Abasolo, Txomin. Tras el fallecimiento de éste y el fracaso de las negociaciones en Argel del Gobierno español con ETA, Felipe González optó por la expulsión de todos los miembros de la banda allí confinados. Desde La Moncloa pensaron que la mejor solución era alejarlos de Europa y extrañarlos a América: México, Venezuela, Cuba, Panamá y República Dominicana.
Allí llegó Segura una vez quemado como terrorista en España. El andaluz, sin formación docente, que años antes había buscado un futuro mejor emigrando desde Jaén a tierras vascas, donde trabajó de conductor, iniciaba una nueva vida en el nuevo continente. En el País Vasco se había enrolado en ETA como también hicieron otros muchos inmigrantes llegados de las regiones más deprimidas de España. Es decir, en palabras del racista Sabino Arana, era un maketo, un maketo de ETA, aquel término que se inventó el fundador del PNV para definir a los vascos nacidos fuera de Euskadi. Un maketo como otros etarras: Txiki Paredes Manot (Extremadura), Caride Simon o Domingo Troitiño (Galicia), García Corporales (León) y muchísimos más.
Segura Burgos, como el resto de los maketos, se veía obligado a demostrar todos los días su total entrega a la causa vasca, es decir, que él era más vasco que los nacidos en Euskadi. Una buena excusa para ingresar en el comando Vizcaya de la banda terrorista como miembro legal, esos activistas que no están fichados por la Policía. Pero en julio de 1985 fue descubierto junto a otros 18 militantes y el comando fue desarticulado. La lonja donde el grupo guardaba las armas era propiedad, según pudo comprobar la Policía, de un joven andaluz que no llegaba a los 27 años, domiciliado en Santurce, que logró huir a Francia. En el local hallaron tres metralletas, tres fusiles, 15 granadas, cinco chalecos antibalas, abundante munición, explosivos, tres pistolas y un arma arrebatada al brigada de Marina, José Villarengo, a quien habían asesinado en Portugalete. El análisis balístico de otra arma demostró que había sido utilizada para asesinar a dos policías y a una mujer mientras comían en un restaurante de Sestao. Al comando se le atribuía asimismo otros cinco asesinatos, cometidos entre 1984 y 1985.
Ése es el perfil del vecino del pueblo del juez Garzón, que vive placenteramente en Venezuela, bajo el manto protector de Chávez. Segura Burgos fue socio de Cubillas en el pub-restaurante Oker’s de Caracas, adonde acudía la flor y nata de la sociedad caraqueña, como señalaba Jesús María Zuloaga en un vanguardista reportaje que publicó en 1996 en ABC sobre la colonia etarra en Venezuela. Cubillas puso a su restaurante el nombre de su comando asesino, que en español significa Torcido. Cuando Cubillas se siente ante del juez Eloy Velasco, tendrá que contarnos el significado real de Torcido.
Segura Burgos era el maître del local mientras permaneció abierto hasta el año 2003, en que Cubillas se incorporó al Ministerio de Agricultura y optó por su cierre. El paisano de Garzón con anterioridad, junto a su mujer María Teresa González Pérez, había regentado en Puerto de la Cruz el hotel Sorrento y el restaurante Mendi. La esposa trabajaba de cocinera en una clínica de la misma localidad. El resto de socios de Cubillas y Segura dejó en España un reguero de sangre con decenas de cadáveres. El comando Oker, que de torcido tenía poco, fue el responsable del asesinato en Irún, en noviembre de 1984, de un ciudadano francés, Joseph Couchot, a quien la revista Punto y Hora había relacionado con los GAL. Couchot no pertenecía al círculo del subcomisario Amedo, sino al de la Guardia Civil de Intxaurrondo. Y hablando de Amedo, el Juzgado de Instrucción número 3 de Pozuelo ha abierto las diligencias previas en el procedimiento abreviado 2195/2010 tras la denuncia por injurias presentada por el policía contra Alfredo Pérez Rubalcaba.
El ministro del Interior tachó a Amedo de “delincuente” y éste le contestó que si llegó a serlo, fue siguiendo las órdenes de un Gobierno del que Rubalcaba formaba parte. Tras la ratificación de Amedo, que se ha personado en la causa, el Juzgado de Pozuelo se verá obligado a remitir las diligencias al Tribunal Supremo, ya que el dirigente socialista, en su doble condición de diputado y ministro, disfruta del privilegio de aforado.
