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Feijóo fai o que antes criticou

Mariano Rajoy cree que la administración pública necesita un “adelgazamiento”, pero la Xunta abre la puerta a más altos cargos y sociedades.

L. GRAÑA / D. REINERO

“Es evidente que la administración pública necesita una cura de adelgazamiento”. Y si, a juzgar por Mariano Rajoy, el cuerpo administrativo español está enfermo de obesidad, el gallego padece el mismo mal y sin diagnosticar. El presidente del Partido Popular presentó la pasada semana en Madrid, ante un nutrido grupo de empresarios y políticos, las que considera son las siete materias que España suspende una y otra vez (laboral, energía o educación). La propuesta sobre una de ellas, la relativa a la estructura gubernamental, tropieza en todos sus aspectos con lo que la Xunta de Galicia ha llevado a cabo e implementará en los próximos meses. Rajoy pide adelgazamiento y Alberto Núñez Feijóo, en su Anteproxecto de Lei do Sector Público, lo dilata casi todo.

Para el PP, aquí sí de acuerdo con parte de la doctrina Merkel sobre la reducción del gasto, considera que el recorte del déficit (de 50.000 millones en tres años, previsto en el Plan de Estabilidad que no suscribió) deberá hacerse sacando tajada de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pero también con una “reforma profunda de las administraciones”. “No podemos mantener tres y hasta cuatro administraciones actuando y gastando sobre un mismo asunto”, añadió Rajoy.

MULTIPLICACIÓN DE CARGOS

En un primer vistazo a Galicia, y solo con el anteproyecto normativo de la Administración Pública, el texto recoge la posibilidad de que haya conselleiros sin cartera y fija por ley la existencia de los delegados territoriales, “con competencias sobre ámbitos territoriales inferiores a los de la Comunidad”. La ley, aún por aprobarse, deja la puerta abierta a futuras nuevas delegaciones. En la actualidad, conviven en Galicia las consellerías, las delegaciones territoriales y las diputaciones. Cada delegación tendrá un secretario territorial y un número indeterminado de jefes territoriales que “dependerán orgánica y funcionalmente de las consellerías que correspondan por razón de la materia”. Como informó este diario, la citada ley regula la figura del secretario xeral, que podrá acompañarse de un séquito: un secretario xeral técnico y un vicesecretario xeral.

“Es el mejor momento de una mejor coordinación, de eliminar duplicidades, de suprimir lo reduntante o superfluo”, reiteró Mariano Rajoy en su discurso económico. La norma gallega, lejos de suprimir organismos o cargos, redunda en la creación de personal con responsabilidad cuyo labor está sin definir ni cuál deberá ser su coste. A mayores de la crisis económica (menor recaudación impositiva y menos dinero recibido del Estado), las autonomías se han comprometido a reducir el gasto. El ‘sí’ de Galicia a esta promesa de austeridad, “crítico” según la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, obligará a la Xunta a trabajar con menos dinero.

COMPETENCIAS

Una de las palabras que más aderezan los discursos del líder de la oposición es “competencias”. En su opinión, en España no se han configurado “límites competenciales” para muchos entes públicos que conviven con otros que desempeñan los mismos trabajos. “No es posible recortar el gasto público sin reformas institucionales profundas, sin un reparto de papeles que eviten duplicidades”, sostuvo Rajoy. “Los ejemplos”, añadió el presidente popular, “son innumerables: el Estado se dedica a la política de vivienda que es de las Comunidades Autónomas, estas a su vez tienen 188 oficinas de representación fuera de España”.

A día de hoy, Galicia dispone de doce oficinas que actúan a modo de delegaciones regionales o embajadas, repartidas por todo el mundo. Tiene las mismas que Madrid, y Asturias. Estos organismos tienen como cometido la representación comercial de las comunidades autónomas en lugares como Miami, Brasilia o Dubai. Para Rajoy, “si todos hacen de todo, no se usan bien los recursos, y estos recursos son ahora mucho más escasos”.

‘CHIRINGUITOS’

“Hay más de 2.000 empresas públicas y organismos dependientes de las administraciones”. Y más que habrá –con Galicia, por ejemplo– si Feijóo lleva a cabo lo previsto en la norma antes citada. La Lei da Administración Pública establece que los denominados chiringuitos o entes paralelos de la Xunta de Galicia solo podrán ser de seis tipos, pero no se reducirán los 150 que existen en la actualidad.

Además, limita la transparencia de varios de ellos al no tener que hacer públicos más que su plan anual de trabajo, sin estar atados a todas las normas de transparencia que sí obligan a la propia Administración gallega. Altos cargos de estos nuevos entes podrán cobrar más que el presidente de la Xunta y su elección corresponderá al Consello de la Xunta. “Debemos avanzar hacia la segunda descentralización, delegándose más competencias a los municipios”, considera Mariano Rajoy. La Xunta, por contra, las delegará –sin conocer cuáles ni en qué medida– en entes paralelos a la administración.

En opinión de Génova, “la puesta en marcha de este proceso global de reformas crearía un escenario previsible que favorecería las iniciativas de los emprendedores. Representaría un cambio radical con la situación actual porque, como saben, tal como están las cosas hoy en España, ser previsible es un hecho revolucionario”. La revolución, en Feijóo, es otra.

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