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El caso de los Paradores Nacionales ha batido las previsiones del propio ministro de Turismo, José Manuel Soria. El déficit de la red pública de hoteles es de 100 millones de euros, es decir, 20 millones más de lo que había estimado el Ministerio, cuando en 2004 disponía de 45 millones de euros de liquidez.  La última directiva de Paradores en la era Zapatero el equipo directivo de la cadena durante la época de Gobierno del PSOE tenía a su disposición un velero, seis coches oficiales de alga gama, dos viviendas y una docena de tarjetas de crédito.

El ministro ha declarado que, a pesar de las dificultades de tesorería de Paradores, que ha pasado de disponer de 45 millones de euros de liquidez en 2004 a registrar un déficit de 100 millones en 2011, la empresa es aún un “emblema” del sector hotelero de España y un producto “muy potente”. Sobre el futuro de la red, José Manuel Soria ha insistido en que “vamos a incluir mejoras en la gestión sin descartar fórmulas público-privadas”.

Ante las previsiones del cierre temporal de algunos de algunos de estos establecimientos el Comité Intercentros de Paradores de Turismo de España ha convocado una huelga  para los días 31 de diciembre y 1 de enero en todo el territorio español.

Algunas compañías hoteleras españolas, entre ellas AC y Meliá, han expresado su interés por hacerse con la gestión de algunos activos. Recientemente, el vicepresidente ejecutivo de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, ha señalado que está aflorando la “sinergia” de su cadena con Paradores para la comercialización de ambos productos y ha admitido estar estudiando la alternativa de cubrir la oferta de turismo de interior si el Gobierno abre la vía a la gestión privada.

Si hay algo que en España aún pueda generar beneficios y se pueda presumir, es de su red turística y de la profesionalidad de sus empresarios y profesionales. No es lógico que en dentro de este sector exista un  núcleo de personas que pretendan seguir con las características de los funcionarios si ello no es capaz de dar beneficios. Encima tenemos a los culpables de este desmadre, los políticos de izquierda que habían tomado los paradores como su finca privada están ahora apoyando esta huelga.

Esta no es una industria estratégica de cuyo funcionamiento dependa la seguridad del país ni la salud de los españoles. Lo que no puede ser es que con nuestro dinero se mantengan los privilegios por parte de determinados estamentos. Seguro que la mayoría de estos establecimientos podrían funcionar fuera del corsé del Estado y además tenemos hay quien pueda enderezar este desastre. Ellos han acometido retos más difíciles.

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