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LA IMPRESIONANTE TRAYECTORIA DE PHILIP BOLICH

La operación ‘Pretoria’ deja al mayor asesor de fortunas de los 90 sin un euro

La operación ‘Pretoria’ deja al mayor asesor de fortunas de los 90 sin un euro

Macià Alavedra y su esposa Doris Malfeito (EFE).

@Antonio Fernández (Barcelona).- 26/06/2010 (06:00h)

¿Puede haber alguna razón para que un hombre que manejaba millones de euros y disfrutaba incluso del servicio de un mayordomo se quede, de repente y literalmente, sin un euro en su bolsillo? Parece ser que sí. Philip Bolich era asesor de inversiones en Europa. Norteamericano de nacimiento, dio el salto hace décadas al Viejo Continente para granjearse el respeto y la confianza de muchas de las fortunas que querían colocar sus inversiones sin levantar sospechas y sin declarar al fisco. Ahora vive en Andorra atenazado por el miedo a perder sus ahorros. Sus cuentas fueron intervenidas tras el estallido del escándalo Pretoria, que provocó la detención, entre otros, de dos de sus ilustres clientes: Macià Alavedra y su esposa Doris Malfeito.

“Philip era una figura obligada si querías abrir una cuenta corriente fuera o querías mover tu dinero con seguridad. Me lo presentaron en la década de los 90. Era la época de su esplendor. Y sus principales operaciones pasaban entonces por Suiza. La inmensa mayoría de evasores catalanes de la década pasada pasó por sus manos”, señala a El Confidencial un empresario que lo conoció hace años.

A principios de los 60, Bolich comenzó a trabajar para el Inter-American Development Bank en Washington. Luego, pasó por Morgan Guaranty Troust (antigua J. P. Morgan) en Nueva York, por Lehman Brothers en la misma ciudad y por Dillon Read en EEUU y Reino Unido. En 1975, abrió en la capital británica una oficina comercial para captar clientes para Banca Catalana y del Banco Industrial de Cataluña. Sólo pasaba por Barcelona una vez al mes, hasta que decidió trasladarse a la Ciudad Condal e integrarse dentro del equipo de las citadas entidades como responsable del departamento internacional del grupo. Eso le sirvió para tejer una importantísima red de contactos: su jefe directo era ni más ni menos que Francesc Cabana, cuñado del alma de, Jordi Pujol Soley, que a la postre acabaría siendo presidente de la Generalitat.

Y fue Cabana quien le presentó en un restaurante a Macià Alavedra. Se cayeron bien y comenzaron una estrecha relación que devino profesional y personal. Tanto que en 1992 Alavedra le pidió ayuda para “invertir adecuadamente” un dinero que tenía en Suiza. Philip era asesor financiero internacional en aquel país, donde trabajó en Lombard Odier, y encontró acomodo a las 246.190.473 pesetas que Alavedra puso en sus manos. El catalán era, por entonces, consejero de Economía de la Generalitat, el hombre fuerte del Gobierno de Jordi Pujol, y seguía manteniendo el negocio de contadores de gas que le había reportado varios millones. Pero el dinero suizo se encontraba a nombre de Doris Malfeito, esposa de Alavedra.

“El hecho de que los dineros estuviesen a nombre de la esposa era algo corriente, una forma de que el consorte que no realizaba actividades empresariales dispusiese de su propio patrimonio... una forma de garantizar que a la muerte del marido (los hombres suelen morir antes que las mujeres) la viuda no tuviese problemas de disposición mientras terminaba la testamentaria”, explica la abogada de Bolich a una jueza andorrana en una extensa carta fechada el pasado mes de noviembre.

Así las cosas, el asesor sacó el dinero del Crédit Suisse y lo metió en la Banque Rothchild. Comenzaba así una relación comercial que se dilató en el tiempo hasta octubre pasado, cuando Alavedra fue detenido por el juez Baltasar Garzón en el marco de la Operación Pretoria. Bolich cobraba un porcentaje del 0,5% de las inversiones del matrimonio mediante una cantidad que mensualmente le ingresaban en su cuenta y que en los últimos tiempos oscilaba entre 700 y 1.300 euros.

