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Los sindicatos contra el pensionazo

Zapatero en la nube de La Moncloa

Las primeras protestas contra el Ejecutivo socialista

El presidente Zapatero parece triste. Dice con sonrisa de circunstancias que "respeta" las manifestaciones convocadas por los sindicatos porque las respalda un derecho amparado por la Constitución, pero, ya digo, de sus palabras trasciende un gesto de melancolía. No le cabe en la cabeza que Cándido Méndez y Fernández Toxo, los secretarios de UGT y CC.OO., saquen a la gente a la calle para tirar contra el Gobierno.

Lo de Cándido es lo que peor lleva. Porque desde Rodiezmo en adelante, en los últimos seis años, ha sido su gran valedor, hasta el punto en el que mucha gente creyó que no había exageración al señalar a Méndez como el "cuarto vicepresidente". Zapatero lleva tiempo en la nube de La Moncloa -su mundo son los viajes, los platós de televisión, las fotos con VIPS-, mientras que Méndez va a pie a la sede del sindicato y habla con la gente.

Lo mismo que Toxo. Por eso, pese a todas las críticas que se puedan hacer al notable conformismo sindical de los últimos tiempos, los dos, Méndez y Toxo, han comprendido que con el plan para recortar las pensiones -alargar la vida laboral en dos años, equivale a cotizar más tiempo para cobrar menos pensión porque se cobra más tarde-, el Gobierno quería ir demasiado lejos. Era traspasar una de las líneas rojas. Por eso han salido a la calle y, por eso, el debate continúa. Entre otras razones, porque el Gobierno se ha equivocado al elegir este momento para anunciar la reforma de las pensiones.

Sucede que en España se publican noticias de banqueros con planes de jubilación multimillonarios al tiempo que Zapatero señala a los especuladores financieros y a los banqueros desaprensivos como los culpables de haber provocado la crisis.

Y es en ese contexto en el que se les pide a los trabajadores -que obvio es recordarlo, no son responsables de la crisis- que retrasen un par de años la jubilación, que sigan trabajando fuera de plazo para ayudar al país a salir de la crisis. Todo ello al tiempo en el que Corbacho, desbordado ministro de Trabajo, insiste en que hoy por hoy, el sistema de pensiones, goza de buena salud.

Ya digo, Zapatero ha cruzado una línea roja y por eso hay gente que se ha echado a la calle. No parece justo que el ajuste de la crisis recaiga sobre las víctimas en lugar de que paguen los especuladores financieros quienes -según el decir de Zapatero- son los culpables de haberla provocado. Fuente Periodista digital

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