FISCALÍA ANTICORRUPCIÓN CONTRA NÚÑEZ Y NAVARRO.
VLIII. JUICIO A LA CORRUPCIÓN EN LA DELEGACIÓN DE HACIENDA DE BARCELONA.
Me iré por los cerros de Úbeda. De entrada el viejo Núñez, y digo viejo con el mayor respeto del mundo, merece la Cruz del Mérito al Trabajo, y como escribí antes, unos tirones de oreja por alguna de sus esquinas, y su hijo, otra cruz, y el respeto por no vivir a lo pachá con lo acumulado por su progenitor e iniciado por su abuelo, y ¡que trabaje Rita! No cumple el tópico de que la primera generación hace el dinero, la segunda lo disfruta, y la tercera lo dilapida.
Pero es que además los Núñez parecen masoquistas, contra la Crisis, el sector inmobiliario pervertido por financieros y políticos, y su propia situación procesal, invertirán 100 millones de euros, y así se publica hace unos días, en la remodelación del Edificio La Rotonda de la Avenida del Tibidabo.
En un momento en que a los grandes del ladrillo y sus financieros les ha reventado el bluf o globo, amarrando en paraísos fiscales el saqueo en negro del gran fraude piramidal (en el que los Núñez no participan), ellos apuestan por invertir en su Ciudad, y se ajustarán a lo que obliga un emblemático edificio del Modernismo Catalán, tal como diseñarán sus arquitectos con la aprobación del Ayuntamiento.
Y ahí quería llegar, sin entrar en si estoy de acuerdo con lo que le diseñaron sus abogados, economistas y asesores fiscales, que no lo estoy, sobre formas y maneras de rentabilizar sus inversiones, entraron en una dinámica compleja, y quizá equivocada. Toda una vida de trabajo para llegar al banquillo porque una recua de piratas del Derecho y la Hacienda (donde la frontera entre lo oficial y privado es imposible de percibir para un empresario por compartirse asesorías y bufetes) les convencieron, y a mí no me cabe duda por propia experiencia, hasta vendieron a la propia Fiscalía, que de hecho solo haría que transcribir lo que le contaban los diseñadores, acompañado a la documentación incautada. Tener de abogado a Juan Pique Vidal conlleva estos riesgos.
Tampoco estoy de acuerdo que tuviera a dos inspectores de Hacienda a sueldo. Una fácil y mediática deducción, pero nadie de aquella Hacienda estaba a sueldo de nadie. O extorsionaban, o aplicaban su tarifa a sus firmas y actas, al estilo y filosofía de las viejas Juntas de Evaluación Global, a tanto por cabeza y bulto. Y en este caso, el tema merece más consideración puesto que en una Hacienda corrupta de pies a cabeza, una de las primeras inmobiliarias de la Ciudad no se regala a dos segundones.