El informe más extenso (28 páginas) y revelador es el del 10 de noviembre. Y el testimonio que más implica al Gobierno de Chávez es el de 'Patxo', a quien la Audiencia Nacional ya ha concedido el estatus de 'testigo protegido'. 'Patxo', en verano de 2007, era una suerte de 'chófer' de las FARC y, aunque en puridad no era miembro de la guerrilla, se movía con libertad por Venezuela haciendo encargos para ésta. Según su testimonio, él mismo recogió en el aeropuerto venezolano de Santo Domingo, «próximo a la localidad de San Cristóbal», a dos de los etarras que fueron instructores en la selva, 'Martín Capa' y otro al que reconoció ante los agentes españoles como Iñaki Domínguez Atxalandabaso, uno de los reclamados por la Audiencia Nacional.
Los dos, afirma el conductor, llegaron a territorio venezolano sin problema alguno. En su declaración aseguró que durante horas condujo a los terroristas, a los que describe con todo detalle, hasta la finca 'La Veremos', «donde se encuentra un campamento de las FARC».
Seis días más tarde, siempre por encargo de la organización colombiana, fue a recoger a ambos para llevarles a otra localidad venezolana, Santa Ana del Coro, en el estado de Falcón, desde donde debían partir para dar otro cursillo al 'frente Caribe' de las FARC. Y fue allí donde se relata el capítulo de los pasaportes. En una gasolinera a la entrada de este pueblo, «los dos miembros de ETA se bajaron del vehículo y saludaron efusivamente a Arturo Cubillas Fontán» (el etarra, también reclamado por la Audiencia Nacional, residente hace 21 años en Venezuela y que ha ocupado cargos de nivel intermedio en el Gobierno de Chávez) y otra persona que identificó como 'Gualdrón'. «Acto seguido -relata el dossier policial- Patxo vio cómo 'Gualdrón' facilitaba unos pasaportes venezolanos a los visitantes, devolviéndoles éstos los pasaportes que portaban en aquel momento».
Todo este episodio, según relató el chófer de las FARC, tuvo lugar en presencia de militares y miembros de los servicios secretos de Chávez, como recogía en su auto el juez Velasco. Los informes de la Policía afirman que «el grupo que les recibió (a los etarras y a Patxo) disponía de dos vehículos todo terreno con cristales oscuros (...) en un vehículo se introdujo Arturo Cubillas y el varón que llevaba el chaleco de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela, mientras que en el otro vehículo, a modo de escolta, iban el grupo de hombres armados», al que el 'desmovilizado' y la Policía identifican como soldados de ese país latinoamericano.
Viajes a España
No era la primera vez que el Gobierno de Caracas ayudaba a las FARC con pasaportes verdaderos. 'Camilo', otro de los ex guerrilleros que coopera con la Policía en esta investigación y que asistió a ese curso, en el verano de 2007, impartido por 'Martín Capa' y Domínguez, explicó a los agentes que «estando en esa finca conoció a personas que viajaban a España para establecer contactos a nivel político y que para ello utilizaban documentación venezolana original con nombres falsos». A los terroristas colombianos «se les hacía aprender las costumbres propias del país (Venezuela) por si eran sometidos a preguntas y así no llamar la atención por el desconocimiento de la cultura de Venezuela», según se recoge en los atestados.
'Camilo' incluso detalló que uno de esos guerrilleros de las FARC, Edwin Uribe, 'Indio', «le contó que había viajado por España y había realizado un curso de instrucción militar, incluyendo el manejo de explosivos, de manos de la banda terrorista ETA».
'Camilo', al que Interior considera «fiable» porque su confesión permitió desarticular varios comandos de las FARC y evitar atentados, relató a los dos agentes españoles otro capítulo que, según los investigadores, afianza la supuesta connivencia de Caracas con aquellos etarras. 'Martín Capa', muy locuaz, se jactaba en público de sus contactos en el Gobierno venezolano. «Habitualmente los dos instructores de ETA vivían en la casa de la finca y estaban bastante protegidos por el 'comandante Pizarro', que no les solía dejar solos para que la gente no escuchase historias de forasteros. No obstante, pude hablar con ellos en los tiempos libres. A ello ayudó que 'Martín Capa' era bastante abierto, más que el joven (Domínguez), que era más reservado. 'Martín Capa' conocía perfectamente Venezuela, su geografía y la política interna, incluyendo a personas del Gobierno del presidente Chávez, de quien se mostraba ferviente partidario».
Conclusiones
El informe principal de la Comisaría General de Información de la investigación que instruye el juez Velasco en su apartado de conclusiones insiste en lo «llamativo» de las declaraciones que implican a agentes de la inteligencia del Gobierno de Hugo Chávez en esos encuentros con miembros de ETA y en el hecho de que Cubillas Fontán, a pesar de las dos reclamaciones judiciales que tienen en España, es en la actualidad director de servicios en el Ministerio de Agricultura de Venezuela. Pero para más allá del supuesto apoyo de Caracas a esos cursillos en suelo venezolano, para los servicios antiterroristas españoles hay un hecho fuera de toda discusión: ETA y las FARC llevan años colaborando en el plano operativo y lo han hecho recientemente.
«Existen relaciones que van mucho más allá de lo ideológico entre ETA y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (...) En este sentido, resultan muy abundantes los detalles que aportan los testimonios, en muchos casos coincidentes, y que parecen demostrar que ambas organizaciones terroristas mantienen regulares intercambios a nivel formativo, con vistas a mejorar y perfeccionar su acción criminal», afirman los documentos policiales con la información recogida por los agentes sobre el terreno.