Denuncia hijo de Pablo Escobar la violencia del narcotráfico
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- Sebastián, el vástago del abatido capo colombiano, presenta el documental "Pecados de Mi Padre"
- Busca dar a conocer acerca de esa historia violenta de la cual ha sido un "testigo tristemente privilegiado"
El Financiero en línea
Santiago, 28 de abril.- Contar la historia de su padre es para Sebastián, el hijo del abatido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, más que un ajuste de cuentas con su progenitor, una denuncia de la violencia que éste desató en su país.
“Mi apuesta fue dar testimonio de lo que aprendí y viví habiendo nacido en el epicentro del narcotráfico y de la violencia en Colombia”, dijo en entrevista con Notimex quien al nacer recibió el nombre de Juan Pablo Escobar y hoy marcha por el mundo como Sebastián Marroquín.
El ahora arquitecto y diseñador industrial, quien se vio obligado a cambiar su apellido Escobar para escapar de la discriminación y las amenazas, presentó la noche del martes en Chile el documental “Pecados de Mi Padre”, del realizador argentino Nicolás Entel.
“Este documental tiene el propósito de ser testimonio acerca de esa historia violenta de la cual yo he sido un testigo tristemente privilegiado”, y su padre, un protagonista que murió abatido por la policía en diciembre de 1993.
Un padre, al cual, sin embargo, recuerda también con cariño y una cierta comprensión de su vida, y dolor por su trágico fin, acribillado cuando intentaba escapar del cerco policial a la casa donde se refugiaba.
La de Pablo Escobar fue una vida y un final que su hijo no quiso repetir y que no quiere que vivan otros jóvenes colombianos que se sienten tentados por una supuesta vida glamurosa y el dinero fácil del narcotráfico.
Sebastián indicó que su enjuiciamiento al mundo del narcotráfico surge de “la lección de haber nacido en un mundo de violencia y de terror, y fue una elección mía, personal, no continuar con ese legado”.
No obstante, recordó que su padre le inculcó valores como “la solidaridad para con los demás, la sensibilidad por las clases sociales abandonadas por el Estado y la sociedad, y el respeto con los demás”.
En lo que podría parecer una contradicción, el hijo de quien declaró en su momento la guerra al Estado colombiano, afirmó que “él (Pablo Escobar) era un hombre que no quería que sus hijos repitieran lo que él había vivido”.
“Fue un hombre que pertenecía a esas clases sociales abandonadas y nunca perdió esa sensibilidad”, aunque por otro lado generaba la violencia y la destrucción moral de las personas con la drogadicción.
Indicó que a Escobar le gusta hablar de la corresponsabilidad entre el mundo del narcotráfico, los productores, los que lo demandan y los Estados, y añadió que la muerte de su padre no significó el fin del narcotráfico y por el contrario, “el negocio sigue viento en popa”.
“Hace 16 años que él (Pablo Escobar) ya no está con nosotros. Hemos perdido la cuenta de los carteles de la droga y capos que han sido desmantelados, todos ellos acusados de ser responsables del manejo del 80 por ciento de la droga”, señaló.
“Sin embargo, el negocio parece que sigue intocado y no se le afecta por más muertos que se lleve y estamos llenos de viudas y de huérfanos, por la guerra”, concluyó. (Con información de Notimex/MVC)
