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Sostenerla y no enmendarla

Para eso ha sido convocada la marcha a favor de los presos terroristas que ayer tarde recorrió las calles de Bilbao: para sostener a ETA y para reivindicar sus crímenes. Para sostener la impunidad de sus crímenes y la heroicidad de sus los asesinos; para sostener que quienes llevan toda nuestra vida tratando de acabar con la democracia tienen “razones” para hacerlo; para sostener que España no es una democracia, que no vivimos en un Estado de Derecho, que los derechos humanos de los terroristas encarcelados se violentan de forma sistemática. Para justificar lo que nos han hecho, lo que nos siguen haciendo.

La marcha ha sido convocada por familiares de ciudadanos que están en la cárcel por crímenes juzgados y condenados; por esos mismos familiares que cada viernes avergüenzan el nombre de la democracia y la dignidad de las víctimas y de los ciudadanos decentes recorriendo las calles de las capitales vascas portando fotografías de los asesinos; ha sido convocada también por dirigentes de la organización terrorista en su versión política según han acreditado informes de la Guardia Civil que ni el Fiscal ni el Juez han tenido en consideración para prohibir esa manifestación. Y ha sido apoyada por partidos políticos que ni quieren no han querido nunca derrotar a ETA y mucho menos deslegitimar su historia. La marcha ha sido convocada con este lema: “Con todos sus derechos los presos políticos vascos al País Vasco. Demos un paso adelante”.

Con estos antecedentes leo a José Antonio Pastor, el Portavoz Socialista en el Parlamento Vasco que dice que esta marcha es una buena oportunidad para que pidan el fin de ETA… Yo no se si los dirigentes del partido socialista pretenden burlarse de nosotros o si, directamente, “los otros” les han comido el coco. O sea que el partido que gobierna España y Euskadi cree que quienes salen a la calle a alardear de las hazañas de sus familiares encarcelados por ser unos criminales, que quienes salen a vitorear (lo griten o no, eso es lo de menos) los crímenes de ETA, que quienes muestran con orgullo cada viernes las fotos de los asesinos van a aprovechar esa manifestación para decirle a ETA que acabe con su historia de terror. O sea, que vas a setas y vuelves con Rolex…

Las palabras del dirigente socialista serían solamente una boutade si no supusieran una legitimación expresa de las reivindicaciones de esa gente. ¿Acaso cree el dirigente del partido que gobierna España y Euskadi que en las cárceles españolas se violan los derechos de los presos hasta el extremo de que está justificada una manifestación para defenderlos? ¿Acaso cree que en España hay “presos políticos” como dice la solicitud de autorización de la misma? Ni yo misma puedo pensar que los que nos gobiernan crean (y practique, claro, ellos son los que dirigen el cotarro) eso, por mucho que acabe de leer una denuncia en ese mismo sentido del Embajador de China en España que aún no ha tenido respuesta de nuestro Gobierno. Pero si los socialistas no creen que la proclama a favor de los etarras se pueda sostener, ¿por qué apoyan la celebración de esa manifestación?

Ningún gobierno ni ningún sistema judicial de un país democrático autorizarían una convocatoria como esta. Ningún país democrático permitiría que las fotos de los asesinos terroristas fueran sacadas en procesión cada viernes. Ningún país democrático humillaría a sus ciudadanos obligándoles a ver pasar las fotos de los criminales escoltadas por la policía, como si los peligrosos fuéramos los que les vemos desde las aceras. Ningún dirigente de un país democrático osaría quitar importancia a hechos tan graves como estos en los que se cuestiona la propia legitimidad del Estado.

Pero España es diferente. Aquí se autoriza una manifestación con un lema que afirma que en España existenpresos políticos. Y luego nos extraña que nuestros socios europeos nos ninguneen: si nosotros no nos hacemos respetar, ¿quién lo va a hacer por nosotros?

De tanto vivir en la anormalidad hay quien ha empezado a creer que estas cosas son normales. Pero nosotros no hemos de callar ante tanta ignominia. Es un escándalo que los torturadores salgan a las calles ante la pasividad de nuestros gobernantes y el silencio –cuando no la complicidad— de la mayor parte de los dirigentes políticos democráticos. La manifestación no tiene otro objetivo que reivindicar la historia de ETA y de sus criminales. Y no hemos de cansarnos en repetir que la derrota de ETA significa la deslegitimación radical de toda su historia, de todos sus actos y de todos sus objetivos. Y que mientras eso no ocurra habrá que seguir combatiéndola. No hemos de cansarnos de repetirlo y de actuar en consecuencia.

Ayer los amigos de los terroristas, los enemigos de la democracia, llenaron las calles de Bilbao. Hoy hay que seguir trabajando hasta “enterrarlos en el mar”. Nosotros no vamos a parar hasta lograrlo. Que lo sepan.

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