Los diez errores de comunicación que trata de enmendar Zapatero
El nuevo mantra del Gobierno es explicar bien las cosas y mejorar la comunicación. A continuación, los principales retos a los que se enfrenta el equipo renovado de Zapatero.
Pero la realidad y la crisis han acabado dando al traste con parte de sus políticas y poniendo en evidencia muchas de sus decisiones. De hecho, Zapatero lo ha reconocido al prescindir de sus banderas. Ha dicho adiós al cheque bebé, a Vivienda e Igualdad, a la deducción de 400 euros en el IRPF... Los expertos creen que el presidente se ha centrado en comunicar el mensaje negativo y ahora le toca reposicionar la marca de su Gobierno.
A juicio de Iván Redondo, consultor político de Redondo&Asociados, "ahora va a tratar de dejar a un lado su marca personal y se va a apoyar más en la del partido. Está haciendo una vuelta a los básicos, vuelve al PSOE. También ya con los ojos puestos en las elecciones".
Para Carlos Ruiz Mateos, experto en asuntos públicos y comunicación política y autor del blog Escuela de Comunicación Política, los mensajes cruzados son fruto de la descoordinación. Hasta ahora, "no ha habido coordinación interministerial y de éstos con Moncloa ni, sobre todo, coherencia en las medidas y eso provoca en el elector una confusión que difícilmente es reversible", explica.
En este sentido, para Santos Ortega, director de Asuntos Públicos de MAS Consulting España, "al Gobierno le sigue persiguiendo esa imagen de navegar a la deriva, de titubear constantemente, de inseguridad. El Ejecutivo necesita romper con esa sensación que está instalada en muchos españoles. La entrada de Rubalcaba y otros nombres fuertes del socialismo nacional, como Ramón Jáuregui, en el Consejo de Ministros es un movimiento a priori acertado, pero no puede ser el único si el Gobierno quiere ganar la batalla de la percepción".
En este sentido, la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba va a tener un gran papel. Además de ser ministro de Interior, va a ser vicepresidente primero y controlará la secretaría de Estado de Comunicación. Él va a ser el director de orquesta de la comunicación del Gobierno. Para Ortega, su elección es acertada por "se trata de un magnífico orador y de un político que siempre ha sabido manejar muy bien los registros, y eso es importante en un momento tan difícil como el actual. Al fin y al cabo, el Gobierno sabía que necesitaba inspirar más confianza a la sociedad, y se podía esperar que Rubalcaba ganara más peso antes o después".
"Pero este movimiento debe ir acompañado de una apuesta global por mejorar la comunicación", añade este experto.
Los mercados y los organismos internacionales. Primero un duro plan de ajuste exigido desde el exterior que tocaba cuestiones tan sensibles como el sueldo de los funcionarios y la congelación de las pensiones en 2011.
El partido. Después una crisis interna por la elección de candidato para Madrid que se saldó con unas primarias en las que perdió la candidata de Zapatero (Trinidad Jiménez).
Sindicatos. A finales de septiembre, la escenificación con la huelga general de su distanciamiento con los sindicatos tras la aprobación de la reforma laboral.
Otros partidos. La falta de poder en el Congreso han dejado la aprobación de los Presupuestos de 2011 en manos de PNV y Coalición Canaria.
Para Redondo, "con el cambio de Gobierno Zapatero ha querido mostrar autoridad y retomar las riendas de la agenda política".
El partido y la izquierda. El giro de las políticas de Zapatero choca con los principios de la izquierda, sobre todo por los recortes sociales acometidos, y también han suscitado recelos en el PSOE, que veía cómo sus votantes dejaban de verse identificados. En este sentido, el nombramiento de Rosa Aguilar, ex dirigente de Izquierda Unida, se puede ver como un guiño claro a la izquierda. Y para tener el respaldo el partido Zapatero se ha rodado de figuras carismáticas como Alfredo Pérez Rubalcaba, Ramón Jáuregui y ha dejado de vicepresidente tercero a Manuel Chaves.
