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EL 20% DE LOS VOTANTES DEL PSOE NO SABE AÚN QUÉ HACER

Dos millones de antiguos votantes socialistas decidirán las elecciones

Dos millones de antiguos votantes socialistas decidirán las elecciones

Foto de archivo de Zapatero durante un mitin organizado por el PSOE-A (EFE).| @Carlos Sánchez.-

El voto indeciso marca el paso del resultado electoral. Y, en concreto, el voto de entre 1,5 millones y dos millones de ciudadanos que en las últimas elecciones municipales y autonómicas respaldaron las candidaturas del PSOE.

Si el Partido Socialista no logra que una parte importante de esos electores que todavía dudan a quién votar se decanten por sus candidaturas, la debacle puede ser histórica. Similar a la que se produjo en 1995, cuando el PSOE cayó por debajo de los siete millones de votos. Un desplome de nada menos que 7,5 puntos porcentuales respecto de las anteriores elecciones.

Los estrategas electorales del PSOE estiman que a menos de una semana de las elecciones, el porcentaje de indecisos se sitúa entre el 20% y el 25% de su electorado de 2007. O lo que es lo mismo, entre 1,55 millones y 1,94 millones de votantes socialistas todavía no saben qué harán el próximo 22 de mayo. Tienen tres opciones: votar a otro partido (la opción menos probable, según los expertos socialistas), votar al PSOE o simplemente abstenerse. La posibilidad de votar en blanco se considera irrelevante toda vez que esta opción se mueve históricamente en unas elecciones locales entre el 1% y el 2% de los votos. No es, por lo tanto, determinante sobre el resultado final.

La clave está en estimular el voto de los indecisos, cuya participación puede empujar el fiel de la balanza hacia un lado u otro en aquellas circunscripciones donde el resultado está más reñido: Castilla-La Mancha, Asturias o Extremadura. En el caso del Partido Popular, el efecto de los indecisos se considera mucho menor. Según algunas encuestas, el porcentaje apenas llega al 10% a pocos días de las elecciones, lo que representa cerca de 800.000 votos.

En contra de lo que suele creerse, las diferencias entre los partidos mayoritarios en unas elecciones municipales son más estrechas que en unas generales, y de ahí la importancia del voto indeciso. En 2007, el PP ganó por apenas 155.210 votos (sólo siete décimas de distancia); en 2003, la diferencia bajó hasta los 123.416 votos a favor del PSOE, y en 1999 volvió a ganar el PP por apenas 37.651 papeletas (el 35,12% frente al 34,94%), lo que da idea del equilibrio entre uno y otro partido. Tan sólo en 2005 se produjo una distancia importante (981.785 votos) en el marco de una situación económica similar: más del 20% de parados. Aunque en aquellas elecciones también influyó un Gobierno desgastado por la corrupción y 13 años de acción política.

¿Quiénes son los indecisos?

En sociología electoral se suele considerar indeciso a aquel elector que no vota siempre o de forma sistemática al mismo partido. Se trata, por lo tanto, de un voto no militante y permeable a los programas de partido, a sus líderes y a las circunstancias socioeconómicas. Pero en todo caso con un nivel de compromiso con la política relativamente escaso.

Esta singularidad del voto indeciso explica en parte la participación electoral, que en las municipales se ha movido en las últimas convocatorias entre un 62,8% (1991) y un 69,9% (1995). Este último año es, precisamente, el que el PSOE obtuvo sus peores resultados en unas elecciones locales (el 31,3% de los votos) lo que da a entender que en determinadas ocasiones ni siquiera la alta participación beneficia a la izquierda, como tradicionalmente se cree.

La distancia entre los dos partidos será, en todo caso y con alta probabilidad, muy inferior a la que avanzan las encuestas para unas elecciones generales. Y a ello se agarrará el PSOE en caso de salir derrotado el 22-M. Pero lo cierto es que esa diferencia nunca ha sido superior al punto porcentual en las tres últimas convocatorias a elecciones locales. Incluso puede darse la paradoja de que el partido con más votos -como ocurrió en las dos últimas convocatorias- no obtenga mayor número de concejales. En 2007, eso le ocurrió al Partido Popular y cuatro años antes al PSOE.

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