El ex socialista fichado por Baltar para el PP vuelve a San Cibrao entre gritos de «traidor»
Militantes y cargos del PSOE abuchearon a Eladio Fernández durante el pleno
La corporación de San Cibrao celebraba ayer un pleno ordinario para debatir los presupuestos del presente ejercicio, aunque ni ese, ni el resto de puntos del orden del día eran la razón de que el salón de plenos estuviese abarrotado de público y medios de comunicación. El motivo de tanta expectación estaba en la reaparición de Eladio Fernández.
El hombre que sustituyó a Pachi Vázquez al frente del PSOE ourensano, que hasta el pleno anterior había ejercido como portavoz socialista en este municipio, acudía a esta sesión ya como militante del PP (José Manuel Baltar lo presentó oficialmente el pasado 11 de marzo), aunque no para sentarse al lado de su nueva formación política, sino para ocupar silla en la segunda fila destinada a la oposición como único miembro del grupo de no adscritos.
Llegó el último, saludando con un lacónico «buenos días» cuando ya todos los demás miembros de la corporación ocupaban sus puestos y el espacio reservado al público estaba completamente lleno por vecinos, militantes socialistas y cargos de su ex partido. Entre ellos estaban la diputada y secretaria de Organización, María Quintas, el secretario de Acción Electoral, Eladio Osorio, y el diputado provincial José Luis Pérez, que ocuparon la primera fila. Por cierto que Quintas fue la encargada de explicar a la entrada de la casa consistorial la razón del desembarco socialista en el pleno señalando que «vimos a reivindicar que devolva as actas porque si este señor é concelleiro é gracias ao partido socialista e porque foi nunha lista do PSOE, e si é deputado é porque lle votaron os socialistas».
Pese a la tensión que se respiraba en el ambiente y la curiosidad por descubrir si las argumentaciones de Eladio Fernández en los asuntos del pleno seguirían la misma línea crítica hacia la gestión de la alcaldesa del PP Elisa Nogueira -calificada reiteradamente por él de nefasta y corrupta-, la regidora y su nuevo compañero de partido no se dirigieron la palabra.
De hecho, Eladio Fernández mantuvo un silencio absoluto durante toda la sesión, sin pedir turno de intervención en ningún momento y limitándose a levantar la mano para votar en el mismo sentido que lo hacía el grupo de gobierno en todos y cada uno de los puntos, incluso para rechazar la urgencia de una moción del BNG.
Y ahí es donde intervino el público, afeándole la conducta con gritos de «traidor» y «vendido» cada vez que emitía su voto, o con comentarios indignados: «Antes todo estaba mal e agora todo está ben», chillaban.
La regidora solo intervino en una ocasión, para pedir la retirada de unos carteles que algunos vecinos sacaron pidiendo a Fernández que les devolviese sus votos y el acta de concejal.