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Agustín Rodríguez, representante de Unión de Oficiales de la Guardia Civil

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“El Gobierno quiere ocultar a la opinión pública la nueva participación española en Irak”

Un representante de la Unión de Oficiales ha denunciado a EL IMPARCIAL que el Gobierno quiere ocultar a la opinión pública el envío de guardias civiles a Irak.

Agustín Rodríguez asegura que la operación se ha llevado a cabo con tal secretismo que no conocemos ni el alcance ni los requisitos para el desempeño de la citada misión. Asimismo, el guardia civil ha lamentado la situación de muchos de los acuartelamientos del país y ha recordado que "los funerales de Estado, las condolencias y las medallas póstumas que tanto gustan a nuestros políticos no contribuyen a mejorar nuestra situación".



Álvaro Ballesteros

30-04-2010

Agustín Rodríguez es un oficial que lleva en la Benemérita cerca de dos décadas, que ha recorrido el cuerpo de abajo a arriba, y que conoce por experiencia propia cuáles son los desafíos que afronta esta institución, esencial en la historia de España desde mediados del siglo XIX. Formador de guardias civiles en campos tan diversos como tiro o Derechos Humanos, Agustín Rodríguez ha dejado el pabellón bien alto en las misiones de la ONU en Bosnia y Timor Oriental, recibiendo el reconocimiento de la propia ONU, de la cúpula de las misiones de Naciones Unidas, de la embajada española en Yakarta, y del propio gobierno timorés, entre otros. Habla varios idiomas y es conocido en las misiones internacionales por su ejemplar profesionalidad, por la meticulosidad de su trabajo y por el espíritu de equipo con que afronta los retos que el propio sistema multinacional implica. Todo un ejemplo de la transformación y el camino recorrido por la Guardia Civil desde su fundación hasta hoy, sirviendo a la ciudadanía española y representando a España en el exterior al más alto nivel.

Tras casi dos décadas de servicio en la Benemérita, tanto dentro como fuera de España, ¿qué es lo que destacaría como lo peor y lo mejor de semejante recorrido vital?

Lo peor es la situación de conflicto interno en la Guardia Civil y que escapa a la opinión pública. El enfrentamiento entre los oficiales que proceden de la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza y el resto, los de promoción interna. Hasta 1998, la Guardia Civil tenía una escala única, pero ese año el Gobierno de Aznar, en cumplimiento de la Ley que aprobó el anterior gobierno socialista en 1994, efectuó la separación entre oficiales en dos escalas: los procedentes de la AGM de Zaragoza, que pasan a integrar la denominada Escala Superior de Oficiales y que se forman junto con oficiales del Ejército de Tierra; y los procedentes de Promoción Interna, es decir, formados íntegramente en Centros de la Guardia Civil, y que han sido guardias, cabos y sargentos, que pasan a integrar la denominada Escala de Oficiales.

Antes de la separación materializada en 1998, la Ley otorgaba las mismas posibilidades y expectativas a todos, sólo limitadas por la edad. Sin embargo, la separación de las Escalas sólo tuvo en cuenta el origen, promoción interna o acceso desde la AGM del Ejército de Tierra. Esto supone decirle al hijo de un agricultor, taxista o albañil (que no pudo con 19/20 años ser oficial por acceso directo, y que ingresó como guardia civil, tras formarse, superarse y alcanzar el empleo de oficial), que quedará relegado de por vida frente a los oficiales de la AGM. Necesitamos menos demagogia y más igualdad dentro de la Guardia Civil: unos y otros tenemos y ejercemos las mismas funciones, somos iguales para trabajar pero por el contrario no somos iguales en derechos. No se entiende que el gobierno actual, con tanto discurso de Igualdad, no revoque semejante discriminación; al contrario, la está potenciando.

Sin duda, lo mejor de estas casi dos décadas de trabajo en la Benemérita ha sido descubrir la clara vocación de servicio al ciudadano que los guardias civiles profesan dentro y fuera de nuestro país.

Su trabajo en las misiones de la ONU, siendo incluso jefe del contingente español en Timor, ha supuesto mostrar al mundo lo mejor de España en cuanto a trabajo policial. Ahora, como representante de la Asociación Unión de Oficiales de la Guardia Civil, ¿siente que se contradice al airear los trapos sucios de la institución?

