El SUGC, se suma a las reivindicaciones de los Guardias Civiles de toda Asturias piden en Tapia de Casariego que cierren 41 cuarteles de la región.
Más de un centenar de guardias civiles de todo el Principado asistieron en Tapia de Casariego a la asamblea anual que celebra la Unión de Guardias Civiles de Asturias y que tiene como objetivo analizar el estado actual del cuerpo en la región Su secretario general en la región, Ramón Rodríguez, denunció la situación en la que se encuentran muchos de los carteles de la zona y volvió a reclamar que para hacer más viable la Guardia Civil hay que cerrar 41 de los 68 cuarteles que hay actualmente en la región.
Unidades grandes
«Todo es negociable, pero queremos una solución y para ello creemos que hay que suprimir 41 cuarteles y dejar la cifra en 27. Queremos hacer unidades grandes y que puedan estar abiertos las 24 horas del día, no 8 como hasta ahora», aseguró Rodríguez.
El colectivo llega dos años realizando esta propuesta al Ministerio del Interior, pero de momento no se han registrado avances en el asunto.
Plantillas diezmadas
El sindicato de Guardias Civiles cree que actualmente las plantillas están diezmadas y que los cuarteles no son nada aptos para el desarrollo de la actividad policial, ni tampoco para que residan los agentes y sus familias. «No estamos dispuestos a vivir en unas instalaciones tercermundistas y que son ratoneras», dice el secretario del sindicato.
Hay unanimidad entre los socios del sindicato de que la situación tiene que cambiar y que es esencial la reestructuración del despliegue actual de la Guardia Civil. «No es adecuado porque las vías de comunicación no son iguales que hace cincuenta años y, por eso, el despliegue policial en Asturias se ha quedado obsoleto. Es algo que no se puede obviar», manifestó Ramón Rodríguez, secretario general de la Unión de Guardias Civiles de Asturias.
La reestructuración una obligación
Reestructurar el actual mapa de implantación y distribución de efectivos es una necesidad palmaria y que desde hace más de veinte años los Guardias Civiles vienen reivindicando; y lo más curioso que lo hacen no desde la perspectiva de su mejora o reivindicaciones gremiales sino que, lo plantean desde la óptica de prestar un servicio de excelencia a la ciudadanía, lo cual debe dejar sobre el tapete que la responsabilidad de estos profesionales va por encima de la de nuestros políticos que tienen la obligación de utilizar eficaz y eficientemente los recursos económicos y humanos que tienen bajo su control y que a pesar de tener unos recursos humanos excelentes y que le trasladan sus opiniones profesionales no saben ni escuchar, demostrando una vez más la catadura moral de la clase dirigente de este país sumido en la ruina.
