Jueves , 11-03-10
La versión que ayer ofreció el cabo primero de Guardia Civil durante la primera jornada del juicio que se sigue contra él y otros cuatro individuos por tráfico de drogas se contradice con lo declarado por los mandos de la Benemérita que comparecieron como testigos.
El agente implicado, Jacinto G. G., para quien el fiscal solicita 17 años de cárcel, estaba destinado en el equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Talavera de la Reina cuando ocurrieron los hechos, durante 2001 y hasta abril de 2002.
El abogado del guardia civil protestó al tribunal por haberle denegado su petición para aplazar la vista oral puesto que hacía tres días que se había muerto la mujer de Jacinto, que está acusado también de omisión del deber de perseguir delitos, además de otro de infidelidad en la custodia de documentos y violación de secretos.
Desmentido
El fiscal acusa al ex guardia civil de haber investigado por su cuenta, sin dar cuenta de ello a sus superiores, un supuesto robo de 1,5 kilos de cocaína que guardaba en una finca cerca de Talavera otro de los acusados, Román V. O., y al que Jacinto dijo no conocer.
Durante el interrogatorio, el guardia civil explicó al tribunal que supo del robo por los comentarios que circulaban en Talavera y también reconoció que se lo comunicó otro de los acusados, Gregorio B. N., que fue condenado en 1995 por tráfico de drogas.
También explicó que comunicó al capitán de la Guardia Civil Fernando Platero, de la Tercera Compañía de Talavera de la Reina, que había tenido conocimiento «de un robo», pero precisó que no llegó a investigar el asunto, sino que tan solo hizo unas indagaciones preliminares para ver si esto era verdad, por lo que se trasladó a la finca.
Sin embargo, el capitán de la Guardia Civil de Toledo que se encargó de instruir el caso aseguró no tener constancia de que el agente investigado comunicara el robo de droga a los superiores, lo que también ratificaron otros guardias civiles que participaron en la investigaron de los cinco acusados y que ayer comparecieron como testigos.
La investigación de este caso se inició después de que la comandancia de la Guardia Civil de Toledo recibiera una comunicación interna y reservada de sus compañeros de Valencia para advertirles de la presunta implicación de Jacinto en el tráfico de drogas a raíz de unas escuchas telefónicas grabadas por otra investigación que llevaba a cabo la Audiencia Nacional.
Además de Jacinto G. G., Gregorio B. N. y Román V. O. también se sientan en el banquillo de los acusados la pareja formada por Emiliano S. Z. y su compañera sentimental, Carolina L. A..
Todos ellos negaron que se dedicaran al tráfico de drogas y dijeron que la cocaína y el hachís que adquirían era para consumo propio y que hacían intercambios entre ellos, aunque la fiscalía sostiene que de las grabaciones telefónicas -en las que se habla en clave y cuyo procedimiento fue cuestionado por las defensas- se deduce lo contrario.
Acudió como testigo un amigo del guardia civil, Vicente A., de 65 años, quien negó que pagara a Jacinto por suministrarle droga. Dijo que se reunían en su casa con otros amigos para cenar, beber y también consumir cocaína, y que prorrateaban todos los gastos, incluido el coste de la droga.
La vista oral continuará hoy con más testigos y peritos y las conclusiones de las partes.