Desde la Unión de Oficiales no aireamos trapos sucios, hacemos una necesaria crítica de las injusticias en la institución, como el sistema de castas instaurado en la Guardia Civil. Cuando existe un problema, en este caso una discriminación, lo primero que debe hacerse es identificarlo para posteriormente poder actuar sobre él. Eso es lo que hace la Unión de Oficiales. Ha identificado un problema y lo ha puesto sobre la mesa para que se solucione. No vamos a permitir que nadie lo vuelva a meter bajo la alfombra. Sería como decir que cuando Nelson Mandela denunciaba el apartheid, se aireaban los trapos sucios.

Claro que la Unión de Oficiales critica el sistema, lo que es totalmente distinto a buscar enfrentamientos, pues no es comprensible que unos tengan que comprarse el material de su bolsillo y otros no; como también reacciona la Unión de Oficiales contra la inseguridad jurídica en la asignación de destinos, o que se convoquen cursos exclusivamente para oficiales procedentes de la AGM de Zaragoza cuando el trabajo se exige por igual a los de todas las escalas, o que un oficial de promoción interna tarde 17 años en llegar al empleo de comandante y otro procedente de la AGM tarde 8, o que se aprueben Reales Decretos hechos a medida que permitan solicitar vacantes únicamente a miembros de la llamada Escala Superior, como las Consejerías de Interior (agravio que por cierto reconoció el propio Consejo de Ministros)… podríamos seguir y seguir.

Desde la Unión de Oficiales denunciamos la discriminación de la Guardia Civil con respecto a los avances experimentados en los demás cuerpos policiales en España (a nivel nacional y autonómico). No entendemos que se sigan poniendo trabas para la modernización de la Benemérita. Mientras no haya una Ley de Personal moderna, seguiremos siendo la cenicienta policial de este país, eso sí... una cenicienta muy querida por la ciudadanía. Es el único consuelo que nos queda.

El gobierno Zapatero ha hecho mucho discurso fácil y muchas promesas a la Benemérita que no se han cumplido. ¿Piensa que es por falta de voluntad gubernamental o porque reformar un cuerpo como el suyo es muy difícil?

De dificultad, nada. Al contrario, creemos que piensan que somos un “chollo” del que se han dado cuenta cuando comenzaron a gobernar y cuesta mucho perder los “chollos”. Eso sí, estoy convencido de que la Guardia Civil no tiene por qué mermar en su buen hacer ni en su eficacia: lo que pedimos es de justicia y pedimos lo mismo que ya se ha concedido a los demás cuerpos policiales en este país y en la mayoría de los países de la UE. No queremos ser “la oveja negra” de la estructura policial de Europa.

A escala interna y a la hora de trabajar en las operaciones internacionales, ¿cuáles son las principales carencias con las que se encuentra la Guardia Civil?

En la actualidad, miembros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y de la Guardia Civil (GC) participan conjuntamente en los contingentes españoles en misiones internacionales. La Guardia Civil cuenta con mayor experiencia y especialización en este campo y prueba de ello es el reconocimiento tanto dentro como fuera de nuestro país. El propio Obama solicitó a nuestro gobierno el envío de Guardias Civiles para formar a las fuerzas de seguridad afganas. Por tanto la eficacia y profesionalización en el extranjero está fuera de dudas.

Las carencias con las que los guardias civiles nos enfrentamos en misiones internacionales son las mismas que tenemos dentro de nuestro país, y siempre pasan por la necesidad de dotar al personal con medios más seguros y acordes con el lugar en el que se realiza la misión y que quedan reflejados en los informes que los jefes de contingente envían periódicamente al Ministerio del Interior. Da envidia ver como integrantes de otros contingentes de la UE como Alemania, Francia, Italia, Holanda o Reino Unido entre otros, disponen de mejor material o viajan de forma más adecuada y segura al lugar de misión. Para ellos, realizar su trabajo representando a su país y sirviendo a la ONU, a la OTAN o a la UE, es más fácil, ya que cuentan con más y mejores medios que nosotros.

Zapatero sacó a las tropas españolas de Irak en 2004, luego llamó a los demás miembros de la comunidad internacional a retirarse del país, y ahora en 2010 manda en silencio guardias civiles a Irak. ¿Qué lectura se hace en la Unión de Oficiales de esto?

El procedimiento normal cuando se va a participar en una misión internacional es realizar una convocatoria pública para que todos aquellos interesados que cumplan los requisitos exigidos puedan concursar. De este modo, se da la oportunidad a todos los miembros del cuerpo, además de propiciar que puedan ser seleccionados los que cuentan con más y mejores méritos. Sin embargo, en esta ocasión no se ha seguido el procedimiento habitual, llevándose con tal secretismo que no conocemos ni el alcance ni los requisitos para el desempeño de la citada misión.

