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Laissez Faire, creatividad y aprendizaje

El Caparazón

Tal y como se desprende del título, nuevas investigaciones demuestran que la enseñanza precoz puede ser contraproducente. Actualmente no dejamos que los niños más pequeños exploren, investiguen, jueguen y descubran. En su lugar, les ofrecemos instrucción directa, lo que ayuda a que aprendan hechos y habilidades específicas, pero ¿qué pasa con la curiosidad y la creatividad, habilidades aún más importantes para el aprendizaje a largo plazo?

Mientras que la enseñanza de un maestro puede ayudar a los niños a que encuentren una respuesta específica más rápidamente, también hace menos probable que descubran información nueva acerca de un problema, que aprendan a crear una solución nueva e inesperada. Lo veíamos en un antiguo artículo sobre ensayo error y flexibilidad, en el que un grupo de preescolares tuvieron un mejor desempeño en una prueba que requería la puesta en marcha de habilidades complejas que los graduados en una escuela de negocios.

¿Qué es lo que sabemos acerca de cómo afecta la enseñanza en el aprendizaje? Además, ¿cómo medimos el aprendizaje? Si utilizamos pruebas estandarizadas, la curiosidad y la creatividad son más difíciles de medir.

La investigación

Los estudios, uno en un laboratorio del MIT y el otro en la Universidad de California – Berkeley aportan información sobre la forma de aprender de los alumnos preescolares.

En el primero la profesora Laura Schulz y cols. estudiaron la forma en que niños de 4 años aprendían acerca de un nuevo juguete con cuatro tubos. Con cada tubo se podía hacer algo diferente: un tubo hacía ruido, con otro si se miraba dentro se descubría un espejo oculto, etc.

Se plantearon dos situaciones:

a) El experimentador dijo “Acabo de encontrar este juguete” y al sacarlo, fingió que se le caía por accidente, de manera que al caer el tubo éste hizo ruido. Fingió sorpresa y lo volvió a tirar para que pitara otra vez.

b) El experimentador actuó más como profesor: “Voy a mostrar cómo funciona mi juguete, mirad esto”, e hizo que el tubo emitiera el ruido.

Luego, dejó a ambos grupos jugar con el juguete.

Los niños tienden a buscar información nueva

La pregunta era si los niños descubrirían otras cosas que el juguete podía hacer. Los niños del primer grupo jugaron más y descubrieron más funciones “ocultas” que los del segundo. Es decir, la instrucción directa hizo que los niños fueran menos curiosos y que tuvieran menos probabilidades de descubrir información nueva.

La enseñanza directa hace que los niños sean menos creativos

O dicho de otro modo, la enseñanza directa también hace que los niños tengan menos posibilidades de llegar a conclusiones nuevas. Para responder a estas preguntas Daphna Buchsbaum, Tom Griffiths, Patrick Fuente y Quintin trabajaron también con niños de 4 años. Se mostró a los niños que un juguete producía música solamente con una secuencia de acciones determinada, mientras que otras no la producían.

La experimentadora, presentó varias secuencias con música, intercaladas entre otras que no la producían. Sin embargo, era posible producir música con sólo una secuencia de dos acciones clave, pero esto no se los enseñó. Les dejó el juguete y les dijo “haced que funcione”.

En un grupo, actuó como si no tuviera idea sobre el funcionamiento del juguete (“Uauh, mirad este juguete, como funcionará? Vamos a probar”). Con el otro grupo, actuó como un maestro (“Así es como funciona mi juguete”).

En el primer grupo, muchos de los niños descubrieron la manera de conseguir que el juguete produjera música de la manera más inteligente (sólo 2 acciones). En el segundo grupo, los niños imitaban exactamente lo que se les había mostrado, sin descubrir la solución alternativa.

Conclusiones, ¿Por qué los niños se comportan de esta manera?

Estos dos estudios llegaron a conclusiones similares, aportando apoyo científico a las intuiciones de los maestros: la instrucción directa puede limitar el aprendizaje de los niños pequeños.

Los adultos asumimos que la mayoría del aprendizaje es el resultado de la enseñanza, y el aprendizaje exploratorio, espontáneo es inusual, cuando en realidad resulta fundamental.

Cuando el maestro en el experimento del tubo de juguete no busca las características ocultas, el alumno inconscientemente piensa: “ella es la maestra, si hubiera algo interesante allí, me lo habría mostrado”. Estos supuestos llevan a los niños a reducir sus posibilidades de descubrir por si solos, quedándose sólo con la información específica que proporciona el maestro.

Sabiendo esto, es más importante que nunca, para dar a los niños capacidades notables, dejar emerger y desarrollarse al aprendizaje espontáneo. El mejor ambiente de aprendizaje será un mundo rico, estable y seguro, con afecto y apoyo de los adultos y un montón de oportunidades para la exploración y el juego.

¿No os suena a Internet? Es probable, así, que de lo que estemos hablando no sea de educación infantil sino, una vez más, de características del aprendizaje en la era web.

ResearchBlogging.org

Bonawitz E, Shafto P, Gweon H, Goodman ND, Spelke E, & Schulz L (2011). The double-edged sword of pedagogy: Instruction limits spontaneous exploration and discovery. Cognition PMID:21216395

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