“Se lo había pedido muchas veces”, aseguraba el televisivo Luis Moreno-Ocampo, nuevo patrón de Baltasar Garzón, desde un meloso publirreportaje contenido en la edición del martes de El País. Prácticamente una página completa para describir la primera jornada del ‘juez estrellado’ en la sede de la Corte Penal Internacional en La Haya. ¡Qué fotos, oigan! Moreno-Ocampo y Garzón despachando en mangas de camisa en el despacho del primero y otra del segundo a las puertas del CPI. “Un poco más gordito”, contestaba Moreno-Ocampo al preguntarle si le notaba alguna diferencia al “héroe” o “símbolo”. Por si acaso, los de Prisa cerraban la página supuestamente publicitaria con un gran sentimentalismo: “Aún no tiene casa en La Haya. Pero ayer hizo sus primeros amigos”. ¡Qué ‘chupi’! Lo que no sabíamos es que Garzón pudiera tener amigos. Que se lo pregunten a Javier Gómez de Liaño.
MÁS DE ZAPATERO
Al que también están poniendo fino, y con razón, es al presidente del Gobierno, del que Miguel Ángel Aguilar, en el papel del difunto camarada Polanco (¡Presente!), consideraba que “lleva el disgusto en la cara”. El panorama que pintaba era un tanto desolador: “Los ministros, que parecían sólo llamados para hacer más cómoda la vida al presidente, han perdido la disciplina orquestal, se manifiestan descoordinamente, cada uno siguiendo una partitura distinta”. O sálvese quien pueda, vamos. ¿La solución? Según Aguilar, o Zapatero cede el paso y se larga o forma un Gobierno “con los más capacitados”. ¡Leche! ¿Pero ésos no eran los que tiene ahora? Casi mejor que opte por lo primero.
Eso por un lado, y luego por otro, y también en El País, una de esas ayudas que más bien parecen hechas para lo contrario. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, maestro Ciruela de casi todo, empezaba fuerte: “El Gobierno nos ha defraudado”. Bienvenido al club, amigo. ¿Algo más? “Nadie salió a la calle a exigir que el presidente aguantara; nadie levantó la voz para reforzar la moral de quien necesitaba el aliento, la complicidad y la comprensión de su electorado”, afirmaba. Tampoco él, le faltó precisar. En realidad, para el extremeño experto en nuevas tecnologías, que ni siquiera sabe buscar en Google, todo es obra de “especuladores”. Y cuidadín, que él es como Superman pero en bruto: “Yo soy de izquierdas y lucharé para que la política triunfe sobre la economía especulativa”. Vale, tío.
TODO UN SÍMBOLO
A través del rotativo de Prisa –que ayer era el más interesante de los medios de la ‘zurda’ mediática– nos enterábamos también de un concierto por la Memoria Histórica –ya saben cuál– llevado a cabo por el grupo Barricada. Que, por si no lo saben, tiene como abanderado a un tipo apodado El Drogas. Ya ven qué nivel. Al acto asistieron, según parece, otro cantante, Tonino Carotone, cuyo tema ‘estrella’ se llama ‘Me cago en el amor’, y la incalificable Almudena Grandes; a la que, por cierto, Joaquín Leguina le ha puesto las pilas a base de bien después de que la tipa en cuestión arremetiese contra él. “Antifranquistas sobrevenidos”, llamaba el ex presidente de la Comunidad de Madrid a la Grandes, a la que recordaba que él sí estuvo en la lucha contra Franco, no como ella, que se ha subido al carro de luchar contra el extinto cuando lleva 35 años bajo una losa de granito.
ASTURIAS, PATRIA QUERIDA
Por Público la verdad es que había poco que rascar. Para muestra, Ramón Cotarelo, original él, con un “Váyase, señor Aznar”. Muy actual, como pueden observar. Tanto como otro nuevo ‘dossier’ asturiano encartado. ¿Cuántos van ya desde que Jaume Roures desembarcó en el Principado? ¡Lo que da de sí Vicente Álvarez Areces!
CRTVE, TAMBIÉN QUERIDA
Claro que eso no es nada al lado de lo que produce la teta de Corporación Radio Televisión Española. ¡Cómo será que hasta los sindicatos, incluidos los más oficialistas, de esa casa lo denuncian! ¿El qué? Pues que los productores de los ‘amiguetes’ de La Sexta se están llevando los contratos de externalización a base de bien. No es cosa nuestra, oigan, sino de los sindicatos de allí, que algo de eso sabrán. Donde no parecen enterarse es en el PSOE. Y eso que el otro día unos cuantos de los trabajadores de CRTVE se lo cantaron en vivo y en directo en la calle Ferraz. Aunque por un oído les entra y por el otro les sale.
OTROS TIEMPOS
El enamoramiento entre José Bono y Enric Sopena –qué primavera tan propicia a ello– no siempre fue así. Y aunque el periodista barcelonés haya quedado como el único que le escribe al presidente del Congreso, también tuvieron sus momentos de tensión. Entonces no pasaba nada porque se vapuleara a la tercera autoridad del Estado, básicamente porque lo hacía él, claro. No era una campaña de “alcantarillas y aguas fecales”, como está calificando lo del patrimonio de Bono, tal vez porque de esas cosas él tenga buen conocimiento. El avinagrado periodista de servicio prosocialista le ponía las pilas al rey Midas de Salobre por haber reclamado a un visitante del Congreso que no airease la bandera republicana en esas dependencias, lo que le llevaba a decir de Bono que “se puso su particular estrella de ‘sheriff”. No era lo único, pues acusaba al castellanomanchego de tener “la autosuficiencia de pensar que, en efecto, él nació para ser el rey del mambo”, que “pone una vela a Dios y otra al diablo”.
“Le gusta dar lecciones a los demás”, escribía Sopena, para indicarle que “miles y miles de banderas republicanas formaban parte, y bien visible, en el equipaje de millones de españoles que salimos a la calle para protestar contra la guerra de Irak”. Semanas después, le cantó la gallina a costa de su pretensión de dejar en el Congreso los retratos de los presidentes de las Cortes franquistas. Y todo eso hace apenas dos años. ¡Las vueltas que da la vida!