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MONCLOA NEGOCIARÁ CON LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS EL ACUERDO

No habrá foto: sin acuerdo para la reforma laboral.

No habrá foto: sin acuerdo para la reforma laboral

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho (dcha), y el secretario general de UGT, Cándido Méndez.

@Carlos Sánchez.- 10/06/2010 (06:00h)

“El acuerdo a tres bandas está harto complicado”. Así, de esta manera tan gráfica, resumía esta misma mañana un sindicalista el resultado de la reunión al máximo nivel entre empresarios, Gobierno y sindicatos.

¿Quiere decir esto que el diálogo social está roto? No necesariamente. El ministro Corbacho se ha comprometido a enviar mañana a mediodía un nuevo documento a patronal y sindicatos, y aunque el margen de maniobra del Ejecutivo es estrecho, lo que está claro es que seguirá negociando contrarreloj hasta el próximo lunes.

Lo que es “prácticamente seguro”, en palabras de la fuente, es que “no va a haber foto”, lo que significa que puede haber una especie de ruptura más o menos pactada. Los sindicatos siguen disconformes con la nueva redacción del artículo 52 c del Estatuto de los Trabajadores, que facilita el despido por causas objetivas con 20 días de indemnización. Pero los empresarios quieren seguir presionando conscientes de que tienen a los mercados como aliados, y éstos han reclamado una reforma en profundidad a la que el Gobierno no está en condiciones de oponerse.

Como dice el sindicalista consultado, el Gobierno da a los empresarios la última palabra en la flexibilidad interna en las empresas, y ésa es una de las líneas rojas que han marcado las centrales.

La reunión acabó poco antes de las seis de la mañana y puso de manifiesto que el Gobierno ha intentado hacer de equilibrista en el diálogo social, pretendiendo colocarse en un punto intermedio que por el momento no ha logrado. Básicamente porque el ‘tijeretazo’ al gasto público ha acabado por contaminar las relaciones laborales.

Evitar una reforma sin respaldo

La reunión de anoche se había convocado en un contexto muy distinto. El presidente Zapatero quiere ahora evitar como sea la aprobación de un decreto en una materia tan sensible para su electorado como la reforma laboral. Y que de materializarse puede visualizar de nuevo su soledad parlamentaria. De ahí que haya dado órdenes al ministro Corbacho para que apure los contactos, incluidos los portavoces de los grupos parlamentarios. En el Ejecutivo también son conscientes de que una reforma laboral aprobada sin el respaldo de sindicatos y empresarios es menos eficaz, y de ahí que haya cambiado de planteamiento.

Aunque la reforma se apruebe por decreto el próximo 16 de junio, miércoles, la voluntad del Gobierno es negociar la reforma durante su tramitación parlamentaria. “Siempre que sea útil, negociaremos”, dijo ayer a El Confidencial el diputado Carles Campuzano, portavoz de política social de CiU.

Según fuentes solventes, en la misma línea del Gobierno estaría la Unión General de Trabajadores (UGT), que parece haberse inclinado definitivamente por el acuerdo siempre que no se traspasan ciertas líneas rojas, en particular en lo relacionado con la negociación colectiva.

La posición de CCOO, por el contrario, es más reacia al acuerdo. Dentro del sindicato que dirige Ignacio Fernández Toxo hay amplios sectores que no están dispuestos a firmar nada con el Gobierno después del ‘tijeretazo’ al sueldo de los empleados públicos y las pensiones. Toxo, sin embargo, está empeñado en la firma del acuerdo pese a que no cuenta con una mayoría holgada en el sindicato. Aunque hasta ahora el consejo confederal del sindicato le ha respaldado en todas las votaciones, hay quien recuerda que ganó la secretaría general con sólo 28 votos de diferencia, y eso le complica la explicación interna de un posible acuerdo. “Una huelga general une más que un acuerdo y necesita menos explicación”, señalaron fuentes sindicales a este diario.