Sindicatos. Acercar posiciones con los sindicatos será la misión de Valeriano Gómez, el nuevo ministro de Trabajo. "Este nombramiento es una victoria de Cándido Méndez, porque coloca a uno de sus hombres de confianza en el Ministerio de Trabajo, lo que permitirá un reimpulso al diálogo social", defiende Carlos Ruiz Mateos, consultor senior de Asuntos Públicos en Llorente&Cuenca y autor del blog Escuela de Comunicación Política.
Ortega, coincide en este punto. "El perfil de Gómez parece adecuado para que el Gobierno recupere de forma creíble el discurso social. El nuevo ministro tiene buena relación con los sindicatos, experiencia previa en el Ejecutivo y es partidario del diálogo social", explica.
Y respecto a sus tensiones parlamentarias, los expertos coinciden en que Jáuregui va a tener un gran papel. "Es un gran conversador, se lleva bien con todos los grupos y va a ser crucial para mantener los pactos y la estabilidad presupuestaria", explica Redondo.
De todos los frentes, el que ha dejado abierto probablemente es el más importante. Los organismos internacionales siguen pendientes de los devenires de la economía española y, en este sentido, se ha optado por la continuidad. Elena Salgado sigue al frente de Economía (es la única superviviente a los siete cambios de Gobierno registrados en la era Zapatero), Miguel Sebastián sigue en Industria y Cristina Garmendia en Ciencia e Innovación.
Fuentes cercanas a Moncloa ha criticado en más de una ocasión la actitud de la ministra de Economía. "Salgado no percibe la importancia de la opinión pública, es una burócrata. En muy voluntarista pero nada más. No se plantea cómo va a recibir la gente las noticias y no entiende de comunicación", aseguran estas fuentes.
Hay que recordar que no es la primera vez que esta política demuestra cierta torpeza comunicativa. En 2007, después de aprobar una polémica ley antitabaco quiso extender esta prohibición a las bebidas alcohólicas. Así, una norma que nacía con la vocación de prevenir que no se extendiera el consumo de alcohol entre los jóvenes se convirtió en la ley del vino y generó una auténtica revuelta en el sector y la ley fue retirada. También causaron revuelo las críticas de Salgado a las hamburguesas o sus consejos para combatir la gripe aviar. Finalmente, los medios atribuyeron a estos tropiezos su salida del Ministerio de Sanidad en julio de 2007.
Los cambios tratan de solventar esta situación. Por un lado, Rubalcaba tiene mucha experiencia en este terreno. Por otro, los expertos coinciden en que el nuevo secretario del partido, Marcelino Iglesias, tiene mucha personalidad. "Iglesias, con sus propias ideas y muy asentado en el partido, alcanza la Secretaría de Organización y no cederá su micrófono como portavoz del partido", asegura Ruiz Mateos.
Por eso, "si Zapatero quería cambiar el mensaje, tenía que cambiar los actores. Es comprensible la salida de algunos ministros cuya imagen estaba muy deteriorada y que eran objetivo constante de la oposición", asegura Redondo.
Para Ruiz Mateos, "tal vez el Presidente se haya negado con demasiado ahínco a no realizar la crisis de Gobierno. Lo cierto, sin embargo, es que, en términos de percepción pública, esa sensación va a desaparecer en favor del impulso y la ilusión que una crisis de Gobierno provoca, devenida por el factor sorpresa y la capacidad que tiene las remodelaciones de hacer recuperar agenda política".
En este caso, puede que no tenga consecuencias pero en otros temas más de fondo como la gravedad de la crisis, el sueldo de los funcionarios o la congelación de las pensiones, el Gobierno se ha jugado su credibilidad.
Habrá que ver los resultados de este cambio de Gobierno y si el interés por la comunicación política ha llegado a tiempo o si ya era demasiado tarde.