"Las palabras pueden herir. También pueden ayudar. Ellas son poderosas."
Y su fuerza no está sólo en cómo otras personas nos hablan, sino en la forma en cómo nos expresamos, y de cómo nos hablamos a nosotros mismos. Lo que obtenemos en la vida está determinado por la manera en que nos comunicamos con nosotros mismos.
Lo que nos representamos y decimos a nosotros mismos, nuestra manera de movernos y de utilizar los músculos de nuestro cuerpo y nuestras expresiones faciales, determinarán los resultados que obtengamos.