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Coté, el falso médico de Ferrol, reclama a sus víctimas 4,5 millones por difamación

Ha emprendido acciones civiles por el blog que creó la asociación de perjudicados para intercomunicarse

Autor: Francisco Varela

José Manuel López Pérez, Coté, el falso médico de Ferrol procesado y cuyas clínicas en Ferrol, Viveiro y Vinaroz han sido clausuradas, ha emprendido acciones civiles contra la asociación de víctimas. Sostiene que, sobre todo, en su blog se vierten expresiones, opiniones y manifestaciones que dañan su honor y buena fama. El asunto se tramita en el Juzgado de Primera Instancia número 5 de A Coruña. Según fuentes de los afectados, reclama cuatro millones y medio de indemnización a razón de cien euros por cada entrada registrada en la página web. Y demanda también rectificación pública y el cierre del mencionado blog.

Esther Fontán, presidenta del principal colectivo de afectados o víctimas, que hoy hablará del asunto en el transcurso de una rueda de prensa, se pregunta cómo una persona denunciada por lesiones, estafa, delito contra la salud, intrusismo, falsedad documental y otros delitos emprende estas acciones y dice que se lesiona su intimidad y su honor.

Mientras el juez civil incoa estas diligencias, los penales continúan con las suyas. Una en el Juzgado de Instrucción número 3, cuya causa alcanza ya tal cantidad de volúmenes que la oficina judicial tuvo que preparar un habitáculo especial con estanterías para almacenarla, y requerir ayuda a la Xunta para informatizar el sumario porque tendrían que ponerse la totalidad de los funcionarios del juzgado a hacer fotocopias cada vez que se persona un nuevo afectado.

En Vinaroz

Una segunda causa la lleva otro juzgado de instrucción, en Vinaroz, donde también actuaba López Pérez. En este caso, según las mismas fuentes, la Consejería de Sanidad valenciana dictaminó que muchos de los medicamentos o sustancias intervenidos durante el registro policial están prohibidos, otros caducados o no autorizada su comercialización en España.

Esther Fontán ha explicado que las víctimas tienen mucho interés en «saber qué nos inyectaba» porque así los médicos podrán diagnosticar mejor sus padecimientos actuales. Muchos de los afectados sostienen que el suministro de estas sustancias agravó los males que ya padecían, como el caso de una joven que sufría fibromialgia y actualmente tiene que moverse con bastones canadienses porque cada vez son más frecuentes los brotes. Estos afectados están siendo examinados por una médica forense de Ferrol, que se dedica exclusivamente, una parte de la semana, a atenderlos.

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