Todo empezó con una pregunta el pasado miércoles día nueve de marzo, cuando se hizo público que el PSOE había decidido suspender su tradicional mitin con Zapatero en Vistalegre:
- ¿Y si pedimos presupuesto a la Plaza?
- Será imposible, lo que costará…
- Bueno, por pedirlo no perdemos nada…
A partir de ahí, todo empezó a rodar. Pedimos el Presupuesto, fueron a ver la Plaza, empezamos a hablar en serio de la posibilidad de hacerlo. Y la gente de nuestra Marea Magenta, los candidatos, los amigos que pululan por la red, los que llaman y mandan correos… comenzaron a hacernos llegar su criterio. De entre los más cercanos hubo quien nos dijo que estábamos locos, que parecía mentira que gente “tan seria” como nosotros fuera capaz de defender “despropósito” tal como hacer un mitin en una plaza de toros; que no merecía la pena asumir tal riesgo, que la campaña iba bien, que no teníamos ninguna necesidad de meter más presión a la gente que estaba trabajando a tope en toda España…
También hubo quien estableció el paralelismo entre este debate con uno que se produjo hace muchos años, la primera vez que Basta Ya se propuso salir a la calle con una pancarta que decía:”Por la Constitución”. En aquella reunión en San Sebastian también hubo muchas voces “cuerdas” que hacían ver el riesgo de fracasar, de no llenar las calles, de quedarse solos…Gentes serias que recordaban que en Euskadi nunca nadie salió a la calle para defender lo que nos une, el orden constitucional, las leyes; que nunca nadie salió a la calle en positivo; que lo máximo que habíamos conseguido era salir para llorar a los muertos, que eso era un paso importante, que no podíamos arriesgarnos a dar una imagen de fracaso… Algunos “locos” defendían que era la hora de dar un nuevo paso adelante, de abrir el espacio a otros, de ofrecer la posibilidad de reencontrarse… Fernando Savater zanjó el debate: “Si no sale nadie, si sólo vamos nosotros, pues no habremos perdido nada, estaremos como estamos ahora…” Y se convocó la manifestación; y la gente salió a la calle a sentirse mayoría.
Hemos decidido abrir la Plaza de Vistalegre a la gente que no se siente de ninguna secta; a la que quiere participar en política pero se siente huérfana; a todas las personas que consideran urgente regenerar la democracia y que están buscando una oportunidad para volver a comprometerse. Queremos abrir Vistalegre a todos esos millones de ciudadanos españoles que no se sienten de ningún frente, que no consideran enemigos a quienes votan cosa distinta que ellos; que no creen en la primacía de la derecha ni de la izquierda; que quieren oír hablar de propuestas y de ideas, que aborrecen a quienes utilizan el insulto como único discurso para ganar adeptos en las urnas.
Hemos decidido abrir la Plaza de Toros de Vistalegre para hacer un acto político abierto a los ciudadanos que no tienen decidido el voto, que quieren escuchar, que se quieren formar criterio, que quieren saber, que quieren comprobar si es posible hacer otra política y hacer política de otra manera. Abriremos Vistalegre a quienes buscan una esperanza, a los ciudadanos críticos, a los que saben que la democracia no es el silencio sino hablar claro de los problemas y ofrecer instrumentos para resolverlos; abrimos Vistalegre el domingo tres de abril a todos aquellos que se sienten de la Tercera España, de esa en la que nadie está obligado a resignarse y volver a elegir a quien ya le ha defraudado; convocamos a Vistalegre a todos aquellos ciudadanos hartos de que les traten como si únicamente fueran votantes, hartos de que nadie les escuche, hartos de que les quieran hacer creer que no hay nada que hacer, que todos los políticos son iguales, que no hay otra solución que quedarse con lo viejo, con lo que ya ha fracasado.
Convocamos en Vistalegre a los jóvenes, a los que no se resignan a ser el futuro, a los que quieren decidir hoy. Convocamos en Vistalegre a los que creen que la educación es el principal instrumento para garantizar la igualdad y la cohesión de los ciudadanos y de su país; a los que saben que el abandono escolar temprano representa un enorme riesgo de exclusión para varias generaciones; a los que no se conforman con tener estudios si después han de irse con su master y su formación fuera de España para tener una oportunidad de desarrollar sus conocimientos.
Convocamos en Vistalegre a todos los ciudadanos que no quieren perder la esperanza; o que quieren recuperarla para sentirse parte de un país que es mucho más que sus políticos. Os convocamos en Vistalegre a todos los ciudadanos que sabéis –aunque nunca lo hayáis expresado así- que el único voto útil es aquel que sirve para resolver los problemas de quien lo emite y no para dar poder a quien lo pide.
Recuerdo que en los primeros años de la democracia había personas que asistían a mítines de Carrillo, Fraga y González porque querían escucharles para formarse criterio. Eran momentos en los que teníamos que construir la democracia, en los que mucha gente no tenía una opinión política definida apriorísticamente. Hoy, más de treinta años después, la política sigue siendo una actividad denostada por los ciudadanos; pero, hoy como entonces, la política y la democracia siguen necesitándose. Cuando los ciudadanos “pasan” de la política llegan a las instituciones políticos que pasan de los ciudadanos. Por eso insisto en que es la hora de la política, la hora de comprometerse, la hora de demostrar que se puede regenerar la democracia y que se puede hacer otra política y hacerla de otra manera.
Os ofrecemos Vistalegre a todos los que queráis comprobar por vosotros mismos que eso es posible. UPyD no es más que un instrumento al servicio de los ciudadanos; y la Plaza de Toros de Vistalegre será el tres de abril un lugar de encuentro, nada más que eso. Un lugar para que nos podamos encontrar todos los que creemos que el mundo no cambia si uno mismo no está dispuesto a cambiar. El tres de abril será una fiesta y demostraremos que hay en España demasiada gente que no está dispuesta a seguir perdiendo el tiempo esperando, que hay una sociedad civil dispuesta a organizarse si alguien les ofrece la oportunidad de hacerlo. Ven con nosotros a celebrarlo.