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Se acabó el microcrédito rápido para todos. La alta morosidad de las familias endurece las condiciones y solo hay facilidades para los clientes que hayan demostrado solvencia

Condiciones más duras para acceder a un microcrédito rápido si se solicita por primera vez. Es lo que están exigiendo las empresas que conceden este tipo de préstamos. Buscan asegurarse de que sus clientes devolverán el crédito y evitar los impagos debido a la alta morosidad que acumulan ahora las familias españolas.

Entidades como Cetelem o Cofidis atienden cada año a miles de familias españolas. Las dos épocas de mayor trabajo se corresponden con la campaña de Navidad y antes de las vacaciones de verano. Para estos períodos se conceden préstamos que pueden ser menores de 1.000 euros o superar los 10.000 euros y que se autorizan en 24 o 48 horas.
Según la memoria de la Asociación Nacional de Entidades de Financiación (ASNEF), los créditos al consumo han disminuido un 33% desde que comenzó la crisis (2007–2008) hasta 2011. Esa tendencia a la baja se ha mantenido en 2012, aunque las familias de clase media y baja se han convertido ahora en las principales destinatarias.
Fidelizar a clientes solventes
Pues bien. Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes del sector, las empresas que ofrecen microcréditos rápidos se están ‘blindando’ también ante los impagos: conceden préstamos de mayor importe a los clientes existentes que a los nuevos.
Esta circunstancia les está llevando a flexibilizar las condiciones para acceder a estos minicréditos rápidos sólo para quien ya haya contratado (y reembolsado) algún préstamo. Con esta estrategia consiguen también fidelizar a estos clientes solventes.
Sin embargo, para los nuevos solicitantes los requisitos cada vez son más estrictos. Como norma general, sólo se les presta la mitad que a un cliente que ya ha demostrado solvencia devolviendo alguno de los créditos concedidos.
Elevados tipos de interés
El principal inconveniente de estos préstamos está en sus tipos de interés. “En un banco, un crédito ordinario puede tener intereses de entre un 8 y un 10%, pero en el caso de estos productos suelen superar el 20-25%”, comenta el abogado Alejandro Castilla, de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (AUSBANC).
Sin embargo, al cliente medio de este tipo de créditos “no le importa tanto el interés como la cuota que va a pagar”, que suele ser muy asequible, exigida en forma de micropagos.
Los expertos aconsejan acudir a este tipo de financiación sólo cuando “no hay ninguna posibilidad de que se conceda un crédito bancario al uso”. También es importante “ser consciente del nivel de endeudamiento que tiene cada familia”, añade Castilla, y “fijarse siempre en la Tasa Anual Equivalente (TAE)” para comprobar el riesgo que tiene el crédito”.

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