No se sabe si España ganará con el cambio de Gobierno de la semana pasada, pero una cosa es segura: el Real Madrid, sí. Alfredo Pérez Rubalcaba se ha convertido en el hombre fuerte del gobierno. Los focos apuntan al ya vicepresidente como posible sucesor de Zapatero cara a las elecciones generales de 2012. Antes, el próximo viernes tendrá que presidir su primer Consejo de Ministros por la participación de Zapatero en el Consejo Europeo. Antes de la cita, volverá a ser el centro de los comentarios de sus compañeros de gobierno.
El motivo, su gran pasión al margen de la política, el fútbol y el Real Madrid más concretamente. En los últimos tiempos le atacan por los recientes éxitos azulgrana, pero ahora toca el momento de sacar pecho. Rubalcaba nunca ha ocultado su blanco sentimiento en esto del deporte en el que España puede presumir de ser campeona del mundo. Habitual del palco y buen amigo de Florentino Pérez, dejó su sitió en la zona de honor del Bernabéu desde que ocupó el cargo de Ministro del Interior.
Ese madridismo declarado le ha llevado a entablar una gran amistad con Florentino Pérez. Los dos, junto a Jaime Lissavetzky forman un triángulo de forofos blancos que cuando sus obligaciones se lo permiten buscan el momento para juntarse, charlar y, con la bufanda al cuello, presumir de Real Madrid. El secretario de Estado y ahora candidato a la alcaldía de Madrid sí que es asiduo del palco del Bernabéu.
Florentino Pérez siempre tiene un sitio reservado para Rubalcaba, pero si ya su condición de ministro le impedía dejarse ver, ahora la carga de responsabilidad que le ha dado Zapatero deja su presencia en el palco como algo imposible. Eso no quiere decir que los tres hayan dejado de verse, de compartir buenos ratos hablando de fútbol y de política, por supuesto. La última cita entre los tres tuvo lugar hace poco menos de un mes.
Mourinho, a los postres
La cita, en el santuario de Florentino Pérez, es decir, el restaurante Señorío de Alcocer. Serio y correcto por igual. El privado FP del citado restaurante fue el punto de encuentro. Reunidos Pérez, Rubalcaba y Lissavetzky la lógica se cumplió y hablaron de fútbol, pero inevitablemente el momento político y social no fue pasado por alto. La cordialidad era la tónica de la reunión, pero el anfitrión, el presidente del Real Madrid, tenía una sorpresa preparada. Y es que a los postres apareció José Mourinho, entrenador y algo más del actual Real Madrid.
La charla informal se fue hasta casi las siete de la tarde y el portugués extendió su repertorio de admiradores con los dos políticos socialistas. El ex del Inter y Chelsea cautivó al entonces Ministro del Interior y al secretario de Estado, cumpliendo la máxima de que es otro en las distancias cortas y, sobre todo, cuando deja el chicle que le hace insoportablemente altivo cuando se sienta en un banquillo. Se mostró humano y cercano a la realidad social de España, algo que sorprendió a los políticos. En lo deportivo, su discurso convenció por completo.
La cuarta pata del banco de estos encuentros madridistas era Cándido Méndez, líder del sindicato UGT. Habitual a estos encuentros, en las últimas ocasiones no ha estado presente. Los mal pensados hablan de las diferencias de la organización que preside con el gobierno de Zapatero como motivo de las ausencias. El resto, lo achacan a la siempre complicada agenda del sindicalista y más en tiempo de huelga general. Otros socialistas muy relacionados con el Real Madrid son José Barrionuevo o Enrique Mújica, pero la relación con ellos no se acerca a la complicidad que existe entre Pérez y Rubalcaba.
No hay que olvidar que el actual vicepresidente del gobierno se manifestó abiertamente favorable al movimiento que ACS estaba realizando entorno a Iberdrola, algo que no gustó a Galán, presidente de la empresa eléctrica. José Manuel Otero Lastres, actual directivo del Real Madrid y catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Alcalá , también mantiene una gran relación con el hombre fuerte de Zapatero. Ramón Calderón también se encontraba entre los amigos de Rubalcaba.
