
Hay lugares donde se prohibe terminanteme
mencionar la palabra CRISIS. Lo he visto en las noticias. Por
suerte, el optimismo se contagia a la misma velocidad que el
pesimismo. Entonces, ¿por qué no optar por la primera opción?. Eso han
debido pensar en algunas altas esferas europeas cuando han decidido, muy a
regañadientes, cambiar de discurso, olvidarse de la insistencia en la
austeridad y convencer al decaído ciudadano europeo de la posibilidad
real de crecimiento.
Las
profesiones, con la teoría más que aprehendida, ponen en práctica
métodos, instrumentos, maneras de hacer crecer la economía: proponiendo empleo
y también empleabilidad, apostando por el desarrollo
profesional continuo, por la creación
de ideas, y en definitiva, por la sociedad civil. Con las
energías recargas, hagamos un poder y fijémonos, aunque cueste, una meta
optimista, siguiendo, por qué no la senda del crecimiento
profesional.