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Florentino le gana el pulso a Galán al lograr el apoyo de CiU a la enmienda antiblindajes.

Florentino le gana el pulso a Galán al lograr el apoyo de CiU a la enmienda antiblindajes
Ignacio Sánchez Galán y Florentino Pérez (Efe).

Salvo sorpresa de última hora, no descartable tras los intensos movimientos políticos provocados por el asunto, la Comisión de Economía y Hacienda dará hoy el visto bueno a la enmienda de la Ley de Sociedades Anónimas que supondrá eliminar la limitación de los derechos de voto al 10% en las compañías cotizadas. Una victoria de Florentino Pérez, presidente de ACS, sobre Ignacio Sánchez Galán, su homólogo en Iberdrola, que el viernes y en la Junta General de la eléctrica le volverá a negar un puesto en el consejo de administración. En un comunicado de prensa, la eléctrica anunció ayer su disposición a ceder un consejero a ACS para pedir después su cese inmediato.

Tras un sinfín de dudas, el PSOE ha obtenido el voto favorable de CiU, que, no obstante, ha pedido incluir dos salvedades. La primera es que la nueva norma solo se aplique a las empresas que cotizan en bolsa, por lo que no afectaría a las compañías con un carácter eminentemente familiar, tal y como adelantó este diario la semana pasada. De esta forma, los nacionalistas catalanes evitan que sociedades como Planeta o Agrolimen, dos de los motores económicos de Cataluña, puedan ver alterado su control. La segunda cláusula impuesta por CiU es que la ley entre en vigor a partir de 2011.

Detrás de este acuerdo y como efecto colateral de un proyecto que ha movido a fondo a la incipiente industria española del lobby, la enmienda contra los blindajes ha provocado un grave encontronazo entre tres de las principales cajas españolas. En efecto, BBK y Kutxa, a favor de los intereses de Iberdrola, de la que son accionistas, han acusado a La Caixa de presionar a CiU para que vote a favor de la nueva norma, que favorecería los intereses de ACS, socio de la caja catalana.

Fuentes próximas a las conversaciones aseguran que en la toma de posición final de CiU ha tenido mucho que ver las negociaciones mantenidas con La Caixa, la principal fuerza económica y empresarial de Cataluña. En el entorno de la caja catalana se asevera con rotundidad que tan solo se ha limitado a escuchar las consultas que le han realizado desde el partido nacionalista, pero que le han dado libertad absoluta a la hora de votar. Añaden que Isidro Fainé no ha mantenido ninguna reunión ni conversación telefónica con Mas ni con Duran i Lleida.

Sin embargo, otras fuentes aseguran que el presidente de La Caixa ha tenido reuniones con ambos políticos nacionalistas para darle a conocer su postura sobre la enmienda, a la que ve con buenos ojos. Por dos motivos. Primero y principal, porque beneficiaría a ACS, que por fin tendría vía libre para tomar el control de Iberdrola, donde acumula pérdidas latentes cercanas de 1.800 millones, tras invertir 4.470 mediante préstamos que todavía adeuda. ACS y La Caixa tienen una estrecha relación como accionistas estables de Abertis, donde entre ambas controlan cerca del 50% del capital.

Las cajas vascas, enfadadas con Isidro Fainé

En segundo lugar, porque el cambio de la ley podría suponer una revalorización de su cartera de participadas, incluida Repsol, que también tiene limitados los derechos de voto al 10% del capital con independencia del porcentaje que se posea. La Caixa controla el 14,7% de la petrolera, que a día de hoy no puede ser objeto de una OPA por el citado blindaje. Sin este obstáculo, el grupo español presidido por Antonio Brufau sería una presa fácil para los grandes conglomerados petroleros mundiales.

El PP –que ha querido nadar y guardar la ropa en este asunto- y el PNV, votarán hoy en contra de una enmienda que en el País Vasco ha provocado especial enfado. Las cajas vascas, en particular, han reaccionado con una protesta de alto voltaje, al punto de haber indicado a Fainé que su presión sobre CiU podría costarle el respaldo de ambas si finalmente se postula como nuevo presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA). La alternativa del presidente de La Caixa surgió apenas tres días antes de que Amado Franco, de Ibercaja, fuera entronizado como sustituto de Juan Ramón Quintás.

Fuentes próximas a este organismo explicaron que la opción de Fainé apareció por petición expresa de Elena Salgado, vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, así como de altos cargos del PP. No obstante, el primer ejecutivo de La Caixa todavía no ha decidido si presentará su candidatura. Desde el Gobierno han insinuado a Fainé que valore el apoyo que va a dar el Ministerio de Economía al sector de las autopistas, donde la caja catalana tiene grandes intereses a través de Abertis.

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