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Hacienda no tiene palabra, así que mejor no fiarse nunca de lo que nos digan. |
En septiembre del pasado año 2013 escribí un artículo sobre unas reclamaciones que nuestra
querida Hacienda estaba enviando a los emigrantes sobre sus
pensiones cobradas en el extranjero. Unas pensiones que durante años se les
había dicho que no tenían que declarar en España. Pero como está claro que
Hacienda no tiene palabra, «se olvidaron» de lo dicho cuando les interesó y
comenzaron la ofensiva a diestro y siniestro. Esto acabó en una indignación
generalizada y un revuelo social importante, hasta el punto de que el Gobierno
Central anunció que suprimiría las sanciones. Para quien se lo creyó, le
recuerdo una vez más que...
Hacienda no tiene palabra
A pesar de la promesa, Hacienda ha retomado el asunto de las
multas y asegura que continuará con las sanciones mientras la normativa no se
modifique. Así que esos mismos emigrantes retornados vuelven a recibir notificaciones
por los mismos hechos que el Gobierno había prometido «perdonar».
El representante del colectivo afectado (Cnger) dice al
respecto:
«Siempre hacen las cosas mal, es surrealista. Ellos mismos
hicieron una propuesta de la ley y aún no saben cómo hacer las cosas. Lo normal
sería que paralizasen las sanciones y no que siguiesen con ellas para luego
tener que devolvernos el dinero», «La propia Xunta nos reconoció que no
sabían cómo se iba a llevar a cabo esta medida». También dice que el hecho de
que los afectados sigan recibiendo estas cartas «causa muchos disgustos, sobre
todo entre la gente mayor».
Pero Hacienda es así, no hay que darle más vueltas. Son
incapaces de actuar con lógica y nunca les ha importado pisotear los derechos
de los contribuyentes ni cumplir sus promesas.
¿Es o no es lamentable que tengamos que someternos a este tipo
de personajes?
En cuanto a lo que afirman desde Cnger de estar convencidos de
que luego les tendrán que devolver el dinero a los afectados, yo tampoco
estaría tan seguro. Puede que cambien la ley, sí, pero ¿la aplicarán
retroactivamente o se quedarán con lo cobrado?
Ramón Cerdá