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Testaferro legal
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Hasta ahora me habían llamado muchas cosas, pero esto de
«testaferro legal» creo que es la primera vez que lo oigo. Ha saltado la alarma
con Gowex y mi nombre ha salido a la palestra una vez más, tanto en internet,
como en prensa escrita e incluso en televisión. Es la fama no buscada en boca
de periodistas ávidos de noticias que buscan un buen titular. Las visitas de
este blog se han duplicado y las de mi página web personal www.lawebderamon.com
se han quintuplicado.
Este artículo no es un intento de justificar mi actividad de Sociedades Urgentes, ese tiempo ya pasó
para mí, ya no me afectan los ataques «prensiles» como lo hacían antaño, ni me
generan acidez de estómago, ahora, a lo sumo, me provocan una mueca esporádica
de escasa duración en la cara, medio sonrisa y medio otra cosa que no sabría muy
bien cómo definir. Ya no concedo entrevistas que no sean literarias porque la
experiencia (he tenido que tropezar varias veces con lo mismo hasta darme
cuenta) me dice que solo buscan tergiversar el asunto más de lo que ya está,
por eso en el escándalo de Gowex he declinado varias invitaciones de manera
sistemática, incluso de televisión. La más llamativa era en la que me proponían
un reportaje sobre mi actividad en el que ya habían concertado una entrevista
con el Presidente de la Asociación de Inspectores de Hacienda y con
el Decano del Colegio de Notarios de Valencia. Evidentemente les dije que no
estaba interesado en participar en semejante circo. No sé si el programa
seguirá adelante o no (tampoco me preocupa), pero desde luego no lo harán con
mi presencia, aunque quizás sí, porque ya son varias las ocasiones en las que
han emitido el video de presentación de mi servicio, así que no les extrañe
verme en televisión pseudoentrevistado a pesar de que no acuda. Me consta que
no soy santo de devoción del decano de Valencia (ya no lo fui del anterior de
quien este es fiel delfín, con quien mantuve un pulso importante en tribunales
y GANÉ, sí, creo que es bueno y de ley decir que gané), y tampoco lo soy del
señor Presidente de la Asociación de Inspectores de Hacienda (también tuve mis
problemas jurídicos con estos señores por lo mismo y también salí con la cabeza
bien alta), pero eso no importa porque el sentimiento es mutuo, ¿qué se le va a
hacer?, tampoco son ellos santos de mi devoción, ni el uno ni el otro. A estas
alturas creo que nada de eso importa, el mundo es muy grande y no nos podemos
caer bien todos ni ser colegas, yo sigo haciendo mi trabajo y supongo que ellos
siguen con lo suyo a su manera, opiniones aparte, la vida sigue.
Volviendo al asunto de testaferro legal, quería hacer varias
consideraciones al respecto:
1.
Puede parecer algo
contradictorio porque tenemos la imagen de que la figura del testaferro es una
figura ilegal, pero no lo es, al menos no en España. O sea que eso de
«testaferro legal» no es tan descabellado como puede parecer en un primer
momento. Aun así y según aclaro más adelante, yo no soy testaferro de nadie, ni
legal, ni ilegal. tengo otras formas de ganarme la vida.
2.
Para quien aún no lo
sepa, yo vendo sociedades ya constituidas y por eso aparezco como administrador
de tantas, pero para ser testaferro, en el momento de la venta yo debería de
continuar en el cargo de administrador, cosa que no ocurre nunca porque es una
de las condiciones no negociables que tengo establecidas en el servicio. Eso no
quiere decir que no me lo hayan pedido nunca; evidentemente me lo han pedido,
pero mi respuesta es siempre la misma: yo no puedo ser administrador de la
sociedad una vez ha sido vendida. Eso es algo que cualquiera puede comprobar
porque los cambios de administrador sí que se inscriben en el registro
mercantil.
3.
En el caso de Gowex
parece que ha quedado claro (porque así lo ha admitido el supuesto responsable)
que sí que había testaferros, pero también ha quedado claro que yo no era
ninguno de ellos. Ni he cobrado por permanecer como administrador ni tengo nada
que ver con lo que las sociedades hayan podido hacer. He vendido las sociedades
y me he encargado de la inscripción del cambio de administrador y punto. Otra
cosa es lo que se pueda interpretar de la lectura de ciertos artículos más o
menos acertados, pero como ya he dicho, no es algo que a día de hoy tenga la
posibilidad de quitarme el sueño.
Para terminar, voy a transcribir el significado de testaferro
según figura en la wikipedia:
[box type="info"]
Testaferro es un término usado en la literatura, en leyes y
psicología, para señalar a la persona que suplanta, encubre o se disfraza legalmente,
prestando su nombre e identidad, firma, o bien su personería ya sea física o
jurídicamente, emulando el papel social de la persona mandante a la que en el
fondo representa. Esta palabra significa literalmente «cabeza de hierro» en
italiano.
En términos legales y económicos, se describe a aquellas
personas que suplantan a otras en negocios fraudulentos (aquí debo añadir que el hecho de
que los negocios sean fraudulentos o no no supone diferencia alguna, uno puede
ser testaferro de una empresa que funcione perfectamente y esté al día en el
pago de sus impuestos; son definiciones como esta las que confunden a la gente)
de tal modo que a pesar de la suplantación estas personas encubiertas no dejan
de percibir beneficios del fraude, como por ejemplo: evadir impuestos, quitar
herencias codiciadas, etc.
En la prensa o en internet es posible encontrar personas que
ofrecen sus servicios como testaferro para diferentes figuras financieras ya
que en algunos países como por ejemplo España y Uruguay no es considerada una
figura ilegal. (Aquí
también debo añadir que no es ilegal ser testaferro, pero si en ejecución del
cargo se comete un delito, el testaferro sí puede ser responsable jurídico.)
En términos de psicología, testaferro es aquella persona que
según las circunstancias adopta o cambia su papel o personalidad por la de
otras personas según su propia conveniencia, también es el término usado cuando
se trata de encubrir una situación o conducta inaceptable disfrazándola con una
postura diferente.
En términos sociales, la
palabra testaferro sirve para señalar de modo peyorativo a aquellas personas
que se prestan como títeres de otras siendo manipuladas para que sean ellas las
que sean la cara visible y reciban las consecuencias de sus acciones en vez de
quien las genera realmente.