Los ciudadanos multilingües, multialfabetizados del siglo XXI
El Caparazón
Me llamaba la atención hace unas semanas una investigación reciente, cuyas conclusiones indican que las personas bilingües pueden desarrollar determinadas tareas mejor que los que hablan un solo lenguaje. Y no solo por reunir otra evidencia acerca de que a más conexiones cerebrales, más en forma cognitiva podemos considerarnos, sino porque creo que el dato podría ser extrapolado a la multiplicidad de lenguajes de la alfabetización digital.
Así, parece que más que crear seres más inteligentes, lo que correlaciona según las últimas investigaciones es el conocimiento de varias lenguas con el dominio de algunas de las que hemos considerado competencias importantes para el ciudadano del siglo XXI, entre ellas la mítica multitarea:
Excluir información irrelevante, focalizar la relevante y otro tipo de tareas que exijan priorización y trabajo en múltiples proyectos a la vez, son según Judith Kroll, Psicóloga que dirige el estudio, cuestiones en las que los bilingües (o los denominados nativos digitales que podemos considerar en muchos sentidos multilingües, añadiría) destacan.
Los datos contradicen investigaciones anteriores, que consideraban el bilingüismo como rémora, condición creadora de confusión, especialmente en niños, que terminaban por no dominar ninguno de los dos idiomas. Parece, por el contrario, que el tema funciona como una especie de ejercicio mental que favorece el desarrollo cognitivo. Es así cuando por ejemplo los bilingües hablan entre ellos, intercambiando fácilmente ambos lenguajes, seleccionando a menudo entre las palabras las que, en cualquiera de los idiomas, expresan mejor el concepto, algo que no se produce cuando un bilingüe habla con alguien que solo conoce uno de los lenguajes. Para un bilingüe es frecuente el intercambio entre idiomas, lo que puede considerarse también ejercicio mental, el mismo, añadiríamos, que podría suponer el dominio simultáneo de imagen, audio y texto típico de la multialfabetización digital que muchos/as defendemos.
O lo absurda que resulta en un entorno enriquecido también en formatos como la web, la defensa acérrima de la lectoescritura como única forma de alfabetización posible…