EL EFECTO
PIGMALIÓN
Todo está en la actitud... lo saben
hasta las ratas.
En la Universidad de Harvard, hace
varios años, el doctorRobert Rosenthal llevó a cabo una extraña serie de
experimentos con estudiantes y
ratas.
Se realizó con tres grupos de estudiantes y tres grupos de ratas.
Al primer grupo de estudiantes se le dijo: ‘Han tenido suerte. Trabajarán con ratas
genios. Fueron criadas en base a su inteligencia brillante. Llegarán al final
del laberinto antes de un parpadeo, y comen mucho queso, por lo que tendrán que
tener una provisión importante’.
Al segundo grupo se le dijo: ‘Trabajarán con ratas promedio. En un
tiempo normal para casi todos los animales, llegarán al final del laberinto, y
comen una proporción considerable de queso. No se puede esperar mucho de ellas,
apenas un comportamiento normal’.
Al tercer grupo: ‘Les ha tocado ratas torpes. Si
llegan al final del laberinto, será de pura suerte. Casi con seguridad no
pasarán las pruebas. Son obtusas, de rendimiento muy bajo. Quizá ni necesiten
comprarle queso. Sólo pongan un letrero al final del laberinto, que diga:
‘queso’.
Durante seis semanas, los estudiantes llevaron adelante
el experimento, bajo rigurosas normas científicas.
El resultado fue que las ratas genios
respondieron como genios. Las
ratas promedio llegaron a su meta, pero sin ninguna velocidad
excepcional. Y las ratas idiotas demostraron su idiotez. El
rendimiento de éstas últimas fue deplorable. Alguna que otra llegó a
la meta, pero pareció hacerlo por simple azar.
Lo interesante del experimento es
que no había ratas genios, ni ratas promedio, ni ratas estúpidas.
Todas eran iguales, de la misma camada.
A todas se las había tratado y alimentado, antes del experimento, de la misma
manera.
La única diferencia parece haber sido la actitud de los estudiantes que participaron del experimento. Cabe
explicar el fenómeno diciendo que las ratas también tienen actitudes, y
captaron la actitud de los estudiantes, porque la actitud es un lenguaje
universal.
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