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El de palas ha jugado para ser presidente y llevará en su nuevo gabinete a José Bono como Ministro del caballo autóctono y de los cuatreros.
Estampida de ministros en pleno debate sobre el tijeretazo. El ministro de Fomento se ha convertido en el protagonista, en el hombre del Ejecutivo a «batir» y ha ganado enteros como alternativa a Zapatero

José Blanco se crece y ya ejerce de vicepresidente
El ministro fuerte del Gobierno, hoy en el Pleno del Congreso / EFE

Hemiciclo vacío y sólo cuatro ministros en la bancada azul del Gobierno: los de Fomento, Educación, Defensa y el vicepresidente tercero, al que le han llovido otra vez las peticiones del PP para que deje su Ministerio y «mute» en un secretario de Estado.

Ni siquiera han estado hoy los responsables gubernamentales que se habían anunciado, con las ausencias notificadas del presidente del Gobierno, la vicepresidenta primera, la vicepresidenta segunda, el ministro de Asuntos Exteriores, la ministra de Igualdad, Interior y Sanidad. Pero... ¿dónde estaba la de Vivienda o el de Industria? Ni rastro.

Este hecho ha provocado que, a pesar de que todo apuntaba a que la cara del Ejecutivo a «batir» por las preguntas de la oposición sería Manuel Chaves, el ministro de Política Territorial cuya «cabeza» ha vuelto a pedir la bancada popular, realmente ha sido José Blanco, titular de Fomento, el que ha cogido los toros por los cuernos y ha capeado el temporal. Que si el uso del catalán y el Estatut, que si las infraestructuras que se verán afectadas por el recorte del gasto anunciado por el Gobierno, que prevé una reducción de 6.045 millones en inversión pública este año y el próximo, que si el «tijeretazo» tan impopular del Gobierno... Blanco ha tenido que responder la avalancha de preguntas de todos los frentes y lo ha hecho de la forma que acostumbra: con contundencia, vehemencia y no precisamente ortodoxia política. «Ustedes están haciendo un patriotismo de hojalata», ha espetado a los populares como Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz, que recriminaba al Gobierno por el plan de ajuste que afecta a los más débiles como los pensionistas.

Todo el hemiciclo veía a Blanco en su «salsa» y más de uno, incluso los espectadores foráneos del hemiciclo, han coincidido en que el ministro de Fomento se ha presentado hoy en el Congreso semivacío como el firme candidato a suceder a Zapatero en las listas del PSOE de las próximas elecciones.

El fax para comunicar las ausencias
El Ministerio de Presidencia envió un fax para comunicar esas ausencias el pasado 11 de mayo, a las 19.04. Unas horas después, el presidente Zapatero anunciaba en el Congreso el mayor recorte social de la democracia, y una semana después, aquí en el Congreso casi no queda ni el apuntador (con perdón para el ministro de Fomento, que sí estará dando la cara y responderá cinco preguntas de la oposición nada menos). En el fax no se explican los motivos de las ausencias, pero son éstos: la Cumbre UE-América Latina-Caribe tendrá ocupados a Zapatero, De la Vega y Moratinos. Salgado estará compareciendo en el Parlamento, pero el Europeo, no el español. Bibiana Aído (la ministra de "Igual-Da", como dicen algunos diputados), está de regreso de un viaje a Ruanda. En serio, no es broma. Así lo dice Presidencia al menos. Rubalcaba se encuentra en Estrasburgo y Jiménez en Zaragoza, con ministros europeos.
En el Pleno de esta mañana y tras el protagonismo adquirido por Blanco, Chaves ha tenido que responder a esto: "¿Son necesarias tres vicepresidentas en el actual Gobierno de España?". Eso pocas horas después de que el Pleno pidiera por cuarta vez al Ejecutivo una reducción de ministerios y vicepresidencias.
Soraya mantiene su pregunta a una De la Vega ausenteLo más sorprendente es que la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, ha mantenido su pregunta a De la Vega: "¿Considera la vicepresidenta primera que ya ha dado suficientes explicaciones a los españoles ante el mayor recorte social de la historia de la democracia?". El PP cree que De la Vega no tiene excusa. A ver: la cumbre es en Madrid. En coche oficial tarda 10 minutos en llegar al Congreso, la pregunta dura cinco minutos. En menos de media hora está de ida y vuelta. "El tiempo que tarda en tomarse un café", dicen. Así que la estarán esperando toda la mañana, desde la 9 en punto.
De momento, el Gobierno ha dejado la pregunta de Santamaría para el final. Será la última y la contestará, supuestamente, el ministro de Trabajo. Tampoco es una broma. De la Vega no quiere acudir al Congreso (a un paso de la Cumbre en su coche oficial con la Castellana cortada), pero el Gobierno tampoco quiere que responda Chaves, que es el único vicepresidente que se encontrará en el hemiciclo. Eso sí que es ninguneo, y no del PP precisamente.

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