Una pregunta de la senadora popular a la ministra de Defensa ha permitido traslucir una auténtica ofensiva contra la «mano derecha» de Rajoy
Si cada vez que la senadora y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se le ocurre preguntar a algún miembro del Gobierno, como acaba de hacer en el Pleno a la ministra de Defensa, Carmen Chacón, y estos pierden los nervios, como ha sucedido, la dirigente popular tiene el éxito asegurado. A tenor de lo que acaba de suceder ahora mismno en la Cámara Alta, con una Chacón perdiendo los papeles para intentar ridiculizar a De Cospedal, está claro que el Gobierno está dispuesto a lanzar una ofensiva en el Senado contra la secretaria general del PP, con el objetivo de desgastarla políticamente.
Lo más sorprendente de la reacción de la ministra de Defensa es que no respondía a ninguna salida de todo previa de la senadora de popular, sino simplemente a una pregunta sobre «si tiene intención el Gobierno de autorizar que en el aeropuerto de Ciudad Real se instale una base militar de los Estados Unidos de América».
Parece que no le gustó nada el contenido de la interpelación y, después de responder que no, se lanzó al cuello de la senadora popular, a la que le reprochó con tono airado qué, después de «no haber tomado la palabra» en este legislatura, «de no haber abierto la boca, esperaba que fuera a decir algo con más fundamento».
En su réplica, la senadora popular no tuvo más remedio que reconocer que «no calculaba que le fuera a molestar tanto la pregunta» y que ella hace preguntas que cree que son de interés general. Entonces, aludió a recalificaciones para la construcción de este aeropuerto, circunstancia ésta que provocó gritos desde la bancada popular, así como al «enriquecimiento de algunos» y terminó su respuesta recordando que el fracaso de este aeropuerto ha sido la «causa de que Castilla-La Mancha se vaya a quedar sin una caja de ahorros de referencia».
La réplica de De Cospedal terminó por descolocar a la ministra que le replicó afirmando que «no me molesta, sino que me deja estupefacta. En veintidós meses de senadora sólo se le ocurre leer recortes de periódico». Continuó su ataque, entre gritos entre senadores del PP y del PSOE, y volvió a decir que le «deja estupefacta que no se sepa las leyes» y en el mismo tono airado que caracterizó toda su respuesta, aseguró que «al ritmo que va le queda una pregunta en esta Cámara» y que esperaba que «la próxima vez se prepare más» las preguntas.
Cuando parecía que este momento de tensión, que elevó la temperatura de la Cámara, había finalizado, no fue así, ya que la siguiente interpelación, del senador popular Agustín Conde al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sirvió para ajustar las cuentas que habían quedado pendientes, entre ambos partidos, en la primera pregunta. Conde quería saber algo más sobre la situación legal en que van a quedar los presos de Guantánamo que acogerá España, pero Rubalcaba escurrió el bulto.Entonces Conde, utilizando el mismo argumento que Chacón contra de Cospedal, le dijo que había venido «a contestar en cueros y que lo que había dicho ya lo sabemos porque lo hemos leído en los periódicos, que se lo diga la que se sienta a su lado, (en alusión a chacón), que todo lo sabe».
Rubalcaba no se calló y con su habitual ironía le dijo a Conde que «he escuchado el debate de la ministra de Defensa y me da la impresión que De Cospedal no ha quedado tan mal». La bronca estaba servida, ya que los gritos subieron de tono y el ministro acusó a Conde de «mala educación» y le aseguró que la senadora popular seguro que reprobaba esa actitud.