sponsor

Cambiar tamaño del texto


Sports

Tamaño del texto: 10 12 14 16 18

Esperpéntica Intervención de TRINI en Veo, más que oir a una Ministra es verguenza la que sentimos

Rubalcaba y el Sáhara: rueda de prensa para olvidar

Antonio Casado -

El vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba -en rueda de prensa posterior al encuentro con su colega marroquí, Taib Cherkaui-, y la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez -en el Senado-, se acogieron a las generales de la ley: confianza mutua entre países vecinos y amigos. Los amigos se hablan con “sinceridad” y con “claridad”, según previa declaración de principios que no ayuda a moverse entre la niebla de un asunto tan sórdido.

A todos los efectos, el Gobierno de Marruecos se convierte en la primera y principal fuente de información del Gobierno de España para conocer lo ocurrido en el asalto policial al campamento de Gdeim Izik. Allí se instaló hace varias semanas como protesta social de los saharauis de El Aaiún por las malas condiciones de vida que llevan en su propia tierra, gobernada de hecho -sin ningún título de soberanía- por Marruecos.

Por lo tanto, y salvo que el ministro marroquí le haya contado a Rubalcaba algo distinto de lo que luego contó en vehemente y multitudinaria rueda de prensa, el Gobierno de España da por bueno que la intervención de las fuerzas marroquíes fue “pacífica”; que la muerte del ciudadano español Baby Hamday Buyema,se debió a un atropello accidental, y que los policías marroquíes fueron agredidos “brutalmente” al intentar rescatar a ciudadanos inocentes “secuestrados” por “milicias armadas” que se habían adueñado del asentamiento.

El Gobierno da por bueno que la intervención de las fuerzas marroquíes fue “pacífica”; que la muerte del ciudadano español Baby Hamday Buyema se debió a un atropello accidental, y que los policías marroquíes fueron agredidos “brutalmente”

¿Seguro que el Gobierno español da por buena esta versión? La pregunta, formulada de tres o cuatro maneras distintas (“¿Se lo cree el Gobierno?”, “¿Se lo cree usted?”, se le preguntó a Rubalcaba) no tuvo respuesta. Visiblemente incómodos en la doctrina oficial, tanto Trinidad Jiménez frente al senador Juan Van Halen (PP) como Pérez Rubalcaba frente a los periodistas se remitieron a la versión de Marruecos. Hasta el punto de hacer aún más insoportable la sensación de desfallecimiento en una cuestión de principios. Como si se hubiese renunciado al deber de conjugar intereses con valores, que es propio de un gobernante. La derrota de los valores es, en este caso, clamorosa.

Si la percepción de nuestra opinión pública sobre los sucesos de estos días no coincide con la versión expuesta ayer en Madrid por el ministro Cherkaui, no impugnada por Rubalcaba ni por Jiménez, se debe a que la prensa española los ha “tergiversado” con el propósito de “denigrar a Marruecos”. Ni disparos, ni genocidio, ni violación de derechos humanos, como han informado los periodistas españoles, sino una “intervención completamente pacífica en el marco del respeto a la ley y bajo la supervisión de los jueces”, del que solo se ha derivado la muerte de diez agentes marroquíes y la del ciudadano español atropellado por un coche policial.

Y si se hubiera cometido algún exceso por parte marroquí, o quedase algún cabo suelto de difícil explicación en el relato “detallado” y “minucioso”del ministro Cherkaoui, no tenemos más que pedir una investigación suplementaria y el Gobierno marroquí la hará encantado, según declaró ayer el ministro Rubalcaba en una rueda de prensa para olvidar. Nos dejó un amargo sabor de boca.

Fashion