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SÓLO LOS MEJORES ENCONTRARÁN TRABAJO

Secretaria y operario mecánico: el futuro de los hijos de la clase media

@Esteban Hernández.- 15/05/2010

Secretaria y operario mecánico: el futuro de los hijos de la clase media

“Si mis hijos me dicen que quieren estudiar Derecho, Periodismo, Biología, Arquitectura o similares, les echo un broncazo…Mi plan de estudios para ellos es: inglés por un tubo (ya lo están haciendo) y estudios prácticos (director de hotel, chef de cocina…), para que puedan marcharse de este país”. La afirmación de P.B., padre (40 años) de clase media, refleja a la perfección los temores de una generación respecto del futuro de sus hijos, que se incrementan en la medida en que esa convicción según la cual una formación adecuada con un buen posgrado era la mejor vía para encontrar trabajo estable y correctamente retribuido, se revela cada vez más incierta.

Como el empleo que requiere cualificación superior está ofreciendo cada vez menos oportunidades y dada cuenta de la saturación de mano de obra en muchas profesiones, es lógico que las previsiones sean poco optimistas. La principal pregunta, pues, que se hacen los padres actuales es cómo enfocar el futuro de sus hijos para que cuando se incorporen al mundo laboral, dentro de diez o quince años, estén en las mejores condiciones posibles.

Según Antonio Sainz Fuertes, catedrático de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad San Pablo CEU, donde sí existirán buenas oportunidades será en la “formación media aplicada. Es ahí donde hay que atacar, porque es donde habrá en el futuro un mayor número de puestos de trabajo. La formación profesional de tipo medio es la que está funcionando bien en Europa”. Y estamos ante una tendencia que ya incluye a España. Como asegura Beatriz Cabello, adjunta de selección de Adecco Industrial, la experiencia en el empleo que revelan ciudades como Madrid, nos dice que existen “muchos empleos para los que se solicitan formaciones de grado medio, (puestos de administración y secretariado, técnicos electrónicos de mantenimiento, operarios mecánicos de fabricación y montaje…) en los que se gana más que en profesiones para las que se exigen diplomatura y licenciatura”.

Además, afirma Cabello, no sólo es una cuestión cualitativa; también el cuantitativo están funcionando mejor, ya que la oferta para este tipo de posiciones se ha incrementado. Podría pensarse, no obstante, que estamos ante una tendencia coyuntural, especialmente agravada con la crisis, pero cuya intensidad remitirá en el momento en que la economía vaya mejor. No lo cree así Cabello, para quien se trata de un desplazamiento que está consolidándose: “Cada vez están mejor valoradas las formaciones en grado medio y todo apunta a que lo estarán aún más en el futuro”.

Para José Ramón Sánchez Galán, director del departamento de Economía y Administración de Empresas de la Universidad Antonio de Nebrija, el primer factor que debemos tener en cuenta respecto del mercado laboral que nos espera es que “va a ser mucho más competitivo. El mercado quiere mayor calidad y preparación para cada puesto de trabajo, así como una mayor diferenciación en cada aspirante. Además, las profesiones serán mucho más concretas y especificas”. Por lo tanto, nos encontraremos con un contexto de creciente competencia, y no sólo a la hora de entrar en el mercado de trabajo (o de mantenerse en él): la carrera comienza desde la misma formación. Por eso, “la Universidad debe ocuparse, y en la nuestra lo hacemos, de que los alumnos estén preparados desde el primer curso para ser los mejores. Tratamos de inculcarles esa mentalidad desde el primer curso. Pero no se trata de una actitud insana y egoísta, sino de fortaleza, para que estén preparados, ya en cuarto, para el mundo laboral que les va a tocar”.

En ese sentido, asegura Sánchez Galán, “los clientes de nuestra universidad, y debería serlo en todas, no son los alumnos ni los padres, sino las empresas, que solicitan profesionales bien preparados académicamente, pero que también requieren cada vez más cualidades personales”. Se refiere el profesor de la Nebrija a una tendencia habitual en el reciente mundo empresarial según la cual los conocimientos tienen menor importancia que la actitud, donde el aprendizaje técnico es secundario respecto del emocional. “Hay que adquirir, además de competencias profesionales, habilidades para la negociación, para el trabajo el equipo o para adaptarse al entorno. Eso llevaría, según Sánchez Galán a formar “a seres humanos que podrían actuar con eficiencia siempre, incluso cuando ocupen puestos poco productivos, ya que serían capaces de relacionarse correctamente con independencia del lugar estructural en el que se encuentren”.

"Si eres bueno, encontrarás trabajo"

Para Sainz, el futuro va a traer cambios en los tres niveles de empleo. Respecto de los titulados superiores, se dice optimista (“Si eres bueno en lo tuyo siempre encontrarás trabajo”), aunque con reticencias. El joven que pretende trabajar en un empleo que exija formación superior, asegura, deberá reunir cuatro condiciones: “poseer sólidos conocimientos propios, que puede adquirir en la universidad y en el posgrado; un buen manejo del inglés y de la capacidad de comunicación; conocer bien las nuevas tecnologías; y, por último, contar con experiencia, ya que se valora mucho haber realizado un training o contar con unas buenas prácticas. Si falta algo de eso, comienzan los problemas”.

Los que lo van a tener mejor, afirma Sainz, son quienes cursen formación profesional de tipo medio “que hoy está casi a cero, y que constituirá entre un 40 y 50% de los puestos de trabajo que se generen. Aunque la FP no esté bien vista, ahí existe una fuente de trabajo muy importante”. Y quienes más sufrirán será ese 30% que tiene una formación mínima. “Esos lo van a tener muy crudo. O se meten en un oficio que conozcan bien, o trabajan en un ámbito familiar o lo van a tener muy mal. Hay que tener en cuenta que una formación escolar computa hoy casi como analfabetismo”.

En cuanto a las oportunidades de futuro, las hay de dos clases. La primera es geográfica y tiene que ver con que el ámbito de actuación profesional de nuestros hijos ya no será España, sino Europa. Según Sainz es evidente que, al igual que ahora, nuestros futuros estudiantes tienen que enfocarse hacia el mercado europeo y no hacia el nacional: “Aquí vienen los erasmus y todos se colocan, desde un finlandés hasta un alemán. Nosotros hemos de tener la misma mentalidad”.

En segundo lugar, hay que saber elegir bien el sector profesional, ya que habrá notables diferencias de empleo entre unos otros. Según Sánchez Galán, los más activos en el futuro serán los relacionados con tecnologías de la información, asesoramiento, consultoría y recursos humanos. Además se necesitarán muchos especialistas, que pueden ir desde los demandados en áreas como los productos de salud o la alimentación de calidad en la nutrición, hasta los que den soluciones a la empresa en el entorno medioambiental pasando por los que tengan una nueva visión en el entorno digital (arquitecto digital podría ser una de las profesiones del futuro) o quienes abran caminos innovadores (como sería el caso del guía turístico del espacio”. En todo caso, asegura Sánchez Galán, la tendencia es ir hacia nuevos nichos de mercado “y mucho más hacia el sector servicios que hacia el primer y segundo sector”.

Y eso sí, advierte Sánchez Galán, hay que ser plenamente conscientes de que “sólo van a trabajar los mejores. Y tenemos que ser competitivos y saber diferenciarnos para poder abrirnos paso”.

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