Los problemas de Díaz Ferrán

El caso de CEOE es todavía más complicado. Su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, según fuentes bien informadas, está obsesionado con el acuerdo, en parte por razones personales. El presidente del Grupo Marsans está a punto de abandonar la patronal por los problemas de sus empresas y quiere salir de CEOE, al menos, con un acuerdo bajo el brazo. Díaz Ferrán, sin embargo, vive en una especie de ‘libertad vigilada’. Sectores influyentes dentro de CEOE no están dispuestos a firmar una reforma laboral ‘light’, y por eso aprietan para que la patronal “no firme cualquier cosa”.

Ayer Díaz Ferrán reunió a los vicepresidentes de la CEOE para estudiar la situación, y lo único que se filtró, según la agencia Efe, es que los mínimos "no son otros que la reforma laboral que necesita el país y que dé confianza, incluso a los mercados".

Así las cosas, la reunión que celebraron -sin cámaras ni micrófonos- el ministro Corbacho, Cándido Méndez, Fernández Toxo y Díaz Ferrán se presenta como clave para el diálogo social. Pero no definitiva. El Gobierno admitió que hasta el próximo fin de semana hay tiempo para seguir negociando. Todo antes del ‘decretazo’. Lo que presentó el Gobierno no fue su propuesta de reforma laboral, sino un esquema que estrecha y delimita los puntos en los que las partes están más alejadas.

El encuentro comenzó a las 19,30 horas y se presentaba largo, tanto que concluyó a las 06,00 de la mañana. Como dijo ayer una veterana sindicalista recordando unas palabras de Agustín Moreno, ex dirigente de CCOO, fue una reunión de ‘culos de hierro’ que se alargó hasta la madrugada.

Sobre el contenido de la reforma, y según publicó ayer La Vanguardia, que citó fuentes gubernamentales, el punto más importante del borrador que maneja Moncloa afectaría a la contratación temporal, con la que se quiere terminar a través de dos vías. En primer lugar, penalizando las cotizaciones que pagan los contratos temporales por obra y servicio en dos días más por año (2 puntos de cotización) y aumentando la indemnización por despido de 8 a 12 días por año de servicio. Además, los contratos eventuales que se repitan cíclicamente tendrán que transformarse en fijos discontinuos.

Indemnizaciones a cargo del Fogasa

También contemplaría una flexibilización de la contratación indefinida, al reducir los costes del despido que pagan las empresas. Esto sería posible porque el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) financiará al empresario 8 días de la indemnización. De esta manera el trabajador mantiene su indemnización, pero a la empresa le sale más barato. Además, la indemnización quedará en 12 días para los despidos objetivos, los contratos temporales, las ETT y los contratos indefinidos por causas objetivas.

Otra de las medidas sería la posibilidad dada a las empresas de acogerse al contrato de fomento de empleo (que tiene una indemnización de 33 días por año trabajado) para aquellos trabajadores que lleven en desempleo más de 3 meses y los contratos temporales que se transformen en indefinidos.

Causas del despido más concretas

El borrador recoge también el mantenimiento de las causas de despido objetivo, que seguirán siendo económicas, organizativas y de la producción o tecnológicas. No hay nuevas causas pero las actuales serán más concretas. Se transformará en ley la doctrina del Tribunal Supremo sobre los despidos objetivos. En la práctica esto supone que se da certeza al empresario. El juez tendrá que acreditar si la documentación presentada es correcta y veraz, pero no podrá "sustituir" al empresario como sucede en la actualidad. Se elimina así el juicio de opinión del magistrado que hacía imposible para los empresarios que prosperasen estos despidos y provocó que en 2009 solo 2 de cada 10 despidos fueran objetivos por causas objetivas.

El borrador no contempla la eliminación de los salarios de tramitación –como sucede en los despidos improcedentes-, pero a cambio se reduce el tiempo de preaviso de 30 a 15 días. Es decir, que el empresario comunicará al trabajador su decisión y le advertirá la causa. Si decide que el despido es improcedente le indemnizará con 45 días (de los cuales 8 los pagará Fogasa), si es objetivo de 20 días (8 los paga Fogasa), si el contrato era de fomento con 33 días (menos 8 de Fogasa). En caso de no haber acuerdo el pleito se trasladará a la magistratura de trabajo en un procedimiento que no se demorará más de 3 meses.

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