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Dinero... el maldito dinero


Se le atribuye a nuestro Premio Nóbel de Literatura; Don Jacinto Benavente, las siguientes frases: “El dinero no da la felicidad pero... contribuye bastante a elloEl dinero no puede hacer que seamos felices, pero es lo único que nos compensa de no serlo – Eso de que el dinero no da la felicidad son voces que hacen correr los ricos para que no les envidien demasiado los pobres”.

La verdad es que mucho antes de que empieces a pensar o sepas leer y escribir; ya has aprendido que para obtener algo en este mundo, casi siempre necesitas dinero; por lo que ello te va a marcar de por vida. Y es verdad, puesto que el dinero es imprescindible para vivir; lo que hay que saber es manejar al dinero y que no sea el dinero el que te maneja a ti; que es lo que le ocurre al avaro o insaciable de dinero.

Y esa es la gravísima enfermedad que padecieron nuestros antepasados y desde que el dinero existe; y la que padecemos nosotros en la actualidad, con la enorme depresión que nos han creado, esos avaros sedientos de dinero en cantidades inimaginables; y a los que debiera dárseles como castigo, el que los dioses de la mitología griega otorgaron, a aquel ambicioso rey que todo lo que tocaba se convertía en oro; y el que es conocido en la historia (puesto que existió y gobernó un estado muy rico y próspero) y en la mitología, por lo que cito.

Por cuanto y a mi entender, “el dinero es la más peligrosa de todas las mercancías que ha fabricado el hombre”; éste debiera ser controlado siempre, por el Estado; no delegando a nadie fuera del mismo, su fabricación y administración; precisamente por cuanto se deriva del mismo en manos sin escrúpulos y poseedoras de “panza y bolsillo”, cosa que el Estado no necesita, puesto que no necesita “nutrientes materiales”, salvo como elementos de control para la buena marcha del mismo.

He referido y copiado en diferentes ocasiones, las siguientes reflexiones de uno de los gobernantes más destacados, en las modernas repúblicas del mundo; y hoy lo vuelvo a recordar, puesto que habrá que seguirlo haciendo por tiempo aún muy largo; puesto que el hombre si tiene (o se cree con) poderes extralimitados, vuelve a ser el “aprendiz de brujo”, el que fuera relatado magistralmente en esa gran película de dibujos animados, titulada; “Fantasía”; y que salió de los estudios de Walt Disney; que sí que fue un verdadero mago de los dibujos y la fantasía; y al que recordaremos, mientras se escriba la historia del cine; puesto que nadie lo ha igualado aún.

También fue un gobernante (presidente) norteamericano el que dijo y escribió lo que sigue y de ello hace ya más de doscientos años:

"Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron". "Deseo que fuera posible obtener una sola enmienda a nuestra Constitución. Estaría dispuesto a depender de ello para la reducción de la administración de nuestro gobierno; me refiero a un artículo adicional quitándole al gobierno federal el poder de tomar prestado" THOMAS JEFFERSON.

Por tanto yo no digo nada nuevo y que otros no dijeran ya hace muchísimo tiempo; si bien lo digo de otra forma; reconociendo que aquel gobernante aún llegaba mucho más lejos; o sea; llegaba a prohibir el endeudamiento público del Estado y en cualquiera de sus estamentos (por tanto incluye hasta el más modesto de los ayuntamientos) ya que como buen y honrado administrador de los bienes públicos, ha de invertir no más de lo que recaude por los impuestos que aprobados por mayoría, se impongan en cada uno de los departamentos estatales; impuestos que bien invertidos deben ser más que suficientes para un progreso escalonado y a tenor con las posibilidades reales de que se dispone.

O sea, lo mismo que usted o yo (si es que somos sensatos) hacemos con nuestra hacienda privada; “paso lento pero seguro”; y ello nos permitirá siempre vivir con la comodidad de que seamos capaces de lograr, con nuestro trabajo y ahorro.

No hay más... un Estado, un ayuntamiento o cualquier corporación, no son otra cosa que “agrupaciones de intereses humanos y regidas por seres humanos”, a los que hay que controlar y atar muy bien, para que no se desmadren y de paso nos arruinen a inmensas muchedumbres de inocentes, que como ahora nos han arruinado.

¿Servirá para algo estos recordatorios? A la vista de lo que sirvieron las advertencias de aquel gran presidente norteamericano, lo dudo... “pero por si acaso”...?

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen.ciudad.org (allí más)

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