El útil, el inútil y los más inútiles... los políticos
Es época de “llantos y lamentos”, de la culpa la tienen “el otro o los otros”; en definitiva del miedo a los “negros nubarrones” que se presentan para largos años, puesto que “esto no ha acabado; ni mucho menos, aún quedan tormentas y muchas”.
Los que vivimos los terribles años de la posguerra civil, que fuimos una inmensa mayoría de españoles, que sólo teníamos “los brazos y poco más”; nos asombra el derrumbamiento que algunos o muchos, sufren y que en muchos casos, son culpa de ellos mismos, puesto que vivieron épocas de vacas gordas (muy gordas) y no sólo no ahorraron, sino que se endeudaron de forma temeraria y el resultado, era la quiebra, la ruina, o la miseria.
Recuerdo aquellas épocas duras y que duraron desde 1939 a 1955 (aproximadamente) y donde la inventiva española, fue capaz de hacer maravillas y partiendo de la nada o casi nada. Así miles y miles, decenas o centenas de miles de españoles, supieron emprender infinidad de minúsculos negocios, muchos de ellos ambulantes y se tuvieron que buscar la vida (decentemente) como bien pudieron. Los enchufes políticos, eran como ahora, sólo para “los de la cuerda”.
Enumerar aquellos modestos o pobres caminos... mejor busquen a personas de más de setenta años y háganle que les cuenten sus recuerdos, pues no sólo fue, el celebre caramelo con palito, o la fregona y algunas otras cosas famosas, entre la que destacó, los inventos de “Barreiros”; aquel famoso gallego, que llegó a fabricar y exportar camiones, teniendo en contra hasta los gobiernos de Franco, que al final no impidieron que aquella poderosa industria, que partió de vehículos, más en estado de chatarra que otra cosa... cayera en manos de una multinacional norteamericana, que supo infiltrarse en ella, precisamente para destruirla, puesto que vieron en Barreiros, algo así como el “Ford español”. Sí, el milagro de Franco no fue exclusivo de él, aunque administrara bien los recursos de que dispuso y en general... el milagro fue de aquellos españoles (de ambos sexos) que supieron sacar negocios e industrias, “de la nada” y que sin ayuda política, crearon una enorme riqueza nacional.
Respondía a un interlocutor y en relación a mis recientes artículos, sobre el despido libre y la igualmente contratación libre e individual; y ya harto de que no vean nada más que obstáculos... diciéndole lo siguiente.
“El que tiene un poco de inteligencia y está dispuesto a trabajar... “se pasa por los bemoles”, todas las legislaciones y encorsetamientos empresariales o sindicales (salvo en el sistema comunista y ahí está Cuba tras más de medio siglo de “la victoria del proletariado” y sigue siendo la miseria y la carestía lo que allí impera). En gobiernos encorsetados pero con un mínimo de libertad, el que tiene esos dos elementos en su ser (inteligencia y disposición a trabajar en lo que sea y donde sea); progresa lo indecible; y se lo dice uno que lo ha practicado en “la dura dictadura de Franco y con todos los condicionantes en contra... puesto que era hijo de comunista destacado y para éstos y sus descendientes, no había... ni agua”.
Así pues, todo el que no progresa es sencillamente por que no está capacitado para ello y ha de atenerse al mercado del trabajo o recurrir a buscar “al padrino” que le facilite la sopa boba de las muchas dádivas que hoy existen y que los políticos saben emplear en beneficio propio para asegurarse el necesario voto para seguir mandando.
Es claro que así se vive sin las preocupaciones del emprendedor y además le queda el recurso del pataleo y de echarle la culpa al empresario, al gobierno, a la mala suerte... pero nunca a la propia inutilidad que en mayoría de casos es la verdadera culpable de ciertas situaciones. Lo dicho vale para... “lo material o lo inmaterial”.
El axioma filosófico que asevera... “Ayúdate... que Dios te ayudará”, es tan cierto como que cada día sale el Sol... “y el Sol sale para todos”... lo que no se puede pretender es tomarlo en la cama y bien tapadito para que no venga el frío.
Es cierto que las cosas podrían ser mucho más fáciles o llevaderas y la explicación está bien clara, al menos para mí, puesto que...
Si los gobiernos se preocuparan como principal misión, la de cultivar los cerebros de sus gobernados (sin partidismo alguno) y que éstos rindieran al máximo y con libertad suficiente para que cada cual lo haga en el campo al que se siente atraído... todo funcionaría infinitamente mejor que lo hace hoy. Pero entonces, seguro que los inútiles que nos manejan (que no saben gobernar pues ello es algo mucho más inteligente o sublime) no podrían estar en los altos cargos que por conquista demagógica consiguen. Y ese es el principal problema y el que nos ha llevado a donde hoy nos encontramos; y que va a entorpecer el verdadero progreso, por todo el tiempo que ni imaginamos.
Y como lo que el inútil envidia más que nada en este mundo es la inteligencia y capacidad que él no tiene... todo lo demás, es lo que estamos viendo y padeciendo; puesto que el inútil, ni hace ni deja.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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