Ventajas y desventajas de la nueva selectividad para los estudiantes
Ildefonso Ruiz Sabariego. Profesor de Enseñanza Secundaria en el I.E.S. Ntra. Sra. de Alharilla de Porcuna (Jaén)
Las pruebas de aptitud para el acceso a la Universidad, han sufrido a lo largo de los años multitud de modificaciones. Estos cambios suponen para muchos una rebaja del nivel de dificultad exigido para poder estudiar una carrera.
La ley que entra en vigor este curso presenta algunas variaciones significativas, las cuales, como veremos son en la mayoría de los casos beneficiosas para el alumnado.
Entre las ventajas que se derivan de la nueva selectividad tenemos:
La primera y a mi parecer la más importante, es que la prueba ahora se divide en dos partes, una fase general que tiene cuatro o cinco ejercicios obligatorios, dependiendo de si la Comunidad Autónoma tiene lengua cooficial o no y una fase específica, voluntaria, sobre asignaturas de modalidad que sirve para subir nota. Esto significa que el alumno con la parte obligatoria aprobada ya tiene superada la prueba de acceso. De este modo al tener que prepararse menos asignaturas los que no necesiten realizar la segunda fase pueden dedicar más tiempo al estudio de las obligatorias.
La segunda, es que la fase específica sólo sirve para subir la nota. Esto favorece a aquel alumnado que no tiene pensado cursar una carrera en la que se necesita una alta nota de acceso, ya que superando el primer examen tendrá mucho ganado. Además para aquellos otros que sufren estrés y ansiedad con los procesos evaluatorios tienen la seguridad de que haciendo bien la parte obligatoria tienen selectividad superada, cosa que va a suceder en la mayor parte de los casos, teniendo en cuenta las estadísticas de los años anteriores.
La tercera ventaja es que no existe límite de convocatorias, antes el máximo de veces que se podía presentar un alumno era de 4. Esto posibilita al alumno presentarse un número ilimitado llamamientos hasta que logre la nota necesaria para poder entrar en la carrera deseada.
Los inconvenientes más importantes serían los siguientes:
El primer inconveniente sería, que para tener oportunidad de presentarse a estos exámenes de madurez el estudiante ha de superar Segundo de Bachillerato y puede caer en la tentación, pensando en el futuro, de menospreciar las asignaturas específicas, (que ya no son imprescindibles para el acceso a la carrera deseada), dedicando más tiempo de estudio a las de carácter obligatorio. Esto puede provocar, en más de un caso, el suspenso en las citadas asignaturas y como consecuencia no poder participar en el proceso selectivo que estamos tratando, llegando a repetir curso.
El segundo inconveniente y a mi parecer el más grave es que el alumnado tiene que tener medianamente claro lo que va a estudiar desde cuarto de ESO, ya que al término de este curso tendrá que elegir una modalidad de Bachillerato que le va a condicionar más que en el anterior modelo. Así antes una persona que optara por la modalidad de Ciencias tenía acceso a carreras como Derecho por su nota, siendo hoy en día los alumnos del bachillerato de Ciencias Sociales y en menor medida los de Humanidades los que van a tener mayores opciones que los demás, debido a que sus asignaturas específicas van a posibilitar la subida de la nota. Algo parecido ocurre con otras carreras que antes eran también de acceso más general, como es el caso de Psicología que ahora está englobada dentro de los itinerarios de Ciencias de la Salud.
Esto es un gran inconveniente ya que en la mayoría de los casos el alumnado de 4º de ESO está muy perdido en lo que se refiere a lo que va a hacer con su futuro, por ello habrá que hacer un esfuerzo extra por parte de los centros para que el estudiante de este curso tenga muy claras todas las opciones y esto pueda ayudarle a tener mayor idea de lo que quiere estudiar. Aún así se darán muchos cambios de modalidades y de estudios universitarios por no haber elegido adecuadamente al final de Secundaria Obligatoria.
A modo de conclusión, he de decir, que estos cambios en la selectividad es vista desde muchos profesores de universidad y de enseñanza secundaria como una bajada más del nivel mínimo para poder acceder a una titulación universitaria.