Para la Unión de Oficiales, el extremado sigilo y discreción con el que se ha procedido en este caso solo tiene explicación en el interés del Gobierno por mantener oculta a la opinión pública esta nueva participación española en la misión internacional en Irak, a pesar de que se cuenta con el aval de Naciones Unidas. Esto hace que el secretismo del Gobierno Zapatero en este caso sea todavía más difícil de entender.

No podemos olvidar que la retirada de las tropas de Irak, como ya dijo la Unión de Oficiales, fue una de las propuestas más llamativas del programa electoral que llevó a Zapatero a la Presidencia del Gobierno en 2004 y supone una evidente paradoja enviar ahora, en las actuales circunstancias, a guardias civiles a Irak. Una vez más, como ya sucediese con el envío de guardias civiles a Afganistán, lamentamos que nuestro Gobierno vuelva a hipotecar nuestra seguridad y que se nos utilice como moneda de cambio con la que restablecer relaciones internacionales dañadas por las políticas concretas de cada gobierno.

Desde 2004, el gobierno Zapatero ha aumentado en un 117% el número de generales dentro de la Guardia Civil (pasando de 17 a 37) y nombrando además cinco tenientes generales, un rango que nunca antes había existido hasta 2007. ¿Qué lectura hace la Unión de Oficiales de estos hechos?

La Unión de Oficiales no se opone al incremento de la plantilla de la Guardia Civil y en concreto de mandos, pero no es comprensible que ese
incremento consista únicamente en nombrar más y más Generales. No entendemos por qué sólo crece la cúpula, pues a este paso habrá más Generales que Guardias Civiles. Los datos nos permiten afirmar que el Gobierno mima a la cúpula de la Benemérita, ellos sabrán por qué.

Un claro ejemplo es la oferta de empleo público de este año para ingreso en la AGM de Zaragoza, de donde proceden estos Generales a quienes el ministro Rubalcaba no deja de mimar, ha sido la única que incumple el Plan de Austeridad del Gobierno: pasando incluso a aumentar significativamente el número de plazas convocadas, de 45 plazas (2009) a 80 en 2010, y ello en contradicción con la tan anunciada apuesta por la promoción interna en el ámbito de la Administración General del Estado, donde se ha reducido el sistema de promoción interna, de 120 plazas convocadas el año anterior a las 80 actuales; todo un ejemplo más de discriminación.

Resulta difícil entender porqué unas escalas crecen tanto y otras tan poco, por qué no hay un incremento proporcional de todas las escalas y la única que crece y se mima es la que está compuesta por oficiales que se han formado en la Academia del Ejército de Tierra. Sin duda, el incremento de esa escala, incluso sacrificando el Plan de Austeridad debe obedecer a algún interés político que no alcanzamos a comprender y que se aleja de la voluntad de un mejor servicio al ciudadano.

¿No es en cierto modo interesante constatar que el gobierno que ha admitido públicamente haberse embarcado en negociaciones con Eta sin que la banda terrorista entregase las armas previamente, fuese el que más generales de la Guardia Civil ha nombrado en la historia del cuerpo?

Esta es una pregunta muy difícil de responder. Hay quienes piensan que ciertos nombramientos buscan contentar a ciertos cargos para que no se digan ciertas cosas, pero desde la Unión de Oficiales no podemos afirmar cuestiones que no podemos demostrar; aunque la correlación está ahí, como usted bien ha destacado.

El Gobierno y el Ministerio del Interior deben saber que la Unión de Oficiales está comprometida con la seguridad. El objetivo a conseguir es una Guardia Civil más eficaz que preste el mejor servicio a los ciudadanos. No debe olvidarse que los Guardias Civiles también somos ciudadanos y por tanto, beneficiarios junto a nuestras familias, de esa misma seguridad.

La sociedad española ha de saber que, entre otras muchas discriminaciones contra este Cuerpo, no se está haciendo todo lo necesario para dotar a los acuartelamientos de la Benemérita de los sistemas de seguridad imprescindibles, con los que sí cuentan otros cuerpos policiales, y que permitirían a los guardias civiles trabajar en condiciones seguras y que sus familias no viviesen angustiadas como hasta ahora.

Los funerales de Estado, las condolencias y las medallas póstumas que tanto gustan a nuestros políticos no contribuyen a mejorar nuestra situación. Queremos reformas legales y políticas, que nos permitan servir mejor al país y a sus ciudadanos. Ni nada más ni nada menos.

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