EL SUMARIO DEL 'CASO FAISÁN'
La Guardia Civil centró en el Ministerio del Interior sus sospechas sobre el 'chivatazo’ a ETA
Un agente custodia la entrada al bar Faisán.
El Servicio de Información de la Guardia Civil investigó durante cuatro meses el ‘chivatazo’ a ETA y centró sus sospechas en el Ministerio del Interior y la Dirección General de la Policía, aunque no llegó a ninguna conclusión, entre otras razones porque los datos que le facilitaron eran erróneos. Sus pesquisas aparecen recogidas en el informe 28/2006incorporado al sumario abierto para investigar la filtración que el 4 de mayo de 2006 frustró una operación contra la red de extorsión de la banda que operaba a través del bar Faisán de Irún.
El juez Fernando Grande-Marlaska, que inició la instrucción de la causa, ordenó dos investigaciones paralelas sobre lo ocurrido a la Policía y la Guardia Civil, aunque este cuerpo sería posteriormente retirado cuando el magistrado Baltasar Garzón se hizo cargo del sumario. Hasta ese momento, entre el 9 de mayo y el 10 de julio de 2006, tres agentes del Servicio de Información de la Benemérita centraron sus indagaciones en el tráfico de llamadas registradas en el momento y en el lugar en el que se produjeron los hechos, que le fueron proporcionadas por Grande-Marlaska tras su remisión por las distintas compañías telefónicas que operaban en la zona. “Dada la naturaleza del delito investigado, se prestaron especial atención a aquellas llamadas que hubieran tenido origen o destino en teléfonos vinculado a organismos oficiales, especialmente vinculados con el Ministerio del Interior o bien a la Dirección General de la Policía”, dice el informe de los agentes.
La investigación estaba condenada al fracaso de antemano porque los datos con que trabajaron los guardias civiles eran erróneos. Así, el informe remitido al juez asegura queJoseba Elosua, propietario del Faisán y la persona a quien un desconocido pasó un móvil para que otra le alertaron de la operación policía en marcha, “fue abordado en las inmediaciones de su domicilio”, cuando en realidad lo fue en el interior de su bar. Sigue el informe afirmando que Elosua llegó al Faisán hacia las 11,10 horas y, en consecuencia, la horquilla horaria en la que se produjo el ‘chivatazo’ iba desde las 10 (cuando salió de su casa) hasta la citada hora. Una franja que posteriormente se acotó de 10,30 a 10,45 horas, “dado que entre 15 y 30 minutos es lo que se tarda en realizar el trayecto entre su domicilio y el negocio citado”. Otros dos errores de bulto: Elosua salió de su domicilio entre las 11,04 y las 11,06, luego el tráfico de llamadas investigado es anterior a la llegada de Elosua al Faisán, y el trayecto aludido se cubre en cuatro minutos y no media hora (llegó a las 11,08).
Sospechas sobre la Fundación Idissa
No acaban aquí los despropósitos. Con el error de base antes citado, las sospechas recayeron en un teléfono correspondiente a la Fundación Idissa, domiciliada en La Coruña. “La hipótesis que se planteó (…) fue la posible utilización de teléfonos móviles de una fundación, aparentemente desvinculada de los posibles autores del delito y con dificultades para la averiguación de su usuario habitual, la cual se habría puesto en contacto con un teléfono vinculado al Ministerio del Interior en Madrid, por lo que se inició una investigación sobre la citada Fundación y las personas a ella vinculadas, así como la identificación del usuario del teléfono vinculado al Ministerio del Interior”, señalan los autores del informe.
La conclusión final fue que la citada fundación, que se dedica a la investigación, desarrollo e innovación en salvamento, socorrismo y actividades acuáticas, había comunicado con el Área de Formación de la Dirección General de Protección Civil, cuyas funciones están estrechamente vinculadas con las actividades de la fundación. Fiasco total.
Otra línea de la investigación fueron las llamadas emitidas hacia teléfonos de la red fija que tuvieran como destino Madrid en el horario en que se produjo el delito, que ya se ha dicho era erróneo. Pues bien, se identificaron tres. Dos de ellos pertenecían a dependencias policiales de Bilbao y San Sebastián, y el tercero era el número de un teléfono corporativo de la Policía. Los investigadores consideraron “de interés” estas llamadas, pero “al carecer de la identificación y función concreta que desarrolle el usuario de dicho teléfonono no se han podido extraer conclusiones sobre la naturaleza de las llamadas realizadas”.
Tras la pista de seis móviles.
La Benemérita siguió también la pista al tráfico de llamadas de seis teléfonos móviles de policías relacionados con la investigación al Faisán que les fueron proporcionados (no se explica ni por quién ni por qué estos seis y no otros), hasta determinar que dos de ellos eran los sospechosos porque habían realizado llamadas en la errónea franja horaria con que se trabajaba. Se trataba de Santiago R.Z. y Fernando Javier M.M.
Del seguimiento de sus llamadas se señaló también a Ángeles G.P., sin aparente vinculación con los hechos investigados, aunque era cotitular de un vehículo junto con Enrique G.M., también funcionario de policía como los dos primeros.
Al final, otra decepción. “Tras profundizar en la función que podrían haber desempeñado los miembros del CNP que fueron detectados en la zona, se pudo constatar que los mismos se encontraban vinculados con el operativo que se iba a desarrollar esa mañana en la zona de actuación, y que las llamadas realizadas durante los días en que se estudiaron respondían a las necesidades que el desarrollo del mismo exigía, por lo que la presente vía de investigación fue desestimada”, concluyen los investigadores en su informe.
El teléfono del PSOE.
Otra de las vías de investigación de la Benemérita fue el teléfono del jefe de Información de San Sebastián, Manuel R., que se ausentó durante una hora de una reunión de coordinación entre las unidades que iban a desarrollar la operación. En ese periodo telefoneó a un móvil titularizado a nombre del PSOE a las10:01:32 horas del 4 de mayo. “Vía de investigación que no se encuentra todavía explotada, y de la que se han solicitado tráfico de llamadas emitidas y recibidas entre el 3 y el 4 de mayo…”.
La misteriosa llamada quedó aclarada y tuvo como interlocutor al entonces jefe de Seguridad de los socialistas, compañero y amigo de Manuel R., para una cuestión personal. Los guardias civiles rastrearon el móvil del PSOE y reseñaron “una llamada realizada el 4 de mayo a las 18:21:36 a un teléfono móvil cuyo titular es Presidencia del Gobierno”. “Dada lo poco desarrollada que se encuentra esta vía de investigación, de la misma no se han podido extraer aún conclusiones”.
Los investigadores resumían en nueve líneas las conclusiones de su trabajo: “Se han establecido un total de cuatro líneas de investigación, de las cuales sólo dos permanecen abiertas en este momento. En ambos casos se está pendiente de la recepción de información complementaria que permita aclarar las circunstancias en torno al tráfico de llamadas detectado. En el estado actual de la investigación no ha sido posible la identificación del autor o autores del hecho delictivo investigado”.
La Guardia Civil no tendría ocasión de continuar sus indagaciones porque sería relevada del caso, aunque a la vista de los errores en la información que manejaba no habría llegado demasiado lejos.