MENOS AFLUENCIA DE LA PREVISTA
Los funcionarios se manifiestan: "Esto es una traición, que se preparen ellos la oposición”
@Ana I. Gracia.- 21/05/2010 (06:00h)
Un manifestante, en la protesta de Madrid (Efe).
Muchos eran los convocados, pero escasa la asistencia. Las centrales sindicales del sector público cerraron filas ayer por la tarde frente al Ministerio de Economía y Hacienda para mostrar al Gobierno su oposición a la rebaja de sueldo. A las seis en punto, una dulce voz femenina recordaba que "el plan propuesto no concilia ni reparte equitativamente los esfuerzos y derechos entre grupos y sectores sociales, y tampoco facilita un crecimiento con empleo y cohesión social". Los sindicatos exigen un acuerdo antes de junio. Como precio ponen retrasar "la deseada salida de la crisis".
Algunos de los presentes intentaban buscar una explicación a la ausencia de sus compañeros en la primera concentración contra el tijeretazo de Zapatero: "Es normal que no quieran venir. Hay muchos empleados públicos cuyas parejas están en el paro, e incluso que no cobran subsidio de desempleo. Tienen miedo de que las represalias contra nosotros, los funcionarios, sean todavía más drásticas".
Aunque eran pocos en proporción a los convocados, el ruido de los silbidos y pitidos no dejaba escuchar las reivindicaciones de los cabezas visibles de los partidos. Cándido Méndez, secretario general de UGT, echaba en cara a Zapatero una reforma fiscal "profunda y ambiciosa" que repartiese el esfuerzo nacional en función de la progresividad de la renta. Así pagaría más quien realmente tiene más, y no perjudicaría a la clase media.
Méndez no se mostró en contra de una subida de impuestos para frenar la crisis, pero no está dispuesto en que el mayor peso del tijeretazo lo tengan que sostener las clases medias. Aplaudiendo sus palabras, un grupo de auxiliares de enfermería lucían la misma camiseta: "Si cobramos 1.000 euros trabajando domingos y festivos incluidos, a partir de ahora apenas llegaremos a los 950".
Un grupo de auxiliares de enfermería se quejaban de que estas medidas lo único que consigue es suprimir inversión y empleo público. "Nosotras trabajamos en residencias de ancianos de la Comunidad de Madrid y ni nos cubren las bajas por enfermedad ni nos van a traer a gente para cubrir las vacaciones. Y no estamos contando con los compañeros que se han jubilado en los últimos años y su puesto no lo ha cubierto nadie", se quejaban.
“Zapatero dimisión”
Gaspar Llamazares consideró los ajustes del Gobierno como "profundamente desiguales" y brindó su apoyo a los sindicatos congregados en la concertación social. "Las curas de adelgazamiento no se hacen a los escuálidos, sino a los obesos", aseguró. Un miembro de Comisiones Obreras sólo pedía al Gobierno que el esfuerzo mayor lo hiciera quien más tuviera, "no sólo asalariados y pensionistas. Exigía, eso sí, al Gobierno, que cumpla con las expectativas "de la gente del progreso".
Las paredes de la calle Alcalá se fueron adornando poco a poco con carteles que criticaban duramente la acción del Gobierno. "España no perdona la traición, que se preparen ellos la oposición" o "Zapatero dimisión