La federación vecinal alega los presupuestos para mantener su plan de colaboración con el Concello.
En plena crisis interna, la federación vecinal hizo ayer un hueco en sus actividades para reclamar al gobierno vigués que mantenga el convenio de colaboración que durante años suscribió con el movimiento ciudadano. Los 54.000 euros que recibía por esta vía eran vitales para mantener su estructura, como lo prueba que recientemente la federación tuvo que reducir su plantilla de personal.
En estos momentos existen mínimas posibilidades de que el alcalde acepte esta petición al haber decretado un veto completo a la actual directiva. Hace un par de años la expulsó del edificio de la calle Ecuador y se niega a reunirse con la dirección vecinal, lo mismo que el concejal de Participación Ciudadana, el socialista Santos Héctor.
La tensión entre la federación y el alcalde empezó hace semanas a tener consecuencias internas. Diversas asociaciones han pedido la dimisión de la presidenta vecinal, Elena González, principalmente aquellas dirigidas por militantes de partidos de izquierda.
En cualquier caso, los directivos vecinales se dieron cita ayer en la lonja municipal para presentar por registro sus alegaciones. Además de la restitución del convenio piden que no se reduzca e incluso que suba un diez por ciento la partida destinada a entidades sin ánimo de lucro.
El texto vecinal pone de manifiesto que el Concello firma acuerdos con todo tipo de entidades (federación El Olivo, centrales sindicales, y varias asociaciones de vecinos de manera individual), mientras excluye al organismo que agrupa a estas últimas. Además, reclama la elaboración de un plan municipal de participación ciudadana que tenga vigencia a lo largo de los próximos cinco años.
