La inyección de ayudas comunitarias al sector financiero difiere de la
intervención directa de un Estado
LAS CLAVES DEL RESCATE EUROPEO A LA BANCA ESPAÑOLA
La petición de auxilio europeo para la banca española es ya un hecho. Pero,
¿en qué consiste el rescate?, ¿cómo ha de articular el Gobierno la petición?
Juande Portillo - Madrid - 09/06/2012 - 17:15
¿Por qué es
necesario acudir a la Unión Europea para solicitar un rescate de la banca?
Las fuertes
exigencias de saneamiento que el Gobierno ha impuesto a la banca en lo que va
de año suponen un coste global de 54.000 millones de euros, por la subida de
las provisiones ante el riesgo inmobiliario de febrero, más otros 28.000
millones por la penalización establecida en mayo para el crédito sano
relacionado con el ladrillo. Si semejante montante ya supone un grave problema
para parte de la banca, aún se espera una tercera factura: la que se derive de
las carteras de préstamos a otros sectores no inmobiliarios. Se prevé, por
tanto, que algunas entidades no sean capaces de asumir este sacrificio y
terminen necesitando ayuda para cumplir con el conjunto de exigencias. Si la
cuantía es excesivamente alta, España necesitaría fondos adicionales, que
podrían salir de la Unión Europea.
¿Cómo funciona
el mecanismo que permite inyectar ayudas comunitarias al sector financiero?
El pasado
julio, la Unión Europea aprobó que los recursos disponibles en el Fondo Europeo
de Estabilidad Financiera (el FEEF, en vigor hasta mediados de 2013) y del
Mecanismo Europeo de Estabilidad (el MEDE, que comenzará a operar el 1 de
julio) pudieran utilizarse para rescatar a entidades con problemas y no solo a
países. Previa petición, los fondos se destinan al FROB, que a su vez
recapitalizará los bancos que lo necesiten. El Estado español es, en todo caso, quien asume la deuda.
¿Estará España
intervenida como Portugal o Irlanda?
No. Cuando se amplió la capacidad del
EFSF para poder recapitalizar bancos, se estableció que se podría aplicar en
países que no estén sujetos a un programa macroeconómico de ajuste, como es el
caso de Irlanda, Grecia o Portugal.
¿Qué
consecuencias tendrá para el sistema financiero español recibir fondos de la
UE?
Un rescate
europeo no está libre de condiciones. Al igual que cuando la Unión Europea ha
intervenido algún Estado, la inyección de recursos al sistema financiero irá
ligada a una serie de contrapartidas solo que, en este caso, la mayoría de las
exigencias se centrarían en la propia banca. De hecho, el propio fondo explica
que "un proceso de reestructuración/liquidación de las entidades es una
condición sine qua non para que lleguen las ayudas".
El comunicado
del Eurogrupo va más allá y habla directamente de "reformas estructurales
en el conjunto del sector financiero doméstico", además de la
reestructuración de las entidades debilitadas. El sector asume que las entidades que reciban ayuda
tendrán que acometer un proceso de reestructuración que incluirá la reducción
de su capacidad instalada -cierre de oficinas- y el despido de parte de su
personal. "Sería parecido a las condiciones que se establecieron
para las entidades que recibieron ayuda del FROB en su día, pero varios pasos
más alla", ilustran desde el sector. El último ejemplo medianamente
parecido se comprobó con Sabadell, al que Bruselas impuso el cierre de 450
sucursales y la salida de 2.200 empleados para compensar las ayudas recibidas
por la adquisición de la CAM. Una inyección de fondos europeos, sin embargo,
supondrá ajustes de mucho mayor calado para las entidades beneficiadas.
Tras la
petición de ayuda, será la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), El
FMI y la Autoridad Bancaria Europea (ABE) quienes establecerán las condiciones
sobre el sector financiero a las que va ligada la ayuda. En teoría, éstas
pueden afectar también a la potestad regulatoria y supervisora, comiendo terreno al papel
tradicional del Banco de España, y la legislación bancaria estará
también sujeta a modificaciones, si bien el comunicado no explicita nada al
respecto.
¿Irá el rescate
bancario acompañado de alguna exigencia para el conjunto del país?
Según el comunicado del Eurogrupo, no. Y según el Gobierno, tampoco. De hecho, según las normas del fondo de
rescate, las condiciones
exigidas en este tipo de ayudas son más suaves que en un programa de ajuste macroeconómico
como el de Grecia, Irlanda o Portugal, "para acelerar la
financiación así como para reflejar la naturaleza sectorial del crédito".
No obstante, el
documento del Eurogrupo señala que se revisará estrechamente el cumplimiento de
los objetivos de déficit y de las reformas estructurales en España, y que se
revisarán en paralelo al desembolso de la ayuda financiera. El Estado español firmará un
compromiso de entendimiento en el que asume estas condiciones.
Alfonso Mora,
socio de Analistas Financieros Internacionales, cree que la ayuda europea
derivará en una mayor presión por parte de los socios comunitarios para que
España avance en sus planes de austeridad y reformas estructurales, como la subida del IVA o la aceleración del retraso de la edad
de jubilación. Soledad Pellón, analista de IG Markets, apunta, sin
embargo, que habrá "diferencia con un rescate país" pues aunque las
presiones irán en la misma línea, España tendrá más margen para gestionar las
reformas que si la troika (UE, BCE, FMI) entra en el país e impone el
calendario.