Paralelamente, de 1996 a 2000, Bolich fue consejero de dirección de Banca Mora, lo que a la postre le serviría para establecerse en el pequeño principado pirenaico y plantar su tienda en él. Pero pese a desvincularse de las cuentas andorranas, lo cierto es que Bolich es apoderado en dos cuentas a nombre de Gloria Torres, una mujer que Alavedra utiliza para mover dinero y realizar inversiones. También tiene firma autorizada en dos cuentas de Malfeito por las han pasado millones de euros.

El amigo americano

En 1997, Phillip realizó una operación “a medida” para el matrimonio catalán: creó Premier Fund, con sede en las islas Cayman. Al frente puso a un amigo personal: William Miller, ex presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos y ex ministro de Finanzas con Jimmy Carter. El fondo quería ser una de las vías de inversión internacional para clientes no norteamericanos. Pero los resultados fueron magros: sólo tuvo tres socios, el más importante de ellos Doris Malfeito, con el 74%. Miller murió en el año 2006 y el fondo se disolvió. Consecuencia: Malfeito recuperó 2.606.000 euros, que sacó de Cayman para ingresar en una cuenta del Crèdit Andorrà, de Andorra. Pero entre el 2006 y el 2009, el dinero fue decreciendo en el Principado -cosas de la crisis- hasta llegar a 1.485.186,37 euros.

En mayo del pasado año, Alavedra invitó a comer a Bolich en el Castell Motel de La Seu d’Urgell, localidad leridana cercana a Andorra. El asesor esperaba una monumental bronca por la merma del dinero, pero no fue así: el ex consejero de Pujol le pidió que retirase 300.000 euros de la cuenta de su esposa y que se los hiciese llegar a Barcelona. Bolich no disponía de poderes bancarios para extraer fondos, por lo que envió a su mayordomo a Barcelona, quien recogió una autorización de Doris Malfeito y la llevó al Principado. “Tengo los libros”, dijo telefónicamente el asesor a su jefe en Barcelona. Y una persona de confianza de Alavedra, un empleado de banca de Andorra prestado por su socio, Lluís Prenafeta -también implicado en el caso Pretoria- pasó a recoger el paquete para trasladarlo a España.

Algo más que amigos

Las pesquisas hicieron sospechar que Bolich podía tener algo que ver en blanqueo de dinero. Olfateadas sus cuentas y las de su mayordomo, Garzón ordenó la intervención de todas ellas. El fámulo, que trabaja para el asesor desde hace años, ya no es sólo empleado, sino que es considerado su “familia efectiva”. En la misma casa de Bolich vive el matrimonio de criados y dos hijos, de 13 y 7 años. La confianza y el cariño es tal que Bolich puso a su nombre dos herencias que había recibido: la de su abuela y la de su madrastra. Una anotación en la apertura de la cuenta del fámulo en Andbanc tiene una anotación a mano: “Mayordomo del señor Bolich (cliente nuestro) recibe como donación fondos del señor Bolich por cuidarle hace muchos años”.

La operación de la Audiencia Nacional les privó, pues, a ambos de toda fuente de ingresos. Los movimientos de las cuentas de Bolich y los de su mayordomo no arrojaban grandes dudas, ya que no movían grandes sumas de dinero, pero aún así fueron paralizadas. Tanto que la letrada de Bolich escribió a la jueza andorrana que su cliente “se ha limitado a asesorar a personas que siempre ha considerado más que honorables para invertir unos ahorros que tenían en Suiza, habiendo recibido durante 17 años unos honorarios modestos”. Y subraya: “Las medidas adoptadas (bloqueo y embargo) respecto de los haberes en los que mi representado aparezca como titular, autorizado o derechohabiente constituyen una agresión a sus legítimos derechos que lo perjudica de una forma atroz, tanto a nivel económico (mi representado no tiene ni un euro ni para comer) como a nivel moral, puesto que le destroza aparecer ante la Justicia como un malhechor”. Y la jueza le hizo caso: desbloqueó una de las cuentas para que el asesor con más renombre de los años 90 pueda disponer de algo de liquidez.

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