Emprendedores vocacionales y emprendedores
por necesidad
by Ramón
Cerdá
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El término «emprendedores» se está desgastando por el exceso de
uso, o esa es la sensación que yo tengo. Parece ser que una de las soluciones
contra el paro apuntada por el Gobierno era la de aumentar el número de falsos
emprendedores para que abandonaran las listas del paro y que, además, a ser
posible, contrataran a alguien.
¿Para qué sirven los emprendedores?
Evidentemente los emprendedores (me considero uno de
ellos) son necesarios para que la economía funcione y para que haya empleo,
pero se necesitan emprendedores vocacionales que crean en lo que están haciendo
y que pongan ilusión en el proyecto. No son lo mismo los emprendedores
vocacionales que no necesitan a nadie que les diga que tienen que hacer algo,
que los emprendedores por necesidad que ha generado la actual situación del
paro y las medidas subvencionadas por el Gobierno.
Los emprendedores son necesarios para la economía
Las estadísticas apuntan a que el emprendimiento no es ningún
chollo y que en apenas dos años de actividad, acaban desapareciendo hasta el
70% de los negocios, y no es que eso ocurra solo con los emprendedores que, no
siéndolo, se han visto obligados a hacer algo por su cuenta, pero sí que es
cierto que es entre ellos donde el porcentaje de fracaso es mayor.
Por supuesto, este índice de fracaso (que es enorme y
apabullador) no hace que los emprendedores vocacionales pierdan el ánimo y
siempre están dispuestos a seguir adelante, pero es posible que haya terminado
por arruinar a mucha gente que nunca había pensado en emprender y se ha visto
obligada a hacerlo, creando supuestos negocios donde no hay demanda, o donde el
sector estaba saturado y sin consumo suficiente.
Sorprende que entre los emprendedores haya muchos que
desconozcan lo más básico; no se pueden poner los precios más baratos por el
simple hecho de ganarle mercado a la competencia, si ni siquiera se conocen los
costes de lo que uno compra, y mucho menos los costes fijos que hay que cubrir.
No digo que uno tenga que ser economista con máster para montar un bar, pero sí
que tendría que asesorarse de algunas cuestiones antes de hacerlo.
Ramón Cerdá