Lo que se discute a veces es si es
real o si cuando ayudamos a alguien`no lo hacemos de forma altruista sino
que estamos esperando reciprocidad, directa en la propia persona que algún día
podrá devolvernos el favor o secundaria, de modo que alguien de la misma
comunidad nos ayude también en un futuro. El reconocimiento social, veíamos
también al hablar de donaciones e insignias en Facebook, podría ser una forma
de este segundo tipo de cooperación no altruista, interesada.
La investigación que quiero
presentaros hoy se une a las muchas que hemos dejado antes aquí, sobre neuronas espejo, oxitocina, cooperación a edades
tempranas, etc. y hubiese figurado sin duda entre las que se detallan en
Socionomía. Firmada por Beckes et al.,
2013, Se trata de la monitorización de los cerebros de los
participantes ante el visionado de una serie de ‘X’s y ‘O’s en una pantalla.
Cuando aparecía una X había un 17% de probabilidades de recibir una descarga
eléctrica suave, mientras que cuando aparecía una O se estaba a salvo.
Lógicamente los escáneres mostraban
que cuando existía una oportunidad de recibir un shock se activaban en mayor
medida las partes del cerebro relacionadas con las amenazas. Hasta aquí todo
normal…
El hallazgo surge cuando observamos
la actividad por parejas: cuando los participantes agarran la mano de un amigo
cercano y es este el que va a recibir la descarga, se produce una actividad
cerebral prácticamente idéntica.
El tema resulta más interesante aún
si profundizamos un poco… cuanto más cercana es la persona, cuanto mayor es el
vínculo emocional entre los miembros de la díada, más similar es la respuesta
en ambos cerebros.
Se había comprobado en parejas (Coan et al.,
2006) pero se ha observado también con gente con la que no se
tiene un vínculo tan intenso. El escaner parece poder medir la intensidad del
vínculo: cuando la mano que se coge es la de una persona cercana el área del
cerebro relacionada con la amenaza se activa en mayor medida, con más
intensidad. Podriamos llegar a medir incluso la salud de la relación: cuanto
más unidos están los miembros de la pareja, mayor es el efecto positivo de
cogerse las manos.
De alguna forma, comentan los
autores de los estudios, la gente cercana forma parte de nosotros mismos, nos
sentimos amenazados cuando alguien cercano lo está pero no cuando es un extraño
quien está en la misma situación.
En fin… volviendo un poco a nuestros temas de siempre, si en Internet
ampliamos el número de personas a las que nos une un vínculo, por débil que
este sea, si como hemos dicho en alguna que otra metáfora “vivimos en un
nosotros cada vez más grande”, creo que resulta inevitable llegar a la
conclusión de que estamos construyendo una sociedad más empática, un mundo, en
definitiva, mejor.