Familia Real: ¿vagos, estafadores, borrachos y asesinos?.
by Ramón
Cerdá
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Cada vez me resulta más evidente que en esta, nuestra querida
España, se está viviendo una continua pseudoguerra civil. Las redes sociales no
han hecho más que potenciar esta situación. Basta con que alguien diga alguna
barbaridad para que, automáticamente, un número importante de personas haga
comentarios en favor de la susodicha barbaridad, magnificándola si cabe. A
barbaridad mayor, mayor número de comentarios. Si uno sabe ponerle el título
bien, el éxito está servido. Si quien hace el comentario o la acusación es
alguien conocido, el resultado se multiplica; lo mismo da que sea contra la
familia real, contra los defensores de las corridas de toros o contra quienes
defienden que se debería poder fumar en los bares. Al final, todo se convierte
en una gran dicotomía donde hay dos enormes bandos, unos a favor y otros en
contra; no parecen existir las medias tintas ni las opiniones razonadas, o
estás conmigo o eres mi enemigo. Además, si en una línea de comentarios ya
existen varios apoyando la barbaridad, o los insultos... o incluso el delito,
resulta menos probable que alguien entre a defender la postura contraria porque
puede salir escaldado (más de una vez me ha pasado a mí y sé de lo que hablo).
Insultos y graves acusaciones contra la familia real
Insultos a la familia real y amenazas a los aficionados a los
toros. ¿Son estas las mejores maneras de gobernar que tienen nuestros políticos
o aspirantes a ello?
Hace unos días, y bajo mi modesto punto de vista, perdiendo el
norte, salió la noticia de que la concejala de Ganamos Alicante, Marisol
Moreno, había injuriado a toda la familia real en pleno, acusándolos de vagos,
estafadores, borrachos y ¡asesinos!, y anteriormente ya había manifestado
públicamente que la Policía le daba asco y también alentaba a tirar una bomba
en las plazas de toros: «Mirar estos hijos de puta … una bomba os echaba
yo a vosotros».
Otras perlas de la misma autora:
Refiriéndose a Juan Carlos I: «Este hijo de puta ha matado a un
ser que, en muchos aspectos, es mejor que los humanos, aunque claro, que se
puede esperar de un tío que disparó a su propio hermano y lo mató».
«Qué asco me da Gallardón y todos los que votaron ayer… pero y
Celia ?? Si algún día me la cruzo en un bar de ambiente la mato».
«No me da la gana que mis impuestos subvencionen asesinatos !!
Salvo que sean los de los políticos …».
Recordemos que todo esto lo dice alguien que es un cargo
público, a quien se le vota.
No voy a defender aquí a nadie de los mencionados porque todos
ellos tienen capacidad para hacerlo solos, pero no me parece de recibo tener a
alguien ladrando en nuestra sociedad de este modo y removiendo a las masas con
insultos y amenazas. Yo mismo estoy en contra del sistema a menudo y critico
muchas cosas en este blog —mis lectores habituales lo saben bien—, pero desde
luego mi forma de plantear las cuestiones dista mucho de esto.
Luego veo los apoyos que tienen estas manifestaciones en las
redes sociales, y algo dentro de mí me da miedo. ¿En qué pueden acabar estas
cosas? ¿Ya no se respeta nada? ¿Son estas formas de gobernar o de querer
hacerlo?
Ramón Cerdá