Nadie tiene derecho a consumir riqueza... sin producirla
Aún cuándo estar “cara al público” y sobre todo en esa selva muy salvaje por lo bruta e ineducada, cual es “el mundo de los anónimos” (apenas nadie da la cara) cual es la red de Internet; de tarde en tarde encuentra uno, seres inteligentes, sensibles y muy educados, con los que mantiene correspondencia y a uno de ellos me remito hoy; y al que quiero honrar con la grandiosa frase con que inicio mi artículo de hoy... pues es suya y es la que me inspira lo que diré a continuación.
Si es que algo se puede decir más, puesto que dicha frase es un discurso amplísimo y completo... es un tratado y del que se pueden extraer tantas enseñanzas positivas, que precisamente por ello ocupa el titular, para que todo aquel que la pueda leer, la medite, la aproveche y luego la difunda y que ocupe su lugar en ese amplísimo mundo invisible cual es la sabiduría humana de todos los tiempos.
“Ganarás el pan son el sudor de tu frente”; frase que todo aquel que sabe leer y escribir en la denominada “civilización occidental”, debe haber leído alguna vez, u oído a algún predicador de las verdaderas enseñazas del Cristianismo... El que se dice no creyente (yo dudo que en el fondo no crea, al menos en La Creación); habrá leído y sobre todo visto en los maravillosos documentales que hoy proliferan, como algo valioso, dentro de las basuras que vomitan las televisiones en general... la gran enseñanza de ese “Gran libro de la Vida”; donde se ve como primera enseñanza, que todo ser vivo (incluso el vegetal) “ha de ganarse la vida con esfuerzo y muchas veces con esfuerzo enorme”, puesto que si no tiene esa fuerza o tenacidad... muere... y muere sin descendencia, que es el máximo trabajo de cada especie, o sea dejar continuidad y que éste se realice procedente de los mejores genes que transmiten los antecesores.
Pero... ¿qué ocurre con el ser humano?... simplemente, que degeneró y aquella gran enseñanza para que se estimulara, progresara y se hiciera “grande”, engrandeciendo a sus sucesores; la olvidó y ello lo hizo una gran mayoría, que simplemente parasita a los demás; y vive (muchos con lujos ostentosos) a costa del resto y sin escrúpulo alguno, y lo que es mucho peor... ha ido creando una serie de descendientes que aplicándose a tan perniciosa enseñanza, ha continuado practicando ese terrible y bochornoso hecho, cuyos resultados son los culpables de que esta civilización (como ya la historia nos confirma de otras) llegase al estado de molicie en que se encuentra y sin estímulos para salir de ella, pese a los enormes medios que hay.
Y la explicación es sencilla y lo dice una contundente frase que también escuché en algún dicho (¿jocoso?) que encierra otra gran sentencia filosófica y es que en vez de ganar el pan con el sudor de la frente propia, muchos estudiaron e impusieron la gran perversión, cual ha sido... “el ganar su pan y sus lujos con el sudor del de enfrente”.
Así y como he apuntado sobre ese gran libro de La Vida; en vez de emular en lo positivo que tienen, las enseñanzas animales, sobre todo en las hormigas y abejas... se fijaron y practicaron y practican, lo que realizan... “vampiros y sanguijuelas”; también “Criaturas de Dios” y que estimo las puso en La Creación, para que igualmente supiéramos de su terrible forma de vida y precisamente para que no la practicásemos.
También en ese “Gran Libro Natural”, se encuentra la previsión del ahorro, sintetizada maravillosamente por la enseñanza de mi propia abuela materna... “niño si ganas cinco, no gastes nunca más de tres... guarda las otras dos que te harán falta en el porvenir”; cosa que todos los seres vivos que nos muestra ese libro, hacen, guardando cuando hay abundancias para tener reservas para cuando vienen los tiempos duros y difíciles, no sucumbir en las inclemencias que vendrán... pero ningún ser vivo, guarda más que lo que naturalmente necesita para ello... o sea que no atesora excedentes.
¿Qué hizo y sigue haciendo “el animal humano”? Considero que todo el mundo lo está viendo... “el exceso de avaricia y de atesorar de unos pocos... ha terminado por asolar la economía de inmensas mayorías, a las que han situado al borde de pedir limosna... o en las enormes colas que hay ya en los comedores de caridad, simplemente para poder comer caliente cada día... aquel que puede, puesto que no hay para todos”.
Y esa es la cruel e inexplicable realidad de una civilización totalmente incivilizada; capaz de situar artilugios de una perfección que asombra y lanzarlos incluso fuera del Sistema Solar... y sin embargo, no es capaz de crear una situación soportable y llevadera para todos los habitantes de este minúsculo planeta, donde sobra de todo para todos... pero donde ocurren estas cosas inexplicables.
Yo hoy no digo más... pero lean y mediten sobre ese titular que hay al principio y el que lleva un añadido del mismo autor, que no me he atrevido a situar al principio pero que sí que hago al final: “tampoco tenemos derecho a consumir felicidad sin producirla”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)