Cuando Manuel Charlín abandone la cárcel habrá perdido buena parte del patrimonio que tenía cuando entró hace veinte años. La salida de prisión del patriarca es inminente, después de que el Tribunal Supremo le rebajase en tres años la condena acumulada por varias sentencias incriminatorias, algunas por narcotráfico y otras por blanqueo de dinero. La libertad del casi octogenario narco arousano coincidirá más o menos en el tiempo con la subasta de sus propiedades a cargo de la Agencia Tributaria, que pondrá a la venta bienes embargados al clan por valor de cinco millones de euros.
Con la puja se pretende saldar parte de la deuda que la familia mantiene con Hacienda, así como las multas por valor de más de 23 millones de euros acumuladas en los dos largos decenios en los que la familia blanqueó dinero procedente del narcotráfico, tal y como se demostró en una sentencia de la Audiencia Nacional dictada en el año 2003 y que fue ratificada por el Tribunal Supremo en el 2007.
Los bienes de Manuel Charlín, que se convirtió en los años ochenta en la primera figura de la mafia del tráfico de drogas en la ría de Arousa, incluso por encima del mediático Laureano Oubiña, ya fueron embargados en el año 1995 por orden de Baltasar Garzón, que se incautó de cientos de fincas y propiedades tan valiosas como el pazo de Vista Real, que era para la familia lo que el pazo de Baión para Laureano Oubiña y Esther Lago. Pero no fue hasta el 2003 que la Audiencia Nacional dictó una de las primeras y más importantes sentencias por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico. Entonces se condenó por ese delito a trece personas del clan. Además del patriarca, en la nómina figuraba su hija Josefa Charlín, sus otros vástagos, nietos y demás familia.
Cuatro años después, el Tribunal Supremo confirmó las condenas, lo que puso en marcha el proceso para la subasta de los bienes incautados. En un principio se sopesó la posibilidad de que parte de las propiedades pasaran al Plan Nacional sobre Drogas, como se hizo con el pazo de Baión y otros bienes de los Oubiña, pero las deudas de los Charlines con Hacienda eran tan elevadas que se acordó finalmente que fuera la Agencia Tributaria la que los subastara.
Hecha la valoración, ya solo queda proceder a la puja, que se hará en las próximas semanas. El lote incluye bateas, garajes, pisos e inmuebles valiosos ubicados tanto en Galicia como en el norte de Portugal, que tres inspectores de la Agencia Tributaria administraron en los últimos años, hasta el punto de ocuparse incluso de la venta del mejillón y de otros trámites vinculados a su gestión.
Susana Luaña - La Voz e Galicia