Según fuentes próximas al ex policía de los GAL, Amedo piensa llegar hasta el final en su lucha personal para que se sepa la verdad sobre la creación y el encubrimiento de la guerra sucia desde los diferentes ejecutivos felipistas. Rubalcaba fue portavoz y ministro de la Presidencia en el último Gobierno de Felipe González, entre 1993 y 1996, años en los que se creó un gabinete de crisis en La Moncloa para que los GAL no salpicaran al entonces presidente socialista.
El excelente periodista y escritor, ya fallecido, Javier Ortiz, en su libro El felipismo de la A a la Z (Espasa, 1996), escribe lo siguiente sobre Rubalcaba: “Fue el primer portavoz del Gobierno felipista, desde Eduardo Sotillos, al que se le entendía lo que decía. Otra cosa es que casi todo lo que dijera fuera mentira. Demostró una capacidad para mentir realmente extraordinaria, incluso dentro de la clase política, propia de un falsario vocacional”.
Hoy ven la luz en LA GACETA declaraciones del subcomisario que nunca fueron judicializadas. “Me presionaron con el fin de que no declarase en los sumarios de los GAL contra el Gobierno socialista”. Los policías atribuían a Amedo haberle dicho a Sancristóbal que ‘aflojara la gallina’ si quería a cambio su silencio. Amedo acusaba directamente a los Gobiernos de González. El equipo de manipuladores estaba dirigido por Rubalcaba.
Manuel Cerdán. Madrid
En mis manos ha caído, en exclusiva, un documento que ha permanecido durante años olvidado en un cajón de la comisaría de Chamartín de Madrid. No tiene desperdicio. Se trata de una declaración de José Amedo ante dos policías por una denuncia falsa por coacciones presentada contra él por quien había sido durante años su jefe, Julián Sancristóbal. El testimonio está fechado el 29 de abril de 1998, dos días después de que Amedo compareciera en Bilbao ante el titular del segundo sumario Brouard, en medio de un montaje urdido por el abogado Rodríguez Menéndez, con la complacencia de jueces y fiscales.
Se dio la extraña circunstancia de que Amedo fue abordado por un policía, cuando permanecía en la antesala del despacho del juez instructor de Bilbao, que le colocó en sus manos una citación para que se presentara en la comisaría de Madrid. Algo inusual en este tipo de procedimientos: que un funcionario se desplace 400 kilómetros para entregar una citación.
A la vuelta de Bilbao, Amedo se presentó en la comisaría y, en lugar de sentirse forzado, se despachó sobre la implicación de Sancristóbal y su Gobierno en la formación de los GAL. Los policías que recibieron al subcomisario en las instalaciones de Chamartín, a quien en el acta de la declaración lo presentan como detenido, cuando realmente se había presentado voluntariamente, insistieron en su interrogatorio sobre un supuesto chantaje. Le atribuían haberle dicho a Sancristóbal que “aflojara la gallina” si quería a cambio su silencio. Pero Amedo dio la vuelta a tan grotesca escena, que tenía toda la pinta de una encerrona, al mejor estilo de la mafia policial, y, en lugar de aflojar, cantó la gallina.
“Como consecuencia de conocerse a nivel de prensa distintas tramas de los GAL, en mayo de 1988, Julián Sancristóbal después de dejar la Dirección General de Seguridad, me citó junto a Planchuelo para decirme que debería asumir la cárcel para no entorpecer las dinámicas de la Seguridad del Estado. Me aseguró que Barrionuevo le había confirmado que, como consecuencia de mi sacrificio, sería indultado por el Gobierno socialista después de dos años en la prisión”, afirmó el subcomisario.
La declaración de Amedo, que acusaba directa y llanamente a los Gobiernos de Felipe González como los creadores y, posteriormente, encubridores de la guerra sucia contra ETA, entre 1983 y 1987, podría ser considerada como un documento incunable sobre los GAL.
“Con ocasión de un permiso penitenciario en abril de 1993 Sancristóbal me llevó en su vehículo particular al despacho oficial del entonces fiscal general del Estado, Eligio Hernández, para entre los dos seguir presionándome y coaccionándome y haciéndome promesas en nombre de Felipe González”.