¿A cuánto
ascenderá la inyección que tendrá que llevar a cabo el fondo comunitario?
La petición de
rescate deberá hacerse sobre una cifra concreta. Pero todavía no se sabe. El máximo serán 100.000 millones,
si bien la cifra dependerá de las necesidades que se deriven del análisis de
las dos consultoras Oliver Wyman y Ronald Berger, que se completará en junio.
Además de las necesidades de capital directas, la ayuda incluirá un margen de
seguridad. El FMI calcula que el sector necesita 40.000 millones de euros,
aunque aconseja ampliar la ayuda.
Al tiempo habrá
que precisar qué entidades necesitarán las ayudas. Todo apunta a que sean las nacionalizadas Bankia,
Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia las entidades
beneficiadas. Fuentes del sector señalan que la prioridad será reducir la
petición de ayuda al mínimo, para lo que el Gobierno aún cuenta con 5.300
millones disponibles en el FROB para inyectar capital y con la opción de emitir
deuda en el mercado, si bien los actuales niveles de prima de riesgo dificultan
el acceso a la financiación. Así, los 19.000 millones que necesita Bankia no
tendrían por qué solicitarse en su totalidad a Bruselas. Según explicó el
subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, Novagalicia y Catalunya
Caixa necesitan en conjunto otros 9.000 millones de euros de capital.
¿Cuántos
exámenes se están efectuando entonces sobre el sector financiero?
El afán por
poner luces y taquígrafo en las entrañas del sector financiero español, con la
esperanza de devolver la confianza de los mercados en las entidades, ha llevado
al Gobierno -presionado por sus socios europeos- a someter a la banca a un
maratón de exámenes y pruebas. La primera es la que ha llevado a cabo el FMI,
detallada en el punto anterior.
La segunda es
la que han puesto en marcha las valoradoras independientes Oliver Wyman y
Roland Berger, que tensionarán a las entidades para conocer su reacción ante un
empeoramiento de la situación económica actual. Finalmente, las cuatro grandes
auditoras que operan en España llevarán a cabo el examen más detallado de
todos, turnándose para que ninguna valore una firma a la que haya auditado en
los últimos dos ejercicios. Su labor conllevará la revisión de toda la cartera
de créditos y activos, entidad por entidad, para establecer si las cuentas
presentadas y las provisiones realizadas se corresponden con la situación real
de sus balances.
¿Qué ocurre con
el informe realizado por el Fondo Monetario Interna- cional?
La evaluación
del FMI, cuya publicación se ha adelantado dos días respecto a la fecha
prevista, cifra las necesidades del sector financiero "en alrededor de
40.000 millones de euros". Asimismo, explica que "el núcleo del
sector financiero español está bien gestionado y resistiría nuevos choques,
pero existen aún importantes vulnerabilidades en el sistema".
¿Quién pone el
dinero?
El EFSF emite deuda con el aval de los países miembros
de la zona euro, con la excepción de los países ya
rescatados, Irlanda, Grecia y Portugal. Estos países han puesto garantías por
780.000 millones de euros.
Alemania es el mayor contribuidor al fondo, con el 29% del total (garantías por
211.000 millones), Francia el segundo, con el 21,83%, Italia el tercero, con el
19,18% y España el cuarto con el 12,75%.
¿Qué opinan en
el sector financiero de la petición de un rescate?
La banca
española asume desde hace días la proximidad de un rescate para la banca, una
fórmula que serviría para eliminar la incertidumbre que pesa sobre el conjunto
del sector.
¿Qué margen
ofrecían los mercados para actuar en otro sentido?
Las últimas
cinco sesiones pueden ofrecer una falsa sensación de optimismo, pues el Ibex ha
ganado un 8%, recuperando la marca de los 6.500 puntos, y la prima de riesgo ha
caído con fuerza a 488 puntos. Lo cierto es, sin embargo, que en las últimas
semanas la banca española -gran motor del parqué madrileño- ha sido objeto de
importantes ataques que han hecho desplomarse la Bolsa a niveles de 2003 y han
lanzado el nivel de riesgo país a los 538 puntos básicos, un récord absoluto de
la era euro y una temperatura a la que la soberanía de Grecia, Irlanda y
Portugal ya estaba cerca de quedar tutelada por la Unión Europea, el BCE y el
FMI.
¿Podría el
fondo de rescate poner dinero para financiar a España, y no a los bancos?
Teóricamente, sí, pero este extremo no parece haberse abordado. El EFSF puede abrir líneas
de crédito temporales para prevenir crisis en países que no están sujetos a
programas como Grecia, Irlanda o Portugal, en el caso de que tengan
dificultades en los mercados de capitales. Estas líneas de crédito tendrán una
cuantía máxima del 10% del PIB. El fondo también puede, sobre el papel, comprar
deuda española en el mercado secundario, sin que esté sujeto a la intervención.