Los hechos denunciados por el policía de los GAL coincidían con el funcionamiento del gabinete de crisis, constituido en La Moncloa para acallar los efectos de las investigaciones periodísticas sobre el crimen de Estado de la era felipista. El muñidor en la sombra de aquel equipo de manipuladores de la información estaba dirigido por el actual vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba. Todas las gestiones encaminadas a acallar a Amedo y Domínguez partían de La Moncloa. Además de Rubalcaba, otro de los protagonistas era José Enrique Serrano, actualmente jefe de Gabinete de Zapatero.
Amedo se manifestaba con contundencia en su declaración ante la Policía: “Como consecuencia de mis acusaciones en la Audiencia Nacional del 19 de diciembre de 1994 contra él y la cúpula socialista de entonces, en enero de 1995, su abogado trató de convencerme para que arreglase la situación de prisión de Sancristóbal asegurándome que había tomado el camino malo. Como no cedí Sancristóbal llamó desde la prisión a mi esposa para que me traicionase ante el juez Garzón diciendo que mis declaraciones no se ajustaban a la realidad. Le prometió que no le faltaría dinero el resto de su vida ni a ella ni a sus hijas. Sobre las presiones a mi esposa es conocedor el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez”.
E insistía: “Sancristóbal llego a ofrecerme, a través de intermediarios, cuarenta millones de pesetas que tenía en una bolsa, sin que yo aceptase, tratándome de seguir presionándome a través de Francisco Álvarez”.
Y por último: “Sancristóbal cuando estaba al frente de la dirección de la Seguridad del Estado prohibió al comisario Antonio Rosino seguir con la investigación sobre el asesinato de Brouard, según me manifestó este último. Planchuelo, que ya había declarado en el sumario Brouard, me llamó al teléfono del pub Cóndor de Pozuelo para decirme lo que debía declarar. Yo le contesté que no recibía instrucciones de nadie, Por todo lo expuesto, manifiesto que a lo largo de estos años y en esta última ocasión el que ha tratado de presionarme, coaccionarme y sobornarme ha sido Julián Sancristóbal”.
Las declaraciones de Amedo nunca fueron enviadas desde la comisaría de Chamartín a un juzgado de Madrid ni fueron reveladas por sus actores. Quedaron olvidadas en un archivador hasta que hoy ven la luz en LA GACETA. Los GAL son un pozo sin fondo que todavía pueden acarrear muchas sorpresas. Por lo pronto ya son dos casos sin prescribir: Batxoki/La Consolation y Brouard.
En este último, en noviembre de 1984, a un alto cargo del Gobierno se le fue la mano y ordenó a una facción de los GAL, fuera de la órbita de José Amedo y de la Jefatura Superior de Policía de Bilbao y ajena al cuartel de Intxaurrondo de San Sebastián, que asesinara en la ciudad bilbaína al dirigente de Herri Batasuna (HB), Santiago Brouard. Fue la primera y única acción de los GAL cometida en España por un comando integrado por delincuentes comunes del mundo de la droga que, paralelamente, trabajaban de confidentes policiales. Desde el Gobierno Civil de Vizcaya prometieron por la acción a los asesinos 25 millones de pesetas, aunque ese dinero nunca les llegó. Se dio la circunstancia que uno de los imputados, Luis Morcillo, se vio a pagar de su bolsillo los gastos de uno de los autores, López Ocaña, para que este no cantara ante el juez.
El caso Brouard, si no me fallan las cuentas y no me engañan mis fuentes, es otro de los asuntos de la guerra sucia que no ha prescrito.
El subcomisario Amedo fue procesado aunque era manifiesto que nada tenía que ver con la muerte de Brouard. Pagó el precio de la venganza de sus ex jefes en Interior con varios meses de cárcel por un delito que no había cometido. Pero esa afrenta, por caprichos de la vida, también le ha servido para disfrutar de inmunidad en el caso Brouard. Por tanto, su testimonio podría ser infalible.
Una frase del ex subcomisario de Bilbao a un alto cargo del Gobierno que lo visitó varias veces, a lo largo de 1993 en la cárcel de Guadalajara para alimentar su silencio, resume el protagonismo de la otra banda –la del encubrimiento– del crimen de Estado: “El GAL no soy yo, el GAL sois vosotros”. Sólo queda despejar los nombres que se pueden imputar a esa segunda persona del plural del pronombre personal aunque, con las monstruosidades que se cometieron contra el Estado de derecho, a costa de la razón de Estado, podemos enfrentarnos a cualquier aberración: ¡hasta la desaparición de los pronombres personales! Sólo sería un secuestro más.